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Tema: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo

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    Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo

    EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas

    (XVI)

    El Alcázar. 16/02/1977.

    Por Francisco J. DE URCI

    PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA (reconstituido). P.C.E. (r)

    DURANTE el verano y otoño de 1975, F.R.A.P. y G.R.A.P.O., o mejor dicho P.C.E. (M-L) y P.C.E. (r),
    rivalizan en su ejecutoria criminal
    . Ya dejamos reseñadas las hazañas del primero. Sigamos ahora con las
    del segundo.

    Un clima de tensión vive el país durante estas fechas. En verdad fueron meses de triste recuerdo. En 28
    septiembre se han ejecutado a tres miembros del F.R.A.P. y dos de E.T.A., para los que no hubo indulto.

    El primero de octubre, fecha por otro lado significativa para el régimen franquista, por ser conmemorativa
    de la exaltación del Generalísimo a la Jefatura del Estado, se había convocado en la Plaza de Oriente una
    manifestación masiva de adhesión a su persona. La convocatoria tenía como segundo objetivo, expresar la
    repulsa por la campaña antiespañola promovida en Europa, al haberse ejecutado en cumplimiento de
    sentencia a unos criminales con filiación política. La manifestación, pues, fue un acto eminentemente
    patriótico, pero muy bien aprovechado por los asesinos del G.R.A.P.O., hasta entonces más conocidos por
    organización terrorista Primero de Octubre.

    La consigna no era la primera vez que había sido dada por alguna cabeza de la hidra: "Matad como sea a
    agentes de orden
    ". Hacia las nueve treinta horas de la mañana, mientras millares de madrileños se dirigen
    a la Plaza de Oriente, cuatro, comandos del G.R.A.P.O. parten hacia otras tantas sucursales bancarias,
    ubicadas en cuatro barrios distintos de Madrid. Recordemos resumidamente los cuatro crímenes.

    En la calle Agustín de Foxá, próxima a la Plaza de Castilla, estaba de servicio el policía armado Miguel
    Castilla Martín. Le dispararon a quemarropa y huyeron. Gravemente herido, ingresó en un hospital en
    estado de coma. Falleció el día 8, sin haber recobrado el conocimiento.

    En la calle Valmojado, del barrio de Aluche, unos desconocidos dispararon fríamente sobre el policía
    armado Joaquín Alonso Bajo, con una escopeta de cañones recortados. A los pocos minutos de ingresar
    en el hospital militar Gómez Ulla, fallecía.

    En la Avenida Mediterráneo, al policía armado Agustín Ginés Navarro se le acercan dos individuos; le
    disparan a quemarropa. Abatido, uno de los asesinos le machaca el cráneo con un martillo.

    Calle Marqués de Corbera. Dos desconocidos disparan sobre el policía armado Antonio Fernández
    Ferreiro. Cuando cae al suelo, lo rematan a tiros.

    Con este cuádruple asesinato, el G.R.A.P.O., cuya ascensión ha sido tan rápida como inesperada, pasa a
    constituirse en la "más joven y audaz" de cuantas organizaciones criminales ha parido la hidra
    .

    Aunque el P.C.E. (r), o P.C. (r) sigue el modelo burocrático tradicional, le introduce algunos retoques
    fruto de las experiencias. Todo es susceptible de perfeccionamientos.

    El P.C. (r) cuenta con un Comité Central de quince miembros, de los que extrae una tercera parte para
    constituir la C.E. (Comisión —no Comité— Ejecutiva). Estos cinco conspicuos tienen los siguientes
    cometidos: coordinador general y responsables político, de propaganda, de organización y de la "sección
    técnica".

    Este nuevo elemento, jefe de la sección técnica, es el encargado de preparar y dirigir los actos terroristas.
    Se convierte de hecho, en el brazo armado del P.C. (r.) y termina por ser el personaje sobre quien
    descansa la organización.

    La "sección técnica" se desdobla a su vez en dos grupos: uno dedicado a la información y vigilancia de
    objetivos y personas; y el otro, con el apelativo de "grupo de acciones concretas", ha de preparar y
    ejecutar los actos terroristas, de acuerdo con las informaciones y ayudas recibidas por el grupo de
    vigilancia. En este grupo se encuadran aquellos militantes que ya han cumplido su servicio en filas.

    El P.C.E. (r.) mantiene ciertas vinculaciones con otros partidos o cabezas de la hidra, dentro del bloque
    pekinés o maoísta y cultiva trato preferente con el P.T.A. (Partido del Trabajo de Albania), país como es
    sabido cuyo papel en Europa es el de avanzada ideológica de Pekín.

    Sin duda, el P.C.E. (r.) posee unas más estrictas normas de seguridad, para evitar infiltraciones, que otras
    cabezas de la hidra. "Para asegurar la continuidad del trabajo revolucionario —dicen en un documento—,
    es necesario no limitar la aplicación de las normas a ciertos gestos, sino que hay que convertirlas en una
    labor constante".

    Para mantener la desconfianza mutua entre compañeros, "inventan" la "vigilancia revolucionaria".
    Despiadadamente unos se observan a otros para evitar delaciones o momentos de "caídas de ánimo".

    Salvo componentes de un "mismo organismo", nadie sabe ni conoce las misiones de otro compañero. Es
    la única manera —aseguran— de guardar celosamente los secretos de la organización. Muy encarecido
    tienen "la lucha contra provocadores y chivatos". Hay que tener en cuenta que para el militante de rango
    medio, las normas o consignas que su inmediato les dé son infalibles. Si luego algo falla, ha sido por la
    provocación o los traidores infiltrados, nunca porque la represión les haya aventajado
    . Volvemos, así, a la
    "memoria" de tiempos pasados: el Partido no se equivoca. Caso de que algún militante sea puesto en
    libertad una vez detenido, se le apartará de su trabajo y se le someterá a un período de observación hasta
    que se compruebe que no está vigilado. Por otro lado se les inculca a los militantes de una "gran fuerza
    moral debido a la dureza de la vida clandestina".

    El compañerismo, por el contrario, no se fomenta fuera de los integrantes de un comando o troica. "El
    compadreo y el liberalismo —dicen— son corrosivos y facilitan la labor de provocación". El militante del
    P.C.E. (r.) tiene absolutamente prohibido apuntar direcciones, teléfonos y demás datos y llevarlos encima.
    Todos estos "materiales" de control se tendrán en casas y pisos ajenos a la organización.Les está
    absolutamente prohibido usar otro nombre que no sea el de guerra, el que cambiarán con relativa
    frecuencia.

    Los miembros del P.C.E. (r.) tampoco asisten a reuniones, salvo casos extremos, pero siempre por el
    mínimo tiempo posible y no van más de dos veces a la misma. A las reuniones — dicen— se asistirá en
    posesión del D.N.I. y está prohibido llevar a ellas nombres apuntados, direcciones, documentos
    comprometedores. En toda reunión se establecerá el "minuto conspirativo", o coartada que justifique la
    convocatoria.

    En el trato en la calle "no hay que fiarse de nadie". Cualquiera nos puede estar observando — afirman— y
    nunca hay que ponerse nervioso ni dar muestras de "clandestinitis". Si sospechamos de que nos
    siguen — agregan —, lo mejor es dejar pasar "la sombra" y luego, no perderla de vista.

    Las normas de seguridad del P.C.E. (r.) son ciertamente un documento curioso y aleccionador.
    Entre octubre 1975 y julio del año siguiente, el P.C.E. (r.) se dedica afanoso a la reconstitución y
    consolidación de su aparato burocrático. Quiere por otra parte liberarse totalmente de la influencia cada
    vez más desvaída que le dedica el P.C.E. (M-L). Ambas organizaciones, paralelas en estructuración y
    pensamiento, sólo se diferencian en la mayor o menor edad de cada cual.

    Unos hechos —difícilmente entonces de relacionar— se producen el 21 de marzo (1976), un soldado que
    presta su servicio militar en la Jefatura de Instrucción del Parque de Artillería de Madrid deserta, pero
    llevándose de paso abundante munición y cincuenta granadas de mano. El 25 de mayo, en el polvorín La
    Raigosa, en Puente Caldelas (Pontevedra), unos desconocidos desarman al guarda y se llevan cien kilos
    de dinamita "goma-2".

    Pocos días después, el 2 de junio, la Guardia Civil de Robledo de Chavela (Madrid) descubría hábilmente
    oculto en un monte, metido en un hoyo y cubierto con una piedra, un bidón de plástico, con armas,
    municiones, multiplicadores, etc. Entre las pistolas se identificaron tres de las despojadas a los policías
    armados asesinados en primero de octubre; una cuarta, según pruebas balísticas, fue la que sirvió para
    asesinar al guardia civil Casimiro Sánchez García. Las granadas de mano eran de las robadas por el
    soldado desertor en 25 de marzo.

    La relación de unos hechos con otros de menor importancia que omitimos, permitieron aseverar que el
    P.C.E. (r.), a través de O.D.E.A., S.R. y S.O., había logrado canalizar en la medida deseada la
    organización o frente de masas, más conocido por G.R.A.P.O.

    Con un considerable refuerzo de disidentes del F.R.A.P., algunos anarquistas y profesionales del crimen,
    a los que se les inculca que la redención de sus actos vituperables sólo puede conseguirse con la
    intencionalidad política de la lucha contra la burguesía y la opresión, el frente de masas del P.C.E. (r.)
    prepara una "presentación en sociedad", tan ambiciosa como sensacionalista.

    "Este 18 de julio —dicen en un papelucho— será el comienzo del movimiento comunista de resistencia al
    fascismo. Se ordena la confección de planes concretos, para "golpearle" en todas partes destruyendo sus
    símbolos y todo lo relacionado con la sublevación militar y con su momentánea victoria. De dicha fecha
    se hará un día de luto nacional."

    Para tan ambiciosa jornada, el G.R.A.P.O. dispone de dinero y dinamita suficientes. Cierto semanario
    publicaba no hace mucho, haciéndose a su vez eco de ciertas "fuentes consultadas", que "el G.R.A.P.O.
    había saltado con mucha facilidad del cóctel "Molotov" al artefacto de precisión más modernizado".
    Tanto como eso, desde luego no. Pero el "préstamo" de los 32 millones, conseguido en la mañana del 30
    de julio (1975) en la Residencia Sanitaria de Barcelona, asesinando a un policía armado y dejando herido
    a un cabo, podían dar para mucho. Para gastos menudos, se habían dado otros atracos de menor cuantía.
    La dinamita, hasta cien kilos, procedía de La Raigosa.

    Durante la madrugada del 17 al 18 de julio (1976), se producen una serie de atentados en las provincias
    de Madrid, Barcelona, Vizcaya, Sevilla, Segovia, Ciudad Real, Pontevedra. En total 28 artefactos con
    diverso éxito hacen explosión
    en escaso margen de tiempo. Los objetivos preferentes fueron —como se
    recordará— las Delegaciones de Sindicatos, edificios públicos y oficiales y los monumentos
    conmemorativos del Alzamiento Nacional
    . En Madrid hubo quince explosiones y dos heridos. La
    Organización Sindical, el Ministerio de Justicia y el Consejo Nacional del Movimiento, se vieron
    seriamente afectados. En Barcelona, en varios edificios sindicales, con daños de escasa consideración; en
    Labajos (Segovia), fue dinamitado el monumento a Onésimo Redondo; en Ferrol, padeció igual ira el
    monumento a los Caídos
    , sito en la plaza Marqués de Amboage; en Sevilla, "lluvia" de cócteles Molotov
    contra el Banco de Madrid, El Corte Inglés, la Jefatura Provincial del Movimiento y los Juzgados; en
    Valdepeñas, intento de voladura del Ángel de la Victoria, monumento dedicado al Ejército, etc.

    El éxito les ciega de tal manera que en la madrugada del sábado 28 de agosto, insisten con nuevas
    explosiones en Sevilla en el Paseo Catalina Ribera, junto a los jardines de Murillo. Dos personas
    quedaron muertas
    ; una destrozada por completo, la otra mutilada. Al parecer, no estuvieron muy duchos
    en la colocación del artefacto. En Madrid, fue dinamitado el monumento a los defensores del Cuartel de la
    Montaña; en Barcelona, la Audiencia Territorial; en Pontevedra, el Palacio de Justicia
    afectando a las
    dependencias del Registro Civil y el Juzgado Municipal, y en Bilbao, en el monumento a los Caídos, cuya
    explosión, debido a su potencia, pudo ser escuchada en todo el casco urbano.

    La reacción represiva fue rápida, como réplica a las actuaciones terroristas del P.C.E. (r.). El 29 de julio
    (1976) la prensa publicaba las reseñas de una conferencia dada por el director general de Seguridad,
    donde se especificaba la desarticulación del P.C.E. (r.), con la captura de veinte militantes, de ellos tres
    conspicuos del Comité Central
    . No sólo se practicaron capturas en Madrid, sino también en Bilbao y
    Sevilla. Extremos estos que omitimos por estar más que detallados en la prensa reciente.

    Pero lo curioso de todo este "juego estratégico" de la hidra es la aparente enemistad entre el
    "reconstituido" y su "hermano mayor", el P.C.E. (M-L), desde hace algún tiempo inactivo, quien para
    resurgir, quiere apuntarse los nuevos éxitos de sus "alevines" los del G.R.A.P.O., adjudicación que éstos
    no están dispuestos a ceder.

    Tal vez para crear confusionismo, en la noche del 27 de septiembre, fecha en que por otra parte se
    está celebrando en París una Conferencia General del bloque pekinés, donde el
    P.C.E. (M-L) quiere irrogarse el puesto de honor, son atacados en Madrid con unos diez minutos de
    intervalo de uno a otro, con cocteles "Molotov", los puestos de la Guardia Civil de Chamartín de la Rosa,
    El Terol y Puente de Vallecas, sin más consecuencia que unas llamaradas súbitas, sorprendiendo al
    guardia de puertas. La conferencia de París aclara por otro lado que el P.C.E. (r.) será por el momento
    quien lleve la acción revolucionaria contra el régimen. Ha llegado, pues, la "hora sombría" del P.C.E. (M-
    L). En consecuencia, la mayoría de los militantes se pasan al nuevo grupo de la hidra.

    Nada de esto debe causarnos ya sensación. Es la mecánica de organismo superior del comunismo de
    altura quien mueve con sus hilos la tramoya de todo. Ahora parece, pues, que la esperanza en la
    subversión esta en el G.R.A.P.O., lo mismo que antes lo estuviera en el F.R.A.P. y anteriormente
    en los "grupos de Cazas de Ciudad" o vaya usted a saber. El caso es evitar que se pueda vivir tranquilo,
    por cualquier medio.

    Hacia finales de octubre, la desarticulación del P.C.E. (r.) y sus "fuerzas de vanguardia" G.R.A.P.O. se
    intensifica. En Galicia fueron descubiertos seis pisos francos y se intervinieron numerosas armas,
    vehículos robados, propaganda, multicopistas, etc. Se esclarecieron varios delitos y asesinatos de agentes
    de la autoridad hasta entonces en el misterio. Las detenciones, además de las anteriores, sumaron
    veintidós en Galicia, cinco en Madrid, y dieciséis en Barcelona.

    Los hechos que acaecen a continuación, colocación de artefactos en el Paseo de La Habana, en RTVE y
    otros repetidores de la provincia de Madrid, como preludio de secuestro del presidente del Consejo de
    Estado, don Antonio María de Oriol y Urquijo
    , son temas cuando se escriben estas líneas, al mes de
    haberse producido el rapto, de rabiosa actualidad para las secciones de noticias.

    Nos gustaría infinito, desde luego, llegar al fondo del arcano y saber dónde habría que apretarle a la hidra,
    como en otro tiempo hicieron Hércules y su esforzado esclavo Ioeleo.

    "Dios escribe derecho con renglones torcidos, y no podemos hacer caer al Gobierno y al régimen político
    en la trampa que justamente el terrorismo nos quiere tender". Son palabras del señor Martín Villa a
    Europa Press, quien más adelante prosigue: "Creo que si aceptásemos el Partido Comunista, lo cual es
    imposible en el orden jurídico, caeríamos además en un imposible en el orden ético. El régimen nacido en
    las circunstancias en que nació, no se puede permitir el lujo de recibir al Partido Comunista. Hasta el
    comunismo, creo que son posibles cosas...; desde el comunismo, nada. Y lo es así —prosigue— porque
    tenemos experiencia (que por lo demás, se va repitiendo muy a menudo en otros países) de que son gente
    que cuando no están en el poder, vienen con el "gorro" democrático, pero justamente cuando llegan a él es
    para implantar la dictadura".

    En fin, quedaría por puntualizar si estos comunistas a los que se alude son "moscuteros", "ortodoxos",
    "pekineses", "trotskistas", "internacionalistas", o como decía aquel que era muy hambrón, al preguntarle
    el cura en confesión que ¿cuántos pajaritos fritos se comería?, y contestó:
    — "De esos que vuelan de rama en rama, todos los de la faz del planeta."


    https://recursos.march.es/linz/I53594.pdf
    Última edición por ALACRAN; 29/04/2020 a las 17:16
    “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

    A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)

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    Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo

    EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas

    (XVII)

    El Alcázar. 17/02/1977.

    Por Francisco J. DE URCI

    LIGA COMUNISTA REVOLUCIONARIA

    L.C.R.

    LA Liga Comunista Revolucionaría representa al comunismo trotskista con marcada influencia sobre
    aquellos grupos clandestinos calificados como de extrema izquierda.

    La L.C.R. tiene su iniciación en el primer semestre de 1969 y se forma con algunos miembros del
    extinguido F.L.P. (Frente de Liberación Popular), también denominados "felipes", debido a las iniciales
    de su anagrama, sus contactos en Cataluña con el F.O.C. (Frente Obrero de Cataluña) y en Vascongadas
    con E.S.B.A., fracción del F.L.P., cuya significación es Euzkadiko Sozialisten Batasuna, o Frente
    Socialista de Euzkadi.

    Pero antes de proseguir, recordemos quién fue León Bronstein (a) "Trotsky". De naturaleza judía, aunque
    apatrida, sus teorías revolucionarias propugnan que para conquistar el poder es necesario, de una parte,
    organizar suficientemente a las masas con el fin de atacar y vencer, sin rodeos ni fases intermedias, al
    estado burgués, para destruirlo por completo.

    Su característica es, pues, la de una violencia a ultranza, aunque a veces dan la impresión de haberla
    abandonado.

    ANTECEDENTES DE LA L.C.R.

    Aunque en la IV Internacional se consiguiera agrupar a todas las cabezas de hidra afines a "Trotsky", su
    unión fue breve, debido a continuas fisuras y escisiones. En verdad, por el momento, los trotskistas no son
    muy numerosos, pero sí muy activos y de gran peligrosidad.

    En España contamos con un trotskismo histórico, anterior todavía al trotskismo propiamente dicho.
    Estuvo representado en el P.O.U.M. (Partido Obrero de Unificación Marxista), exterminado junto con los
    anarquistas en 1937, durante los sucesos de Barcelona —donde existía la mayoría— y precisamente por
    los comunistas estalinianos. Como recordaremos, Trotsky fue además eliminado tres años más tarde en
    Méjico, donde se había refugiado, por orden de Stalin.

    Las pugnas entre Trotsky y Stalin tuvieron su causa en el protagonismo que cada cual quería endosar a las
    masas proletarias. Así, mientras Trotsky pretendía concederles un papel preponderante en la revolución,
    el Zar rojo las valoraba de simple instrumento para su política imperialista. Las masas — decía — han de
    estar dirigidas y explotadas por la minoría de los cuadros del Partido. Esto es lo que luego se llamó
    centralismo democrático, por llamarlo de alguna forma.

    El trotskismo fue considerado como una teoría revolucionaria radical y radicalizada. Prescindía para sus
    logros de las peculiaridades de cada país donde pretendiera implantarse. Para Trotsky, la revolución habla
    de ser permanente, en oposición al proceso tradicional, donde ha de haber una fase intermedia que
    conduzca al socialismo marxista. Trotsky, pues, entendía que la revolución ha de hacerse directamente,
    por el asalto al poder.

    En 1970, los restos de las organizaciones anteriormente dichas, F.L.P., F.O.C. y E.S.B.A., cuya ligazón
    no era otra que ciertas similitudes basadas en el trotskismo, se unen y forman un grupo al que denominan
    ambiguamente Comunismo. Su línea política, aunque solamente pergeñada, se situaba en la
    ultraizquierda, como corresponde en definitiva al ideario trotskista.

    El grupo Comunismo pone en circulación tres órganos de propaganda denominados: "Universidad Roja",
    para la enseñanza superior; "Barricada", para futuros bachilleres y demás estudiantes de grado medio, y
    "Proletario", para las masas laborales. "Proletario" alcanza prontamente cierto sensacionalismo en
    Vizcaya y Barcelona.

    Unos acontecimientos acaecidos en París con anterioridad, van a influir en la organización y programa de
    la futura L.C.R.; nos referimos a la revuelta estudiantil de mayo de 1968, organizada por el trotskismo
    francés, a través de su L.C.R.

    Los aludidos acontecimientos estuvieron protagonizados además por el P.C.I. y su organización J.C.R.; la
    Organización Comunista Internacional y la Federación de Estudiantes Revolucionarios; el P.C.F. (M-L) y
    su Unión de Jóvenes Comunistas; la Unión Comunista "Voix Ouvriere" y el Movimiento del 22 de marzo
    S.D.S. (Sozialistiches Deutsches Studentenbund), alemán.

    Estos grupos, dirigidos por el trotskismo galo y con vistas a los famosos sucesos de mayo, habían
    organizado su "Ligue Comuniste", bajo inspiración de los cuadros dirigentes de los "Círculos Rojos",
    fracción avanzada del comunismo francés.

    La L.C.R., creada a partir de marzo de 1971, no es otra cosa que un remedo de la francesa y con base
    inicial del grupo "Comunismo". Una vez fundada, hacen públicas sus afinidades con la IV Internacional,
    considerándose de paso como los únicos representantes del trotskismo en España. Viene por otra parte
    L.C.R. a "ocupar el vado" dejado por el P.O.R. (T.), (Partido Obrero Revolucionario, trotskista),
    continuador, aunque a cierta distancia, del P.O.U.M.

    El P.O.R. (T), considerado por algún tiempo como la "Sección Española de la IV Internacional", al igual
    que su antecesor el P.O.U.M. y su sucesora la L.C.R., había conseguido más arraigo en la región Catalana
    y Vascongadas, donde, al parecer, la huella del pensamiento de León Trotsky es más marcada.

    PERIODO FORMATIVO

    El P.O.R. (T) se planteó como primordial objetivo la creación de un Frente Unido entre los estudiantes de
    todas las fracciones disidentes, las C.C.O.O. y las organizaciones de jóvenes. La dirección del P.O.R. (T.)
    estuvo ubicada en Barcelona, pues en su ambiente universitario era donde desarrollaba mayor actividad.
    También fue el refugio de los que en Madrid escaparon al desmantelamiento policial que tuvo lugar en
    octubre de 1968.

    Aunque el P.O.R. (T.) dispuso de sus órganos de dirección dentro del marco universitario, dirigió sus
    campañas de proselitismo hacia el mundo laboral con alardes propagandísticos. Su característica violenta
    fue la de las "manifestaciones relámpago".

    Por algún tiempo el P.O.R. (T.) dispuso de fondos abundantes venidos del exterior. Ello facilitó la
    formación de comités regionales, células (moles) y otros cuadros de rango ínfimo y medio, pero la verdad
    es que esta fracción del trotskismo, hoy prácticamente desaparecida, no logró sobrevivir a los
    desmantelamientos de la acción represora.

    La L.C.R. considera su oportunismo de suma importancia. Se apropia la "solera trotskista" de Cataluña, lo
    que trae como consecuencia, a los pocos meses de formarse la Liga, que surja el primer brote
    materializado en la denominada fracción trotskista del grupo "Comunismo", carente por otro lado de
    entidad y representación. Con dejar consignada su existencia, es más que suficiente.

    Impulsada por el ideario trotskista la L.C.R. se ha considerado situada en el puesto más avanzado de la
    extrema izquierda de cuantas cabezas tiene la hidra, aunque prontamente se vio rebasada por el P.C.E.
    (M-L) y su frente de masas, el F.R.A.P.

    De todas formas, el militante trotskista, en una valoración lata y universal, siempre se ha diferenciado por
    su "aparente" escasez, pero también por su más sólida formación y preparación; mayor peligrosidad y
    fanatismo que los "pekineses" y los "ortodoxos" o "moscuteros".

    De ahí que en sus materiales, sean más aficionados al insulto desconsiderado, la amenaza y las exigencias.
    "Nosotros —dicen en una proclama en abril de 1972, incitando a la huelga general de la

    construcción— conocemos bien el carácter criminal y asesino de la dictadura franquista"... "siempre la
    respuesta es y será la misma, los asesinatos perpetrados por los esbirros a su servicio: la Guardia Civil, la
    Policía Armada y la B.P.S. (Brigada Político Social)". Digamos solamente que su calidad literaria es de lo
    más ínfimo. Son fecundos en su radicalismo insultante. Quizá no sepan hacerlo mejor.

    La L.C.R. se distingue prontamente en cuantas huelgas importantes tienen lugar a raíz de su constitución.
    Citemos las de la construcción de Madrid en el mes de abril, y de la S.E.A.T. en Barcelona. "Todos
    unidos como un puño para golpear a la dictadura con nuestra huelga", fue uno de los "slogans"
    publicitarios más difundidos. Como otras cabezas de la hidra, también son aficionados a pedir la
    disolución del Ejército y la Guardia Civil.

    En enero de 1972 y en Barcelona, con asistencia de unos treinta militantes, la L.C.R. celebra su Primer
    Congreso. Entre las conclusiones más interesantes destacó la aceptación de los estatutos y la puesta en
    marcha de una petición para adherirse a la IV Internacional. Esta petición debía debatirse en el X
    Congreso Mundial.

    La celebración del Congreso impulsa la confección de materiales suscritos por L.C.R.; los orientan con
    carácter preferente al marco estudiantil, siendo los distritos "elegidos": Madrid, Barcelona y Valencia.

    A finales de febrero de 1972, el titulado B.P. de la L.C.R., lanza un panfleto titulado: "Hacia un nuevo
    Burgos". En el mismo se detalla cuál es la doctrina de la Liga y en qué consisten sus reivindicaciones.

    En sus bravuconerías, L.C.R., con motivo del fracaso de la concentración en la madrileña zona de Atocha
    en primero de mayo (1972), acusa desconsideradamente a otras organizaciones clandestinas de izquierdas
    no comunistas, especialmente U.G.T. y C.N.T. de dejar "abandonada a su suerte" a la masa, mientras los
    grupos comunistas, bajo el control de la L.C.R., han obligado a "los grises a tirar la porra y huir" y los que
    no lo lograron "se les rompieron los cascos y se les tiraba al suelo" (además de cobardes, deslenguados).

    Este protagonismo por hacerse con la dirección de los altercados callejeros, nada más estar presentes en
    las revueltas, les proporciona, por otro lado, la censura de los "pekineses", más veteranos y
    experimentados en correr de... la fuerza pública.

    DOCTRINA DE LA L.C.R.

    Poco después del Primer Congreso, L.C.R. padece una crisis en el seno de su Comité Central. Un grupo
    discrepante se "independiza" y forma "Encrucijada". Se articula con los elementos más avanzados del ala
    izquierda, defensores del vanguardismo predominante sobre la masa, de existencia del frente único con su
    influencia estratégica y la única salida posible de un gobierno impuesto por la clase trabajadora. El grupo
    "Encrucijada", luego llamado L.C. (a secas), despoja a la L.C.R. de casi la mitad de sus afiliados. Mas lo
    curioso es que, producida la escisión, el espíritu vindicativo se vio muy disminuido.

    Para tratar de la reunificación, durante los días dos y tres de diciembre (1972) en las afueras de Barcelona,
    tiene lugar el II Congreso de L.C.R.; no se llega a ningún acuerdo. Las discusiones son difundidas más
    tarde en un panfleto titulado "La Liga en marcha". Aunque, ciertamente, la marcha quedaba detenida.

    Convencida L.C.R. de su escaso éxito en el ambiente estudiantil, donde iniciara sus actividades, y
    desplazada, o más bien empujada por los grupos del comunismo "pekinés", abandonan el marco
    universitario para dirigir su proselitismo hacia los sectores laborales, donde creen descubrir mejor campo
    para la difusión de su doctrina.

    Según exponen en sus estatutos, la meta fundamental de la L.C.R. es la implantación de la dictadura del proletariado bajo la forma de gobierno de una República Socialista de Consejos Obreros. Como primera
    etapa —dicen— para conseguir una sociedad sin clases y a nivel mundial.

    Para alzarse con el poder, creen disponer a su antojo de las masas y llevarlas a la H.G.R. (Huelga General
    Revolucionaria) del pueblo con carácter violento e insurreccional. De esta forma —aseguran— será
    derribada la Monarquía.

    En los aludidos estatutos se cuenta también —si preciso fuera— con provocar la insurrección armada del
    pueblo, caso de que no pueda lograrse el asalto al poder, mediante la huelga general revolucionaria.

    A tales fines —sin andarse por las ramas— a principios de 1973 dirigen un llamamiento a los: "Obreros,
    estudiantes y trabajadores en general para solidarizarse con el resto del país".

    "La huelga general —pregonan— por las reivindicaciones pendientes de los trabajadores; por la
    readmisión de los despedidos; por la libertad de los detenidos; por la disolución de los cuerpos represivos.
    ¡Adelante por la huelga general! ¡Todos los puños cerrados y unidos en la misma dirección! ¡Abajo la
    dictadura asesina!".

    La L.C.R. pretende poner en marcha un camelo denominado etapa transitoria entre la caída del régimen y
    la dictadura del proletariado. La nueva "fórmula" ha de llamarse "gobierno de los trabajadores".

    Con él intentan: garantizar las libertades democráticas; desmantelar el aparato represivo fascista;
    implantar el control obrero en la producción; expropiar por las buenas (o por las malas) las propiedades
    privadas y, por último, crear las bases para la dictadura del proletariado, que conducirán al verdadero
    socialismo.

    No obstante, convencidos de que la capacidad combativa de la masa y su grado de conciencia
    revolucionaria dejaba mucho que desear, durante las jornadas del II Congreso acuerdan dar forma
    progresiva al programa de transición, estableciendo en el mismo un conjunto de actividades
    propagandísticas, formas de actuación en la lucha, organización de piquetes de autodefensa, etc... De esta
    forma, se convencería a la masa para la constitución de un movimiento obrero de vanguardia revolucio-
    naría capaz de las "victorias más resonantes contra la burguesía".

    Todo lo expuesto sirve al trotskismo para ampliar su influencia política y resaltar su espíritu revanchista.
    Su acción violenta está materializada en grupos con carácter de temporalidad, destinados a operar durante
    un conflicto concreto en la fábrica, instituto, taller, etc., originando problemas de índole social que afecte
    a un sector de población, de una determinada barriada, para crear situaciones comprometidas a las
    autoridades. En el momento clave en que estos "agitadores" se constituyen en defensores de los derechos
    de los trabajadores, de las reivindicaciones estudiantiles o de las exigencias de la población, L.C.R. se
    encarga de crearles una "popularidad", con la que luego canalizan en su contorno la adhesión de la masa
    embaucada.

    https://recursos.march.es/linz/I53595.pdf
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    “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

    A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)

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    Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo

    EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas

    (XVIII)

    El Alcázar. 18/02/1977.

    Por Francisco J. DE URCI

    LIGA COMUNISTA REVOLUCIONARIA

    L.C.R.

    EL Programa de Transición, es un calco del que desarrollaron los trotskistas en la revolución rusa de
    1917. Está basado en la toma directa del poder mediante una revolución violenta de las masas armadas y
    un decidido empeño de solidaridad internacional. Veámoslo resumidamente:

    Apoyo y participación en todas y cada una de las luchas de los obreros y otras esferas sociales que se
    consideren o se les convenzan de que están explotadas y oprimidas. Para ello se lanzarán consignas que
    las politicen. Se fomentará la organización de luchas obreras desarrollando las comisiones. Estas actuarán
    en cada caso mediante el control de comités previamente elegidos.

    Desarrollo al máximo de la autodefensa, mediante los necesarios piquetes debidamente
    preparados para la lucha. Se inculcará la importancia que tiene el militante que haya conseguido una o
    varias armas, por si la insurrección armada fuese necesaria. Esta consigna ha de ir acompañada de
    campañas antimilitaristas. Se iniciará el trabajo revolucionario dentro del Ejército, fomentando el
    descontento y la indisciplina entre los soldados
    . Se invitará a los demás partidos y organizaciones
    comunistas —aunque circunstancialmente— a la formación de frentes únicos. Hay
    que llegar así —dicen— al fortalecimiento mutuo.

    Hay que capacitar a la vanguardia obrera de forma sistemática en una concepción revolucionaria de asalto
    y toma del poder. La única alternativa eficaz contra la Dictadura fascista, es el Gobierno de los
    Trabajadores. En todo momento se ejercerá la agitación y propaganda antiimperialista y sistemática para
    lograr la solidaridad internacionalista.

    La L.C.R. cuida al máximo sus clandestinas actividades, aquí denominadas "cuestiones de
    infraestructura". Establecen cotización obligatoria entre sus afiliados y voluntaria entre los simpatizantes.
    Otro medio —más ficticio que real— para obtener fondos, es la venta de publicaciones. No efectúan
    reuniones en domicilios de algún militante y, por ello, buscan locales ajenos, tanto para las reuniones
    como para guardar los materiales de propaganda. Otros domicilios serán empleados como pisos francos;
    por último las parroquias y colegios también han sido utilizados
    .

    Las comunicaciones, (buzones) para recibir cartas y paquetes (propaganda) la fijan en los centros de
    trabajo, agencias de transportes y camioneros, evitando así el control en la circulación y distribución de
    los materiales. Son muy útiles las personas que viajan con frecuencia.

    ESTRUCTURA ORGÁNICA

    La L.C.R. apenas difiere de otro partido, movimiento, grupo... o cabeza de la hidra. Sigue el centralismo
    democrático, con la diferencia sobre otros de que, conseguido el triunfo, alcanzará plenamente a todo el
    aparato estatal.

    Ello implica una estructuración de dirección única con el reconocimiento de la elección a todos y cada
    uno de los niveles, con el derecho de agrupamiento (más teórico que otra cosa), siempre que aquél no
    tienda al rompimiento del conjunto.

    De mayor a menor categoría, la máquina burocrática de la L.C.R., se compone de los siguientes escalones
    de mando:
    El Congreso, órgano supremo y principal. Teóricamente representa todas las tendencias de L.C.R. y con
    la debida proporcionalidad. Su periodo de vigencia es bienal, aunque puede convocarse antes.

    El Comité Central es el órgano verdaderamente dirigente de la L.C.R., aunque entre éste y el Congreso
    existe con carácter circunstancial y para determinados asuntos del Comité de Control. En todo caso, la
    composición del C.C. es debidamente amplia,lo que permite la formación de equipos y comisiones para
    determinados trabajos (campanas de agitación, jornadas de lucha, manifestaciones, etc.). El máximo de
    componentes del C.C. suele ser de unos veinte. Las misiones del C.C. se resumen a la dirección y
    orientación de la lucha de clases; designación y definición de objetivos a cubrir y trabajos a realizar y su
    consiguiente planificación a nivel nacional. El C.C. se reúne cada tres meses. La convocatoria la realiza el
    B.P., bien con carácter extraordinario o a petición de un tercio como mínimo de los vocales.

    El B.P. (Buró Político) es el órgano de ejecución del C.C.; se elige entre los componentes de éste y solo
    se relaciona con él, ante quien es responsable. Se le denomina "órgano colegiado" y su ubicación está
    dentro del C.C.; de esta forma, pretenden lograr la "máxima eficacia política y orgánica". El B.P. se ha
    detectado unas veces en Madrid y otras en Barcelona.

    Las obligaciones del B.P. son las siguientes: Mantenimiento de relaciones con la IV Internacional;
    dirección de las campañas y jornadas de lucha generalizadas a todo el territorio nacional; formación de
    nuevas direcciones de entidad local y robustecimiento de las de rango regional; dotación y mantenimiento
    de las infraestructuras a nivel central y difusión y edición de las publicaciones centrales, tales como
    "Comunismo" y "Combate".

    En cuanto a los comités provinciales, comarcales y locales, el número de sus miembros oscila entre seis y
    ocho. Son designados libremente por el C.C., sin tener en cuenta para nada el derecho de elección
    defendido en los estatutos. Se basan en la situación de clandestinidad. Aunque esta justificación es pueril.

    Sus misiones se concretan a: Dirección y orientación de las células de acuerdo con las normas dimanantes
    del B.P.; responsabilidad de sus actuaciones a nivel correspondiente; responsabilidad de la infraestructura
    a su debido nivel, así como la seguridad para la impresión y distribución de los órganos y materiales de
    propaganda. Estos comités de rango medio y bajo, deben reunirse semanalmente; normalmente y bajo
    apariencia inocente, lo hacen en locales públicos. Estos comités reciben en casos determinados
    asesoramientos de comisiones especificas.

    Las células (moles, de molécula) reciben aquí el nombre genérico de órganos de aplicación política. Son
    las unidades o cuadros de formación básica comunista, así como de participación en la elaboración
    doctrinal de la organización. Las células dependen de los comités sectoriales, locales, comarcales y
    provinciales. Se organizan en fabricas, facultades, barrios, minas, tajos de trabajo, etc.

    Las células tienen un mínimo de tres y un máximo de siete componentes. El ingreso de un nuevo militante
    ha de estar respaldado por el informe de dos militantes presentadores. (Como para ingresar en la Real
    Academia de la Lengua). El nuevo militante admitido "condicionalmente", ha de superar un período de
    prácticas de tres meses; luego es admitido (o rechazado) definitivamente
    . Todo militante de L.C.R. recibe
    entonces sus alias, o "nombre de guerra".

    FORMAS DE ACTUACIÓN

    La L.C.R., para mantener la absoluta clandestinidad en el desarrollo de su ideario político, es muy
    inclinada al empleo de la palabra clave. Así, tras el desmantelamiento experimentado en Madrid durante
    el mes de octubre de 1973, pudo averiguarse utilizaban los meses del año para determinados conceptos de
    tipo básico.

    Así, "Junio" era el organismo encargado de la redacción de propaganda, circulares, normas internas y
    similares. Los inconvenientes que pudieran surgir eran subsanados por los "Agostos", encargados de
    facilitar los medios necesarios de seguridad. "Julio" era a su vez un cuadro integrado por elementos
    organizadores.

    Por otra parte, cualquier actividad sería controlada por los "Julios", mientras que los "Agostos", como
    responsables de la seguridad y clandestinidad, debían conocer todos los pormenores por lo que todo
    militante quedaba obligado a participarle cualquier sospecha de "infiltración o fuga". A su vez "Agosto"
    era el único capacitado para dictar chives y consignas secretas.

    Además de los órganos expuestos, L.C.R., cuenta con Comités Proletarios y Comités Revolucionarios,
    como órganos de intervención y de carácter específico.

    Estos Comités los integran simpatizantes y sólo el jefe es militante. La acción de L.C.R. se prolonga con
    otros comités especiales y de carácter temporal, como son los sectoriales, de lucha, técnicos, de barrio
    (Círculos Rojos). Por último, L.C.R. ha impulsado los llamados órganos de formación, en forma de
    seminarios (profrentes de lucha) y escuetas (de cuadros y a nivel nacional).

    Como los demás grupos clandestinos, no es fácil hacer la ponderación de poder de las fauces de esta
    cabeza de hidra, o dicho más claramente, número de sus afiliados. A mediados de 1972 se habían
    detectado ya organizaciones "embrionarias" en una docena de capitales de provincia, siendo las de
    Barcelona y Bilbao las de más adeptos. Después la prioridad la toma Madrid, seguida muy de cerca de
    Valencia.

    En Barcelona tuvieron importancia e influencia los comités de Sabadell, Tarrasa, Valles y Bajo Llobregat.
    A partir de 1972, L.C.R. padece "los rigores de la justicia" y la cabeza de hidra padece de fuertes dolores
    y queda bastante maltrecha. Los desmantelamientos comienzan en Vizcaya, donde L.C.R. trata por todos
    los medios de asociarse a E.T.A.-VI.

    Como quiera que de "emparejamiento" tan aleccionador para el pueblo alegre y confiado, se tratará al
    estudiar la E.T.A., sólo dejamos ahora la debida constancia. En resumen, L.C.R. se propaga más
    intensamente en Guipúzcoa, Navarra, Galicia, Asturias y Cataluña; luego hay islotes en Alcalá de
    Henares, Sevilla y Cádiz.

    L.C.R., cuya meta o "encendido sueño" es la de constituirse en el verdadero "Partido revolucionario de
    extrema izquierda", no ha dudado en establecer alianzas con otros grupos, incluidos el P.C.E. (ortodoxo),
    aunque luego "por la espalda" se denosten recíprocamente, llamándose traidores del verdadero espíritu
    leninista. Para L.C.R. su lema de "unidad en la acción concreta y libertad de propaganda autónoma", es lo
    que cuenta; L.C.R. presta también atención a las C.C.O.O., como sin contar con el señor de los jerseys
    [Marcelino Camacho].

    En noviembre de 1973, con motivo del III Congreso, separado desde un mes antes el grupo
    "Encrucijada", que toma el nombre de L.C. (Liga Comunista, a secas), piensa reforzarse mediante
    alianzas; L.C.R. toma el acuerdo unánime de "asociarse" a la E.T.A.-VII Asamblea, es decir, al grupo
    mayoritario de E.T.A.-VI. La fusión de ambos formó la L.C.R.-E.T.A.-VI (Organización Simpatizante de
    la IV Internacional) y por añadidura planificadora entre otros conflictos de los sucesos de Vitoria en los
    primeros días de marzo de 1976.

    La fusión no hace mucho consolidada, se ha iniciado con la formación de un Comité Central y un Buró
    Político unificados con órganos centrales de propaganda, comunes y suscritos por las siglas de L.C.R.-
    E.T.A. (VI). Esta fusión entre ambos grupos trotskistas, ha tenido como principal consecuencia, la
    introducción de las actuaciones "militantes" de E.T.A. dentro de las normas ya anticuadas de actuación de
    la L.C.R. que, en compensación, permite la expansión de aquella, fuera del país vasco-navarro
    , con lo
    cual, la peligrosidad del grupo, es decir de L.C.R., se ha visto potencialmente aumentada.

    TÉCNICA DE COMANDOS

    En su breve historial L.C.R. se ha mostrado bastante oportunista y aprovechadilla, pero siempre violenta y
    agitadora. Su actitud más habitual es la agresividad. Aunque muy parecidas sus formas de actuación a las
    de otros grupos subversivos, son en cambio peculiares a L.C.R.. De ahí que veamos algunas de sus
    tácticas de actuación.

    La más "usada" es la de manifestaciones públicas y comandos. En primer lugar hacen la convocatoria,
    que suele transmitirse de "boca a boca". Solamente los militantes dirigentes conocen la acción a realizar.
    Toda manifestación comando, tiene una concentración previa. Para ello, se fijan las horas y sitios de
    reunión. Se encarece la puntualidad. Si hay manifestantes que no conocen la zona, se les señala
    anticipadamente un lugar de emplazamiento y los itinerarios para llegar a la misma.

    La manifestación comienza cuando el responsable, situado "a la cabeza", da la orden mediante unas
    palmadas, o a la voz conminatoria de: "¡Saltar!". La hora de comienzo se respeta con toda exactitud.

    Al instante de efectuarse el salto, sin apresuramientos, la cabeza organiza la manifestación mediante las
    oportunas órdenes, hasta encauzar la masa de la forma siguiente: Rompiendo marcha, un grupo compacto
    con "los brazos engarzados", ocupa todo el ancho de la calle; detrás un piquete de autodefensa compuesto
    normalmente— por veinticinco individuos, provistos de barras, cadenas, porras y armas blancas. A éstos
    le siguen los "cocteleros", normalmente cinco. Van provistos de sus correspondientes "Molotov", a razón
    de dos por individuo. Los piquetes de propaganda, uno o dos a cada flanco
    , integrados por diez individuos
    cada uno, marchan "pacíficamente", con relativa soltura, pero sin distanciarse del grueso. Después van los
    "abanderados" y "pancarteros", distribuidos entre el resto de los manifestantes.

    Además funcionará un piquete especial denominado "de corte", cuya función consiste en principio, en
    situarse en el flanco izquierdo de la manifestación, adaptándose al ritmo de marcha de ésta. Los piquetes
    de corte están integrados por unos diez individuos, provistos de palos y barras. Son los encargados de
    cortar el tráfico rodado si preciso fuera y van dispuestos a volcar vehículos, atravesarlos
    o bloquearlos.

    El recorrido de una manifestación ha sido estudiado y marcado previamente. Suele ser un trayecto corto.
    Al final, uno de los de cabeza, da un pequeño mitin de un minuto de duración como máximo. La
    dispersión se realiza a una orden del grupo de cabeza; se aprovecharán todas las bocacalles y cruces.

    Las "cortadas" las hacen frente a cines, locales públicos, establecimientos recreativos, con el fin de que
    los manifestantes tengan donde ocultarse, caso de aparecer la fuerza pública
    . Por sectores y a horas
    determinadas, suelen establecer citas de seguridad, para los que han dirigido la manifestación-comando.

    Durante el trayecto las consignas se dan a viva voz y a veces con megáfono. Serán cortas y "pegadizas".
    Para ello, se recurre al pareado.
    En cabeza de la manifestación formarán cuatro militantes de Universidad,
    dos de Enseñanza Media, dos de Barrio y otros dos de Proletarios. Media hora antes de la acordada, se,
    encontrarán en el punto de reunión para "otear el horizonte". Caso de haber vigilancia de fuerza pública,
    desisten.

    Los piquetes de vigilantes se organizan por militantes provistos de motocicletas. Se situarán en el lugar
    señalado sólo unos minutos antes de organizarse la manifestación-comando
    . Si ven fuerza pública, avisan
    inmediatamente al grupo de cabeza
    . Cuando el número de agentes de la autoridad es pequeño, el grupo de
    cabeza decide si se han de dispersar o si han de hacer frente; entonces es cuando los "cocteleros" entran
    en acción. Durante la manifestación, el piquete de propaganda, hace la "siembra" desde los flancos, a los
    sorprendidos transeúntes
    .

    Última edición por ALACRAN; 04/03/2021 a las 13:10
    “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

    A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)

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    Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo

    EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas

    (XIX)

    El Alcázar. 19/02/1977.

    Por Francisco J. DE URCI

    LIGA COMUNISTA REVOLUCIONARIA

    L.C.R.

    EL método operativo de L.C.R., en orden a los puntos básicos de su Programa de Transición, es la propaganda. Factor esencial por otra parte en cualquier cabeza de hidra. Si no hay propaganda —dicen— se da la sensación de que la organización está muerta, no hay publicidad, no, pueden enterarse amigos, ni enemigos, ni indiferentes. La propaganda es, sin duda, "el alimento de la organización".

    Especial cuidado pone la L.C.R. en la confección de pancartas, así como en los textos que éstas han de llevar, tarea que se encomienda al sector estudiantil de grado superior; en cambio, la confección de banderas es misión de los de grado medio. Luego, la exhibición corresponde a los manifestantes. El número ideal de éstos, en una manifestación-comando tipo, es de unos doscientos. Casos típicos de actuaciones propagandísticas importantes de la L.C.R., fueron los desarrollados en los años 1973 y 1974.

    Temas repetidos y reiterados en sus materiales son la inutilidad de los cauces de entendimiento con el sindicalismo oficial, la lucha contra la represión, las reivindicaciones laborales y por supuesto las campañas antiamericanas. La difusión de "papel" es mucho más acusada en los días anteriores a alguna fecha señalada, casos del primero de mayo, 18 de julio, primero de octubre, 7 de noviembre, etc.

    Como publicaciones de carácter nacional L.C.R. difunde "Combate", dirigido a la vanguardia trotskista. Su tirada es irregular. El primer número apareció en marzo de 1971. "Combate" se edita además en París, para su difusión entre los emigrantes españoles.

    El órgano doctrinal es "Comunismo", portavoz de la lucha ideológica. Su tirada es igualmente irregular. Ambas publicaciones aspiran cuando dispongan de recursos a normalizar sus tirajes.


    OTROS ÓRGANOS DE DIFUSIÓN

    Para publicaciones de tipo localista, L.C.R. dispone del "Proletario", con destino a los productores de las grandes empresas, de donde toma el apelativo. Así, existe un "Marconi Proletario", un "S.E.A.T. Proletario", etc. Estos periodicuchos son de aparición irregular Y esporádica, para cada ocasión. Sus intenciones son los de erosionar al máximo las relaciones de entendimiento entre obreros y directivos, hasta provocar los conflictos laborales. El daño que causan es considerable, especialmente en las grandes factorías, donde trabajan varios mulares de obreros y el "contagio" de la masa es muy factible.

    Entre las de tipo regionalista, destacan "Aurka", publicación vasca, dirigida a los estudiantes y de matiz separatista, y "Barricada", órgano de los comités de enseñanza media de Cataluña. La aparición de ambas es irregular.

    Tras el entendimiento de L.C.R. con E.T.A.-VI, han surgido nuevas publicaciones como "Languillearen", órgano del Comité de L.C.R. de Euzkadi; "La Internacional", publicación semestral, se imprime en Francia y se difunde entre los emigrantes; "Rojo", editada en Lausana (Suiza) en colaboración con la Liga Marxista Revolucionaria de Suiza, para su difusión entre los emigrantes españoles residentes en aquel país; "Izquierda Comunista", de aparición esporádica, también impreso en Lausana, que en resumidas cuentas es un suplemento de "Combate", con destino a emigrantes, y, por último, la publicación etarra "Zutik", órgano de su Comité Central, ahora también órgano de L.C.R.

    En Galicia, L.C.R.-E.T.A. (VI) pretendió establecer centros regionales en Santiago de Compostela y Vigo, aparte dos sondeos en El Ferrol, desmantelados rápidamente por la acción policial. No obstante, sostiene cauces difusores en la famosa Universidad gallega a través de los C.E.I. (Comités de Estudiantes en Lucha), estando presente en cuantos altercados callejeros, siembras y pintadas se realizan en Santiago.

    En cuanto a Vigo, su influencia se patentiza mediante los C.A.R. (Comités Antirrepresivos) y los C.R.E.(Comités Revolucionarios de Estudiantes). Durante el mes de mayo pasado, aparecieron las J.C.R. (Juventudes Comunistas Revolucionarias). Medios de difusión de estas nuevas cabezas de hidra, son "O Roxo", portavoz del Comité Regional y "Universidade Roxa".

    Para el sector laboral y también el estudiantil, el trotskismo "ha parido" en Galicia, dos nuevas cabezas: I.O. (Información Obreira) y L.M. (Larga Marcha), su "dispositivo" de actuación se "confunde" con el de L.C.R.-E.T.A. (VI). Aunque sus efectivos universitarios son escasísimos, resultan por el contrario muy activos y peligrosos. Su debilidad es la colocación de carteles, controlados por C.E.A. (Comités de Estudiantes Antifascistas). Como puede deducirse, tanto C.E.L., como C.E.A.; C.A.R., C.R.E., J.C.R., o I.O.-M.L., son los distintos "frentes de masas de L.C.R. y E.T.A.-(VI).

    Como grupos filiales de L.C.R.con cierta entidad, tenemos en Cataluña A.C. (Acción Comunista), originaria de los "felipes" al principio de la década de los sesenta. Su órgano de difusión de igual nombre, "Acción Comunista", comenzó a publicarse en Bélgica, con insistentes evocaciones a Andrés Nin en sus artículos de fondo, luego publicaron "Acción Obrera".


    Otro grupo, aunque muy reducido, fue U.C.L. (Unión Comunista de Liberación) con clara intencionalidad hacia el proletariado. En su ideología se titularon miembros de la "vanguardia transitoria" y comenzaron sus actuaciones a través de plataformas "instaladas en las C.C.O.O.; el órgano de difusión y propaganda le titularon "Comuna".

    La O.C.L.C. (Organización Comunista "Lucha de Clases") tiene también un carácter minoritario y regionalista, circunscrito a Cataluña. Su posición ideológica es fluctuante entre los "pekineses" y los"trotskistas". Publica dos papeluchos de corta difusión, titulados "Lucha", de marcado contenido político,y "Lucha de Clases", de pretensiones teorizantes. Acoge entre sus afiliados a dirigentes activistas repescados de otras organizaciones de la hidra que cuenten con curriculum vitae dilatado en su "lucha por la libertad", aunque por su edad y pérdida de condiciones hayan sido licenciados por otras organizaciones.Todas sus gestiones van dirigidas hacia las plataformas dentro de las C.C.O.O., sin consultarle por supuesto al señor de los jerseys (*), ya que su influencia sólo se limita a Cataluña.

    Los C.R. (Cuadernos Rojos) se autodefinen como grupos comunistas, aunque antes que una organización,es un grupo con pretensiones teoréticas en torno a la publicación de igual título aparecida en Barcelona a partir de enero de 1971. Su calidad literaria e insidiosa es de cierto relieve. Análogamente están los G.C.R. (Grupos Comunistas Revolucionarios), aglutinados por la revista "Avante", también nacida en1971.

    La P.R.F.E. (Política Revolucionaria Frente Enseñanza) fue otro grupúsculo reducido dentro del sector universitario. Su revista "Enseñanza y Revolución", planteó a la docencia una complicada problemática,con respecto a las organizaciones obreras.

    Por último, nos quedan los C.O.C. (Círculos Obreros Comunistas), encasillados dentro de los "comunistas antiimperialistas". Es más numerosa que las anteriores y tienen su mayor 'cantera" a través de la C.O.E.(Comisiones Obreras de Empresa) del Valles y Plataformas anticapitalistas de Barcelona. Disponen dedos revistas: "Vallés Obrero" e "Izquierda Comunista", como órgano de difusión de su Comité Nacional.


    LA CRISIS APARENTE DE L.C.R.

    Si L.C.R. se situó entre los grupos subversivos de extrema izquierda con cierto prestigio debido a su línea dura, su osadía y sus acciones de comandos, en las que están muy experimentados, lo cierto es que otras cabezas de la hidra, afilaron mejor sus fauces y le sacaron cierta ventaja. Más preocupada L.C.R. por unos militantes componentes de formación intelectual y de pensamiento internacionalista, quedó "rezagada" en cuanto a actuaciones sensacionalistas.

    Los planteamientos estratégicos de L.C.R. son atacados por las demás cabezas de la hidra, cuando varios de ellos se federan para una acción determinada. Se ha constatado que la influencia de estas eventuales"federaciones" es notoria. Últimamente han dejado en segundo término la fase denominada por ellos mismos de "infantilismo revolucionario", consistente en agresiones a bancos, comercios y edificios, con rotura de lunas y lanzamientos de cócteles "Molotov", para dedicarse intensamente a manejar las masas laborales. Con verdadero interés trabajan a las C.C.O.O. para "quitárselas" al P.C.E. (ortodoxo),desencanto que sufrieron cuando el señor de los jerseys, hizo pública su identificación con el "carrillismo".

    Acciones "bélicas" de la L.C.R. en su periodo inicial fueron el atentado contra las oficinas de I.B.M. en Bilbao en el mes de julio de 1971, en protesta por la visita a España del vicepresidente de los Estados Unidos; el ataque a una dependencia de S.E.A.T. en Barcelona, el 29 del mismo mes y año, en protesta por la vista dos días después en la Magistratura del Trabajo, por el despido de unos obreros; nuevos ataques a las dependencias de la S.E.A.T. en El Ferrol del Caudillo en 21 de enero de 1972, derivativas de los de Barcelona; ataque a la embajada de Francia en Madrid, a dos sucursales del Crédito Lionés en Barcelona y a las oficinas de dos Compañías de Seguros francesas en Valencia, durante julio de 1973, como represalia por haber declarado el Gobierno galo fuera de la Ley la L.C.R. del país vecino; atentado en septiembre del mismo año en Madrid de las oficinas de las "Líneas Aéreas Chilenas" en respuesta por el derrocamiento del presidente Allende y ataques a las oficinas de I.T.T. y Ford de Barcelona, en campaña antiamericana, etc...

    La acción penetrante de la L.C.R. en las grandes empresas es de suma gravedad, debido a que han conseguido en sus actuaciones cierto grado de seriedad y prestigio. Por otro lado los materiales de difusión, revisten una marcada peligrosidad. Los sucesos de Vitoria, tan traídos y llevados por la prensa enconada, —insistimos y demostraremos en su momento— no son otra cosa que los resultados concretos de los métodos trotskistas para el "envenenamiento" de las masas.

    La L.C.R. tiene por máxima aspiración inculcar en las grandes huelgas una postura combativa, armando en su momento a las masas. Por otro lado gozan de cierta aureola por ser los "inventores" —según hemos detallado— de los piquetes de autodefensa y las manifestaciones-comando.

    En todo caso, la presencia de la L.C.R. en cualquier altercado laboral o estudiantil quedará patentizada por la práctica de la violencia, en la que mantiene rivalidad "fraternal" con las organizaciones de choque del P.C.E. (M-L), O.M.L.E., O.R.T., etc...

    Caso interesante y preocupante de labor de zapa de la L.C.R. ha sido su infiltración en la H.O.A.C. (Hermandad Obrera de Acción Católica), con el pretexto de organizar P. O. (Plataformas Populares) de Barrio, Fábrica, Taller, etc... Su misión era la de hacer proselitismo y distribución de "materiales", cuyos temas son: las deficiencias de barriadas, las censuras al gobierno, las campañas contra la crisis energética, la carestía de vida, colegios, etc.

    De esta infiltración surgieron luego los G.O.E.S. (Grupos Obreros de Estudios Sociales) de inspiración abiertamente marxista.


    L.C.R. (BOLCHEVIQUE-LENINISTA)

    A principios de 1973, la L.C.R. "pare" un nuevo engendro llamado en su bautizo O.T. (Organización Trotskista), para confirmarse más tarde como L.C.R. (B.-L.), tendente a mantener aunque un poco a su aire la línea política de L.C.R.-E.T.A. (VI) para intensificar la corriente revolucionaria hacia la reconstitución del verdadero partido leninista. Las razones son más de tipo "sentimental" que otra cosa. Este retorno al leninismo "puro", pero bajo control de la IV Internacional, lo anticipa en una revalorización y "refrescamiento" de memorias tanto hacia Lenin como hacia Trotsky.

    De ahí que la "difusión" no haya causado extrañeza, debido a la postura de equilibrio de dicho grupúsculo dentro del trotskismo más representativo, exento de los confusionismos que para embaucados y cortos de vista, provoca la mecánica "premeditada" de las escisiones.

    Por su parte la fusión de L.C.R. con E.T.A.(VI) puso de manifiesto una vez más el considerable peligro de esta cabeza de la hidra que, es a su vez la más "ferviente" propagadora y difusora de las virulencias etarras que en fin de cuentas, con todas sus escisiones, grupos, frentes, etc. —también lo veremos en su momento— no deja de ser, lisa y llanamente, otra cabeza más de la hidra, o dicho de otro modo un partido comunista más, radicalizado en el país vasco-navarro.

    En apoyo de cuanto decimos la O.T., "impuso" a través de su programa de unificación con E.T.A. (VI) un exclusivismo a ultranza con vistas a su absorción por la L.C.R., para alcanzar su hegemonía en Euskal-Herria, con su correspondiente participación "mayoritaria" en los aparatos burocráticos.

    La trampa estaba tendida y E.T.A. (VI) se aseguraba cierta postura expansionista a otros "países" de la nación española, como Galicia y Cataluña. En definitiva la misma concepción estratégica que ya iniciara el grupo Komunistak.

    Como pruebas irrefutables tenemos los argumentos expuestos en "Proletario" en enero de 1974, bajo el título de "Órgano de los militantes y simpatizantes de Banca" de L.C.R.-E.T.A. (VI), periodicucho de poca entidad.

    Concluyendo la L.C.R. en su "pluralismo" proselitista articuló a su vez dos secciones de gran influencia, con el fin de presentar en cada caso la más conveniente a cada momento. Así el grupo "En Marcha" (también llamado "Avance"), defiende el aperturismo. Sus adictos se autotitulan "marchantes", ignoramos si su extracción se hizo entre chalanes y tratantes de ganado. Los "marchantes" no se detienen en los programas de transición, a los que consideran trasnochados.

    La segunda tendencia forma el grupo "Encrucijada" y sus conspicuos han sido denominados un tanto irónicamente los "encrucijados". Consideran a los "marchantes" o aperturistas como "herejes del trotskismo", clara muestra del sentido de religión laica que para sus adeptos posee el comunismo como teoría filosófica. Consideran por añadidura que todo reformismo y evolución es perjudicial para la revolución. Lo que no dejan de ser conceptos que se repelen.

    Poco después surgió un tercer grupo, aunque de menor entidad que adoptó el nombre de "Aurora", estos "madrugadores", por lo de "Aurora" signen —o al menos pretenden— la línea "lambertista", de "Lambert", nombre de guerra del trotskista francés Pierre Boussel, conspicuo de la O.C.I. (Organización Comunista Internacional), expulsado en 1971, de la IV Internacional.

    Dentro de tanto lio, solo para impresionar a los ignorantes, los "encrucijados", se antoconsideran a su vez como los "ortodoxos" del... trotskismo.

    FRANCISCO J. DE URCI

    https://cdndigital.march.es/fedora/objects/linz:R-38974/datastreams/OBJ/content


    (*) Marcelino Camacho, jefe sindicalista de CCOO
    Última edición por ALACRAN; 04/08/2024 a las 11:01
    “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

    A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)

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    Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo

    EL COMUNISMO. La hidra de las cien cabezas

    (y XX)

    El Alcázar. 21/02/1977.

    Por Francisco J. DE URCI


    CATALUÑA TAMBIÉN CUENTA

    Concluimos el estudio de la hidra con el comunismo "esencialmente catalán", sector un poco anónimo del monstruo.

    En cuanto a, su cabeza principal, es decir, el P.C.E. (ortodoxo) no ha sido estudiada ya que no fue éste nuestro propósito. Sus pretensiones y su historial por desgracia para España son de sobra conocidos. Por otra parte, el exponerlos aunque someramente requeriría un tratamiento aparte, de magnitudes más ambiciosas. De todas formas, algo de su ejecutoria actual ha quedado "disuelto" entre las diversas cabezas de la hidra, a las que hemos dedicado nuestra atención en los capítulos anteriores.

    El P.C.E. (ortodoxo) o "moscutero" que, ahora quiere y "exige" entrar en el juego democrático, con su nuevo antifaz del eurocomunismo y su reclamo publicitario de "al socialismo por la libertad", o algo así, es y será el tronco y cabeza principal de la hidra y todas las demás siglas que han surgido y posiblemente surjan, son peones de brega de su complicado ajedrez, por engullirse la civilización de Occidente. Lo demás son quimeras para alimento nocivo de miopes, apocados y memopensantes, de los que, desde hace escaso tiempo a esta parte, florecen incomprensiblemente en el "campus" político nacional, lo mismo que la mala yerba en los predios.

    Ilustres tratadistas definieron al comunismo como sistema político, económico y social, que acepta el materialismo científico como filosofía, negando todo tipo de espiritualismo o religión, preconiza la lucha de clases como método de actuación y condena la propiedad privada.

    No obstante, el comunismo más que una teoría y un sistema político, es una conspiración latente, tendenciosa y permanente, contra todo y contra todos los que no sean comunistas y, a veces, contra... otros comunistas, cuando quieren sacar los pies del plato.

    En opinión de F. Aguado Sánchez, autor de una obra tan exhaustiva como incontrovertible sobre las actividades del P.C.E. (ortodoxo) para combatir el régimen español nacido el 18 de julio de 1936, "el comunismo es un incordio", entendiendo por incordio lo que la medicina denomina, es decir, ciertos bubones o tumores que salen a veces por la región perineal y que, si no son graves, sí son molestos.

    En su carnavalada política por escalar el poder, el comunismo posee una larga capacidad para el cambio de antifaces. Siempre juega con dos a la vez, mostrando a los tontos útiles la faz sugestiva. Por eso, el general Franco que de estas cuestiones sabía también más que nadie, decía que el comunismo: "enseña la cara que cautiva y oculta la que repele".


    PARTIDO SOCIALISTA UNIFICADO DE CATALUÑA P.S.U.C.

    Actualmente se le define como filial del P.C.E. (ortodoxo) con apenas autonomía propia, aunque en épocas pasadas no fuese así. En verdad es una "gracia especial" concedida por el P.C.E. a Cataluña, para atizar la tea, más que antorcha, del separatismo. Su línea política es la clásica, con adaptaciones a la región donde se desenvuelve.

    El P.S.U.C. se autodefine a su vez como: "Partido marxista-leninista de la clase obrera y el pueblo catalán para conseguir la transformación revolucionaria del capitalismo en un socialismo primero y comunismo después, mediante la unión de la clase obrera, la alianza de las fuerzas del trabajo y de la... cultura".

    Defiende un cauce hacia el socialismo sin llegar ni a la guerra civil ni a la insurrección armada, pero sí mediante la movilización de las masas.

    El P.S.U.C. se constituyó en 23 de julio de 1936 mediante la fusión de otras cabezas de hidra entre comunistas y socialistas, como fueron: U.S.C. (Unión Socialista de Cataluña); P.C.C. (Partido Comunista de Cataluña); F.S.C. del P.S.O.E. (Federación Socialista de Cataluña del P.S.O.E.) y P.C.P. (Partit Catalá Proletari). Previamente hubo un comité de enlace con el P.C.E. durante la revolución roja de octubre de 1934. Como norma y aquí se patentiza su identidad con el P.C.E., todo militante de éste, si reside en Cataluña, es a su vez miembro del P.S.U.C. y al revés.

    El P.S.U.C. propugna, ¡cómo no!, el centralismo democrático y se estructura en células, comités de barrio, distrito, locales, comarcales y regionales (nacional) un C.C. y un C.E. (Comité Ejecutivo). Todos los acuerdos que se tomen por un "cuadro" son obligatorios para el cuadro inferior. Su programa político preconiza el derrocamiento de la dictadura fascista y el establecimiento de las libertades políticas mediante —ojo al parche— el establecimiento de un régimen republicano constituido por una Federación de Pueblos Hispánicos, con un presidente moderador, pero no ejecutivo.

    Como representante del poder ejecutivo habrá un Gobierno y para el legislativo una Cámara de diputados elegida por sufragio universal. Al poder judicial le conceden la independencia.

    Para el gobierno de "su país", propugnan además la creación del C.E.S.C. (Consejo Económico y Social de Cataluña) integrado por los sindicatos de obreros, institutos científicos, colegios profesionales, etc., con atribuciones "imperativas" en los sectores claves e "indicativas" en los demás.

    Para el P.S.U.C. dentro del Estado español, hay tres naciones con personalidad propia: Galicia, Vasconia y, por supuesto, Cataluña. Aparte dan una posibilidad política estratégica para otras regiones. La integración —dicen — de Valencia o Baleares en Cataluña, como de Navarra o los departamentos vasco-franceses en Euzkadi, es cuestión que ellos mismos deben decidir.

    Actualmente el P.S.U.C. está integrado en la C.C.F.P.C. (Comisión Coordinadora de Fuerzas Políticas de Cataluña), cuya meta es crear las condiciones necesarias para que "el pueblo catalán pueda ejercer el derecho de la autodeterminación". Para ello, se ha de establecer el Gobierno de la Generalidad y el Parlamento Catalán y... si la "Nación catalana decide integrarse en la Federación de Naciones Orgánicas", habrá que entenderse con los demás componentes.

    Órganos de difusión del P.S.U.C., algunos de larga vida, son "Treball", "Universitat," y "Joven Guardia", hay otros locales y sectoriales de escasa difusión. De todos, "Treball" es el de más entidad. Su publicación comenzó en 1940 y no se ha interrumpido, lo que demuestra por otra parte el enraizamiento del P S.U.C. en la región. En el capítulo Ejército y Fuerzas Armadas, mantienen que lo mismo que España, necesitan una "revolución política que los libre de servir a los yanquis, a la corrupción y a la represión".

    Como alternativa para el cambio proponen: Amnistía total; libertades políticas sin discriminación: no a la apertura y al centrismo y huelga general del proletariado que puede conseguirse "en cualquier coyuntura política favorable''.

    En una "muestra" como partido de orden, se pronuncian por un cambio total de las estructuras pero sin choques ni violencias tanto con el Ejército como con la fuerza pública. Muy "feligreses" ellos, dicen no ser anticlericales y sí respetuosos con Nuestra Santa Madre la Iglesia Católica Apostólica Romana a la que consideran "muy positiva" en su cambio de postura con respecto al régimen (al franquista, por supuesto).


    PARTIDO COMUNISTA DE ESPAÑA (INTERNACIONAL) P.C.E. (I)

    Se definió como un partido político proletario que aspira a derrocar el régimen burgués y de las clases explotadoras para imponer el comunismo, sirviéndose de la dictadura del proletariado. Como puede verse, todas las definiciones de las cabezas de la hidra están homologadas. Apenas difieren unas de otras, lo que demuestra a las clases el origen común de todas ellas.

    El P.C.E. (I) defiende la ideología marxista de quienes pretenden atacarla, pero recogiendo ante todo la "verdadera esencia" del comunismo y del "auténtico" P.C.E. cuando José Díaz Ramos, tránsfuga del anarquismo sevillano, fue su secretario general.

    Debido a la "pasividad" del comunismo ortodoxo, con sus juicios agoreros de justificación como partido de orden, el P.C.E. (I) dijo unirse teóricamente al bloque marxista-leninista, es decir, a los que hemos venido llamando "pekineses" (y que perdonen los perritos), para "abolir la explotación del hombre por el hombre". Cinismo hay para dar y tomar.

    El P.C.E. (I) tuvo origen en Barcelona y fue un "parto" del longevo P.S.U.C. que como ya hemos consignado representa con ligeros retoques al comunismo (ortodoxo) del Principado. El acontecimiento se produce en 1967. Varios grupúsculos de Madrid, Zaragoza, Sevilla y el País vasco, tan desorientados como inadvertidos, procedentes a su vez de diversas desarticulaciones del P.C.E. (ortodoxo) en dichas ciudades y algún que otro militante de las C.C.O.O., se unen durante los años siguientes en torno al nuevo anagrama, engrosando — aunque no gran cosa— su limitado censo.

    En el mes de mayo de 1972 se hace una "depuración" de adherentes, con el fin de poner las bases para crear un verdadero partido político, bajo marcadas influencias maoístas. En marzo del año siguiente, celebran su Primer Congreso, definen su línea política, aprueban los estatutos y nombran el Comité Central.

    El P.C.E. (I) ha sido protagonista de numerosas desarticulaciones en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valladolid y otras ciudades españolas. Sus miembros han sido objeto de varios Consejos de Guerra y vistas en el recientemente disuelto T.O.P.

    En su esquema orgánico, el P.C.E. (I) no difiere gran cosa de sus "primos hermanos" de la hidra. Así, se deciden por el centralismo democrático y el escalonamiento jerárquico de los Comités locales, provinciales, regionales y central; secretario general y C.E. (Comité Ejecutivo) son los órganos permanentes, y la célula o troica, el básico.

    El P.C.E. (I) dispone asimismo de su organización juvenil, muy enraizada en el sector estudiantil, denominada J.G.R. (Joven Guardia Roja), con doble, cara titulada A.D.J. (Asamblea Democrática de la Juventud).

    Su programa político es también similar al de cuantas cabezas de la hidra hemos estudiado. A saber: derrocamiento del fascismo, imprescindible como fase previa para desarrollar el programa cuya meta final es la dictadura del proletariado.

    Atención especial dedican a las C.C.O.O., para crear el Frente Unido, con articulación de fuerzas que se organicen desde la base, tanto en ciudades, como pueblos, aldeas, barrios y campesinado. Muy optimistas, se inclinan por un "levantamiento general del pueblo armado contra el fascismo", hasta imponer un Gobierno provisional, con la misión de organizar sus elecciones generales. A esta fase la denominan "intermedia", lo mismo que el P.C.E. (ortodoxo), con lo cual, de originalidades, no andan muy bien que digamos.

    Otras pretensiones del P.C.E. (I) son la autonomía de las "nacionalidades" españolas; la disolución de las fuerzas de orden público para sustituirlas por unas milicias; la depuración del Ejército; la amnistía general; la ruptura total con los Estados Unidos; la liquidación del colonialismo con la devolución a Marruecos de Ceuta y Melilla, etc.

    Después se organizaría el F.P.D. (Frente Popular Democrático) y el Gobierno Popular Revolucionario con el respaldo del "pueblo en armas".

    Como medios de difusión cuentan con "Mundo Obrero Rojo", su órgano oficial, y "Hacia el Socialismo", cuaderno teórico de unas cien páginas en cuarto, cuyo primer número salió en abril de 1973. Colaborador destacado de estos cuadernos subversivos es Ramón Lobato. El P.C.E. (I) admite cualquier tipo de alianzas, siempre que éstas vayan dirigidas a la eliminación del fascismo y la monarquía como sistemas de gobierno. En verdad el P.C.E. (I) sigue muy de cerca al P.S.U.C., que a su vez imita al P.C.E. (ortodoxo), pero en su fase anterior al reciente invento camelístico del eurocomunismo.


    El P.C.E. (I) en su expansión a "otras nacionalidades hispánicas" es detectado a principios de 1974 en Galicia, con núcleos de cierta entidad en El Ferrol del Caudillo y Puentes de García Rodríguez, con preferencia en el sector laboral y algunas ramificaciones en Vigo. En cuanto a Santiago de Compostela y para el sector estudiantil, han reorganizado el S.D.E. (Sindicato Democrático de Estudiantes) oponente del P.C.G. (Partido Comunista Gallego) del grupo ortodoxo, M.C.G. (Movimiento Comunista Gallego) y E.R.G.A. (Estudiantes Revolucionarios Gallegos) afecto a la U.P.G. (Unión de Pobo Galego) del bloque "pekinés".


    PARTIDO DEL TRABAJO DE ESPAÑA. P.T.E.

    La I. de Internacional dio al P.C.E. (I) cierto talante trotskista con el que los conspicuos del C.C. no estaban muy conformes. Por ello en febrero de 1974, cambian de careta y pasan a titularse P.T.E.; con la eliminación "oficial" de posibles sospechas de trotskismo, al mes siguiente ingresan en la Plataforma Democrática.

    Sus conspicuos pregonan contar con grandes masas en Madrid, Barcelona y Valencia, seguidas de cerca por Asturias y Canarias. Y por supuesto hacen bastante poco por justificar su denominación de partido del trabajo. A lo que están más propensos es a ocasionar paros, huelgas y conflictos laborales. Estas frivolidades no deberían tolerarse. Un partido del trabajo que... no trabaja.

    El P.T.E. puso en circulación un nuevo ciclostilo al precio de diez pesetas, titulado "El Correo del Pueblo", en sustitución del "Mundo Obrero Rojo" del P.C.E. (I). Con tan elementales blanqueos de fachada, asombran a embaucados. Al comienzo se distinguieron en sus campañas publicitarias pidiendo la libertad de Garmendia y Otaegui, expresando —ahí es nada— su firme repulsa por la política terrorista del régimen, amenazando con una huelga de hambre, haciendo reiterados llamamientos a la "oprimida clase trabajadora", con el fin de que no se cometan "más asesinatos por orden del gobierno fascista".

    En 31 de octubre de 1975, el B.P. del P.T.E. formuló su declaración general de principios: "Nos dirigimos —decían— a la opinión pública en un momento trascendental en que la muerte de Franco se considera un hecho inevitable y el príncipe Juan Carlos se ha hecho cargo interinamente de la Jefatura del Estado, lo que prácticamente supone la materialización de la sucesión prevista por Franco y su Régimen fascista. ¿Puede haber algo que hay?. —aseveran más adelante —. España es hoy un inmenso campo de concentración. Estamos en el fondo del precipicio".

    El P.T.E. se reparte con la O.R.T. en Andalucía la influencia de las Comisiones de Jornaleros, impulsoras del sindicato unitario, independiente, autónomo y democrático. En cuanto a su frente de acción juvenil, denominado unas veces Joven Guardia Roja y otras Asamblea Democrática de la Juventud, está en una fase de auge. De momento sólo han llegado al "infantilismo" subversivo que comprende pintadas, carteles, pancartas y algunas siembras de propaganda. Pero de todas formas, la Joven Guardia Roja, en el sector estudiantil, está consiguiendo bastante ascendiente.

    En resumen, el P.C.E. (I), después P.T.E., nacido del P.S.U.C., con ciertos atisbos de trotskismo abandonados tras su Primer Congreso, para inclinarse cada vez más "sensatamente" al eurocomunismo, mantiene, debido a su "corta edad", una postura juvenil y algo intransigente con respecto a sus hermanos mayores.

    El P.T.E. ha recurrido al viejo truco de las alianzas obrero-campesinas, invento comunista desempolvado de la historia de los años treinta, cuando la II República. Su último camelo para embaucados consiste en propugnar que: "sólo con la instauración de un Estado de dictadura del proletariado y la edificación socialista se podrá decir que nuestra actual revolución haya concluido con éxito".

    Para el P.T.E., la dictadura del proletariado requiere, pues, una previa alianza entre el proletariado (como futura clase dirigente) y las clases medias, para eliminar la burguesía y —posiblemente sobre sus ruinas (esto causa sensación, impresiona)— edificar el paraíso socialista.

    Aunque nada tiene que ver con el P.T.E. —salvo las consiguientes consanguineidades con la hidra—, dejaremos constancia para remate y por su vinculación en Cataluña del P.C.O.E. o P.C.O.E. (VIII Congreso), escindido del bloque ortodoxo. Su conspicuo mayor Enrique Lister Forján, héroe del "Ejército Republicano", protagonismos aparte, fundó este anémico partido debido a su enemistad personal con Carrillo, autoridad que siempre le vino muy cuesta arriba aceptar. Sus motivos, y bien fundados, tiene.

    El P.C.O.E. (Partido Comunista Obrero Español) surgió en 1969 debido a ciertas posiciones encontradas con el Kremlin, después de los acontecimientos de Praga y más tarde por el pacto de Varsovia.

    Ciertamente el partido de Líster es de muy escasa entidad. Cuenta con adeptos en Barcelona principalmente y algo más entre exiliados y emigrantes en Francia. De todas formas, su censo de militantes, más que reducido es minúsculo, por no decir ridículo.

    Líster quiso dar a su partido un talante estaliniano. Tuvo, en cambio, sus devaneos con el F.R.A.P. y últimamente ha mendigado su ingreso en la Plataforma
    de Convergencia.

    https://www.march.es/es/coleccion/archivo-linz-transicion-espanola/ficha/--linz:R-53598


    Última edición por ALACRAN; 04/08/2024 a las 12:40
    “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

    A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)

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    Re: La "hidra comunista de cien cabezas" durante el Franquismo

    Para consultar en anteriores envíos sobre inicios y fechorías de destacados grupos terroristas:

    Sobre PCE M-L, F.R.A.P., ver especialmente envíos III, V, VI y VII, correspondientes a

    FRAP 1

    FRAP 2

    FRAP 3

    FRAP 4


    Sobre el PCE (r.) G.R.A.P.O:
    Envíos IV y XVI

    Última edición por ALACRAN; 04/08/2024 a las 12:53
    “España, evangelizadora de la mitad del orbe; España, martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio...; ésa es nuestra grandeza y nuestra unidad: no tenemos otra. El día en que acabe de perderse, España volverá al cantonalismo de los reyes de Taifas.

    A este término vamos caminando: Todo lo malo, anárquico y desbocado de nuestro carácter se conserva ileso. No nos queda ni política nacional, ni ciencia, arte y literatura propias. Cuando nos ponemos a racionalistas lo hacemos sin originalidad, salvo en lo estrafalario y grotesco. Nuestros librepensadores son de la peor casta de impíos que se conoce, pues el español que deja de de ser católico es incapaz de creer en nada. De esta escuela utilitaria salen los aventureros políticos y salteadores literarios de la baja prensa, que, en España como en todas partes, es cenagal fétido y pestilente”. (Menéndez Pelayo)

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