Por la verdadera memoria histórica
Buscando información cultural sobre la ciudad de Cáceres (España), acabo tropezando con el siguiente sitio en el que se dedican a "cazar" monumentos, reminiscencias, etc., franquistas, fascistas y otras lindezas a las que tan aficionados son los trogloditas de la izquierda cavernaria de este país. Así que pongo un enlace para acceder a esa página cultural que pretende borrar de la Historia de España nada menos que toda una época, nada menos que la memoria de tres generaciones, que la memoria de mucha gente que padeció toda clase de barbaridades, y muchas de ellas la vida en un sacrificio inútil, como inútil es la mentalidad de esa banda de gilipuertas que, en lugar de callar y mirar hacia adelante, no saben sino existir en las oscuridades morales y mentales de la nostalgia de su afortunadamente extinto pasado revolucionario. Para eso se inventaron una ley inconstitucional -acorde con la normativa vigente-, mal denominada de la Memoria Histórica, ¡menuda memoria la suya!
La caza del monumento fascista - Foro por la Memoria
Nota: obsérvese la preclara mente de un tal "javier" que habla del Escudo del Águila de San Juan, obra de Isabel La Católica, que no de Franco, como "el aguilucho". ¡Menudo grajo está hecho el pájaro!
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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