Para Zegato:
No creo que ejercer una hegemonía lingüística por parte de los españoles, ya del castellano, del catalán, vasco o cualquier otra idioma de las Españas esté dentro de lo razonable. Quiero creer que mis compatriotas españoles no serían tan ruines como para "imponer" el castellano en Portugal. Un entendimiento mutuo entre las dos Patrias ibéricas requiere cimientos de respeto por encima de todo. Estoy absolutamente de acuerdo que 800 años de independencia no son porque sí, y que existen profundas (y buenas) razones para que sea así y siga siendo así. Sin embargo hay tres áreas donde o nos coordinamos íntimamente o va a repercutir en nuestro perjuicio. A saber: política exterior, defensa y cultura. De las dos primeras ya habló largo y tendido el Maestro Sardinha. Respecto a la última, y con el respeto siempre por base, se pueden hacer algunas propuestas.
Lo razonable es que, andando el tiempo, hubiera un bilingüismo en ambas naciones ibéricas, es decir, que todos los portugueses tuviesen un conocimiento aceptable del castellano y que todos los españoles tuviesen un conocimiento aceptable del portugués. Sin perjuicio esto de las lenguas regionales.
En otras palabras, el portugués debería ser la segunda lengua extranjera en España tras el inglés y el castellano debiera serlo para los portugueses. Esto es una propuesta factible porque sólo depende de una voluntad política de hacerlo.
Habría que hacer converger los Institutos Cervantes y Camoens bajo una misma estructura, incluso física, para ahorrar costes. En aquellos países donde ha habido una presencia histórica de Portugal (estoy pensando en Sri Lanka, donde los católicos allá todavía recuerdan con nostalgia a los portugueses y abominan de las atrocidades cometidas por holandeses e ingleses), el portugués debiera tener preeminencia. De igual modo allí donde el español está adentrándose, como en Estados Unidos, el "Camoens-Cervantes" debiera darse preferencia al castellano. Pero siempre ofreciendo ambos idiomas y promocionando ambos.
La Lusitanidad es parte de la Hispanidad (utilizando este término en el sentido de Monseñor Zacarías de Vizcarra y Ramiro de Maeztu). Es obligatorio que las dos culturas, la portuguesa y la española, vayan de la mano y sean divulgadas por todo el mundo. Que España sea embajadora de Portugal por el mundo también y que Portugal represente a España en el mundo también.
Pensemos que, nos guste o no, Hispanoamérica entera (incluye Brasil, por supuesto) se mira en nosotros. Nuestro comportamiento tendrá repercusiones y es hora, también, de que se acabe la estúpida rivalidad entre Brasil y Argentina para que allende el mar las Hispanias transatlánticas también se unan a este proyecto común en defensa de nuestras esencias. Decía Ramiro de Maeztu que "ser es defenderse" y nada más cierto en este caso.
Yo creo que los españoles ignoran más a Portugal que viceversa. El problema para muchos portugueses es, como Vd. valientemente apunta, el desprecio a la verdad, a los hechos y a la evidencia en favor de un visceralismo antiespañol y anticastellano tan estéril como suicida a la postre. Es hora de que los españoles arrinconemos nuestro orgullo y nos abramos a Portugal y es hora de que los portugeses tiren por la borda las mentiras con las que han sido intoxicados durante lustros para abrirse a España.
Y una puntualización final. La fonética portuguesa es complicada, no nos engañemos. Más todavía para los españoles, acostumbrados a una fonética castellana que es de las menos latinas de todas las fonéticas (por mor de la influencia del vasco sobre la génesis del castellano). En general, a no ser que sea una persona muy educada y con aptitud para las lenguas, les es más fácil a los portugueses el entender el castellano que viceversa. Pero, en fin, esto requeriría un mayor esfuerzo por parte de los españoles. Esfuerzo perfectamente realizable.
Y, por encima de todo, dentro de un marco de entendimento y colaboración común, incluso intensa, en áreas concretas, sigamos siendo independientes. Es bueno para todos. Añadiría que Dios así lo ha querido.
Cordiales saludos,
Rafael Castela Santos
Marcadores