Escalofriante profecía, hecha incluso medio año antes del famoso referéndum de diciembre de 1978.
Obviamente al bunker nadie le hacía caso (eran tan exagerados y pesimistas...); era mucho más bonita la falaz versión moderna y europeísta de ABC, El País, Diario 16...
Y eso hasta el punto de que, aun sabiendo que la debacle se hubiera acabado cumpliendo por causa de la Constitución nadie hubiera movido entonces un dedo contra ella ni contra el sistema que la patrocinaba: era la única alternativa y tan moderna y hablaban tan bien de ella los gerifaltes de Europa por la TV...
(Los subrayados son míos)
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(Junio 1978)
... "Es justo que nuestros lectores (Diario ‘El Alcázar’) quieran saber algo más concreto después de esta farsa. Nos sentimos obligados a fijar los fallos esenciales de este Proyecto que el Pleno del Congreso tratará de aprobar, también, a cualquier precio. La misma pretensión se trasladará luego al Senado... ¡y cuanto antes! Las alteraciones no serán sustantivas; se referirán a competencias. ¡Qué más desearíamos que entre los senadores hubiera una docena de personas con sentido de la responsabilidad histórica que contraen, y algunos aprovecharan la ocasión que se les brinda para rectificar el mucho mal que han hecho a la Nación! Por lo menos en algún detalle, en defensa de la dignidad de la Monarquía “parlamentaria y partitocrática” que sus compañeros del Congreso han montado con cinismo político.
Pues bien, al Pleno va a ir un Proyecto que consagra un sistema de ordenamiento político bifronte, ambivalente. Hay quien dice que ésta es una ventaja, un gran hallazgo. Vamos a ser la primera nación del mundo que, por medio del Gobierno del Estado y de las Nacionalidades, Regiones, Provincias y Municipios en manos de una partitocracia radical, lo mismo conformaríamos una sociedad socialista, incluso colectivista, que una sociedad neocapitalista. El marco constitucional es doble, y el cuadro que en él se coloque lo mismo puede tener en un lado la Purísima de Murillo, que una fotografía en el otro, de las que nutren nuestras revistas porno. Esta fórmula inédita es la que ofrece la nueva Constitución; éste es el resultado del “consenso”. En realidad son DOS CONSTITUCIONES EN UN SOLO TEXTO. Consecuencia ineludible: INESTABILIDAD PERMANENTE.
El Estado de las Nacionalidades y Regiones es una entelequia que, en realidad, modela un Estado Federal, en el que la denominada “solidaridad regional” quedará en una meta inalcanzable. Las tensiones entre el Estado y las Comunidades Autónomas van a ser permanentes, agrias en unos sitios, sangrientas en otros, el Estado Español será constante “opresor” de los Pueblos de España, y su jefe el símbolo de la opresión; símbolo, por otra parte, del resultado final de la lucha partitocrática, estafeta para trasladar recuerdos, firmar resoluciones, desprovisto de todo poder, carente de auctoritas, con una serie de atribuciones formales y ninguna de orden substantivo y transcendente.
La familia, desprotegida, con el cáncer del divorcio, con la educación de los hijos en manos del planificador de turno en el Ministerio de Educación del Estado o de las respectivas Comunidades Autónomas. Con la amenaza del aborto degradador de una sociedad materializada, a la que se pretende arrancar la Fe de sus padres. La familia debilitada, con estímulos de toda clase para su liquidación, frente a un Estado liberal ateo, que tolera todo y sólo protege un orden público que garantiza el desarrollo de las libertades anárquicas y desintegradoras. Un Estado que, únicamente, dispondrá medios para suprimir todas la raíces de una civilización caracterizada por principios éticos inamovibles y la Ley Natural como norma y categoría permanente.
Un Ejército al que se le priva de la función de defender la “Unidad de la Patria”, una Patria plural. Un Ejército que no podrá impedir la evolución de las “Nacionalidades” hacia la autodeterminación y la independencia, porque eso sería “inconstitucional”. Porque los movimientos secesionistas no afectarán a la “integridad territorial”, serán problemas de “tipo interno”, previstos, consecuencia de la realización “histórica” de los Pueblos de España. Un Ejército, por otra parte, desnutrido en las zonas conflictivas por la objeción de conciencia, ya que ésta se alegará para no salir de su “Nacionalidad” a servir a una Patria distinta o a un territorio extraño; para eso estará el “Servicio Civil”, centros de reclutamiento de las Fuerzas de Orden Público autóctonas.
Dios y su Iglesia olvidados en la Constitución; la familia atacada, menospreciada; la vida de seres indefensos en las manos sangrientas del egoísmo y la frivolidad; España dividida, y el Estado sujeto de ataque desde todos los frentes ante el mito de unas libertades humanas mitificadas ante el absurdo; la economía y la propiedad, al arbitrio del resultado de la lucha de partidos y sindicatos; una Monarquía, “ornato” de una estructura que se sostiene por el acuerdo de los cenáculos partidistas; y un Ejército, para defender todo eso, para evitar que nadie pretenda alterar esa creación política, o impedir que los ejércitos extranjeros nos ocupen sin disparar un tiro, con finales fáciles de prever, como en Cavite.
Por eso, cuando hemos oído las palabras del Rey en Ávila, hemos pensado que algo no funciona. Con objetividad, con respeto, nosotros no encontramos otros “valores históricos” que defender con “intransigencia”, que los desconocidos o amenazados por esta Constitución todavía no nacida. El primer acto de esta comedia ha terminado. Faltan todavía tres o cuatro, hasta que el pueblo hable. La RTVE ya lleva unas semanas “hablando.”
Luis Valero Bermejo (Secretario de la Confederación Nacional de Combatientes), Diario ‘El Alcázar’
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