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Tema: La Batalla de Rande y la leyenda de un tesoro

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    La Batalla de Rande y la leyenda de un tesoro



    La Batalla de Rande y la leyenda de un tesoro



    El arqueólogo Javier Luaces, tras varias campañas científicas, determinó que el auténtico tesoro de la Batalla de Rande era su propia historia.

    Last Updated: 16 agosto 2022


    No son pocas las historias que afirman que durante la Batalla de Rande el cargamento de plata más grande de la historia, llegado de ultramar a España, se perdió en las aguas de la ría de Vigo. Según varios autores, cerca de 1 millón de kilos de plata reposan bajo el lodo marino, junto a piezas de oro y diversas manufacturas asiáticas y americanas. ¿Es esto cierto? Empecemos por el principio.

    (Foto: depositphotos.com)


    ¿Qué fue la Batalla de Rande?

    Conocida en la historiografía británica como «Battle of Vigo Bay«, se trata de una de las batallas navales más cruentas de la historia de España.

    Sucedió entre el 23 y el 24 de octubre de 1702, en la ría de Vigo, a pocas millas del acceso a la ensenada de San Simón. 19 galeones españoles cargados de materiales de los territorios ultramarinos y23 buques de guerra franceses fueron asaltados por una armada combinada británica y holandesa. En total, se produjeron 2.800 muertos de ambos bandos.


    Grabado de Romeyn de Hooghe sobre la batalla de Rande

    Breves antecedentes

    Era 1702, año en que se inicia la Guerra de Sucesión española, al mando de una flota anglo-holandesa estaba el almirante George Rooke, comandante en jefe, cuyas órdenes eran atacar y capturar Cádiz, supuestamente a favor del candidato austracista al trono de España (Carlos VI de Habsburgo). Se ganaron algunas posiciones cerca de la ciudad, pero tras 6 semanas de intentos, la flota combinada se retiró ignominiosamente el 18 de septiembre.La perspectiva de regresar con las manos vacías no era algo que Rooke tuviera en mente. En su viaje de vuelta a casa se enteró de que una valiosa flota del tesoro español estaba fondeada en la ría de Vigo. François Louis de Rousselet de Chateaurenault, el almirante francés a cargo de la defensa de la misma se tomó con relativa calma la defensa de la ría, a pesar de estar protegiendo el desembarco de este valioso cargamento. El francés ordenó colocar varias baterías en tierra, cerrar con cadenas el paso entre castillos y comisionó sus buques de guerra más grandes en la zona exterior para defender la entrada. No obstante, descuidó fortificar las posiciones más estratégicas de la bocana (Corbeiro) o, al menos, reparar el principal fuerte de la zona: el de Rande.



    Inicio de la Batalla de Rande

    El alto mando inglés no tuvo demasiadas dudas, el plan consistió básicamente en imponer la superioridad naval y militar apostando todo a un golpe de una mano. Así, el almirante Thomas Hopsonn, a bordo de su buque insignia «Torbay«, de 80 cañones, recibió la orden de cañonear a los franceses la mañana del 23 nada más enfilar la ría de Vigo, le siguieron 10 buques holandeses a cargo del vicealmirante Van der Goes y la práctica totalidad de la flota inglesa; por entonces los buques de guerra más frandes de Europa: El «Zeven Provinces» (Holanda), el «Royal Sovereing» (Inglaterra) o el navío de línea «Unie» (Holanda), el orgullo de Ámsterdan, con 94 cañones. Así se inició la Batalla de Rande.Mientras, las tropas del duque de Ormonde asaltaban las defensa a babor de la flota de Rooke, tras un desembarco anfibio a la altura de Teis con 2.000 hombres -otras fuentes dicen que 4.000-; su objetivo principal era la toma del Fuerte de Rande (hoy bajo el puente que cruza la ría).

    Una vez se tomó el fuerte, el fuego de los anglo-holandeses superó alos franceses que comenzaron a incendiar sus propios buques por orden del propio Chateaurenault. No quedó ni un barco ofensivo para defender a los galeones españoles. De los buques franceses, 5 fueron capturados por los ingleses y 1 por los holandeses; el resto fue quemado por los propios franceses. Los galeones españoles tuvieron una suerte similar: de los tres galeones y 13 mercantes solamente quedaron 5 que fueron capturados, el resto se fueron al fondo de la ría entre llamas y explosiones.

    (wikimedia)

    ¿De dónde había salido tal cantidad de plata?

    Al morir Carlos II en 1700 y quedar su sucesión en disputa, la flota de la Carrera de Indias quedó inmovilizada acumulando metales y manufacturas muy valiosas durante varios años. Cuando Felipe V necesitó de esos caudales para mantener la guerra se envió una poderosa escuadra francesa (1702), sus aliados, para escoltar a los galeones hasta España.El puerto de Vigo se elige precisamente para evitar a la flota anglo-holandesa que estaba por entonces atacando Cádiz y se varía el rumbo cuando la flota franco-española estaba en Azores. Ahí llegan el 22 de septiembre de 1702, por lo que tuvieron un mes de margen para descargar mercancías, especialmente la plata para la hacienda real.

    Además de oro y plata, a bordo iban mercancías pagadas por comerciantes particulares como pimienta, cochinilla, cacao, tabaco, añil o pieles. Muchas de ese género tenían como destino los mercados holandeses e incluso se habla de que algunas partidas tenían dueño en Inglaterra. Así, la captura de la flota tuvo sentimientos encontrados tanto en Ámsterdam como en Londres.La plata, por su parte, según Henry Kamen, habría sido en su mayoría descargada y trasladada al castillo de Segovia. El propio Kamen cifra el valor del botín inglés obtenido, basándose en unos informes de Isaac Newton, en apenas 14.000 libras, las monedas acuñadas posteriormente con estos metales llevaban la palabra VIGOdebajo del busto de Ana, y son raras y valiosas, precisamente por su escasez.

    Seis peniques ingleses de 1703 con busto de la reina Ana e inscripción VIGO

    La leyenda del tesoro de la Batalla de Rande

    La batalla de Rande se menciona en la novela «Veinte mil leguas de viaje submarino» de Julio Verne. El protagonista del libro, el Capitán Nemo, obtiene su riqueza y la financiación de su submarino Nautilusde los cargamentos de los barcos hundidos durante los combates, extendiendo el rumor de que nunca fueron descargados y su tesoro estaba ahí, a disposición y de fácil acceso para cualquier buzo. Evidentemente la idea no fue suya. Largos años fue pasando la historia del hundimiento de un tesoro en la ría de generación en generación. Numerosas expediciones trataron de encontrarlo a lo largo de los años, pero los buques se fueron hundiendo cada vez más en el fango convirtiéndose en uno de las grandes retos de los cazatesoros desde entonces. Mientras Verne escribía las líneas de la historia de Nemo y el Nautilus, en Francia aparecía de vez en cuando noticias relacionadas con el famoso y legendario tesoro.De los buques hundidos, el que de más fama fue el galeón español«Santo Cristo de Maracaibo» que, según parece fue remolcado por el comandante John Baker desde el Monmouth con la mala suerte de que se fue a pique a la salida de la ría.

    Vigo, 1870: Cazatesoros franceses

    Aquellas noticias no eran otras que las crónicas de las aventuras del cazatesoros (y banquero) francés Hyppolite Magen en Vigo, quehacia 1870 se había decidió a organizar una impresionante campañautilizando las últimas tecnologías de exploración subacuática para localizar los galeones y sacar del fondo de una vez por todas aquel inmenso tesoro. Entre aquellos avances científicos, en Rande, se pusieron en uso la iluminación intensiva eléctrica con lámparas sumergidas y las escafandras «Rouquayrol», mucho más cómodas para el buzo.


    La historia del timador inglés que pudo haber leído Julio Verne

    Pero no habían sido los únicos, puesto que se conocen otras intervenciones. Además hacia 1859, un inglés llamado M. David Langland que había adquirido los derechos de prospección de los pecios, utilizando la historia de que sus antecesores habían sacado algún que otro botín de los fondos, utilizó la historia de Vigo y del posible tesoro para estafar a numerosos accionistas por toda Europa. Según Fernández Duró, antes de que este inglés obtuviera la licencia otros franceses habían extraído: lastre de piedra, botijas de agua, balas y palanquetas, jarcia trozada, palo campeche, 14 cañones de hierro y cuatro marcos de plata.Langland, para su propio beneficio, extendió el rumor de que otros buceadores ingleses habían extraído varias cajas de pesos duros, vajillas y lingotes de plata. Era mentira. Pronto las gazetas de Londres y Ámsteram airearon sus fraudulentas intenciones haciendo que el gobierno español le cancelase la licencia que tenía. Es entonces cuando en París se organiza, hacia 1867 , la Sociedad presidida por M. Magen y cuyas campañas serán dirigidas por el ingeniero Ernest Bazin.









    Mientras todo esto pasaba, Julio Verne escribía sus 20.000 leguas de viaje submarino, donde incluyó la ría de Vigo, sus legendarios tesoros y toda esta suerte de tecnología subacuática utilizada por los franceses.
    Ernest Bazin en Vigo

    La campaña en Rande trae mucha fama a Bazin y al resto de ingenieros que aportan sus inventos, incluso se le unen otros inventores como Denayrouze, que incluso mejora el respirador original. Las acciones de las empresas participantes se disparan (tanto de la caza-tesoros como las particulares de los ingenieros), Francia espera obtener una gran rentabilidad del tesoro español.Hacia Francia van saliendo algunos de los objetos extraídos en la ría, incluso Napoleón III se interesó por lo extraído de Vigo y visitó una pequeña exposición en París de lo que habían esquilmado en Galicia. El expolio de piezas de España hacia Francia era algo muy habitual en el siglo XIX como bien sabemos, el jefe de la campaña, el ingeniero Ernest Bazin tenía en su villa de Saint-Servain algunas de las invenciones utilizadas en el rescate y había montado un pequeño museo en la Rue Mornay de París de lo que se vendía en Francia como «La Pompeya submarina» donde había colocado varios muebles de caoba sacados del fondo, cañones, vasos, porcelana, incluso un frasco de cochinilla y un lingote de plata.

    Según el artículo de Eduardo Rolland (31 oct 2018), el propio Bazin afirmaba que la ría de Vigo estaba «pavimentada de lingotes de plata». ¿Cómo no va a encender la imaginación de Julio Verne esta historia de tecnología (decimonónica) y tesoros perdidos?


    Expediciones contemporáneas a los pecios

    Tras diversas expediciones extranjeras, de la que podemos destacar la realizada por los submarinistas John Potter y Robert Sténuit en los años 50, en septiembre de 1988, un equipo de Televisión de Galicia dirigido por Fernando Navarrete comenzó la filmación de una serie documental sobre la batalla de Rande, con una parte científica y otra divulgativa. Su equipo acudía diariamente a la zona para escuchar las historias locales, tanto de expertos como de vecinos, y sumergirse en la ría para tratar de localizar algunos de los pecios menos conocidos.

    Lograron localizar 13 navíos, 2 de los cuales nunca habían sido vistos hasta la fecha. Se mezcló por la zona otra investigación, perteneciente al gobierno español, que trataba de localizar el pecio del «Santo Cristo de Maracaibo» (luego localizado en las Islas Cíes, supuestamente). Realizaron una pasada sonar por la ría que pareció desvelar que en la ría habría un número de galeones mayor a los que históricamente hay documentados.

    Aunque Navarrete estaba convencido de que el famoso tesoro estaba en la ría, sus más de 300 horas de metraje no pudieron demostrarlo. Para más inri, su documental nunca fue terminado debido a problemas con las licencias de inmersión y vuelo.

    Hacia el año 2011, el arqueólogo Javier Luaces tras varias campañas científicas en la ría determinó que el auténtico tesoro de la batalla de Rande eran los pecios y restos fruto del choque de 1702, es decir: su propia historia. La leyenda del tesoro de la ría quedó en eso, una leyenda que nunca se irá del imaginario colectivo.En los últimos años, exposiciones y autores como Ramón Patiñorestan importancia a la existencia de un tesoro que, de haber existido, ya estaría prácticamente esquilmado con el paso de los años. Los expertos, en la actualidad, prefieren profundizar en la difusión del mito, especialmente en la forma con la que Julio Verne logró captar la atención de toda una generación y mantener viva la leyenda del tesoro de Rande a través del tiempo, inmortalizándola con su tinta.

    Vigo Street

    Ya sabemos como son los ingleses. Una victoria contra España es motivo de júbilo en toda su nación y la propaganda para difundirla suele estar a la altura. Además de monedas y medallas conmemorativas, bautizaron como “Vigo Street” una calle de Londres que cruza con Regent Street, muy cerca de Picadilly, la calle donde se fundó la famosa editorial «Penguin Books».Una victoria que sí, que anuló el poderío naval francés durante bastante tiempo e hizo mella en el tráfico de mercancías desde Indias, pero que no les hizo ricos como pretenden perpetuar en sus mitos. Testigo de esto son las líneas que estamos leyendo y los saqueos que se produjeron en poblaciones como Redondela, donde los ingleses llegaron a saquear hasta los cementerios, en busca de los tesoros que vinieron a buscar y no encontraron.
    Fuente
    Kamen, Henry (1966). "The Destruction of the Spanish Silver Fleet at Vigo in 1702". Bulletin of the Institute of Historical Research 39 (100): 165–73.Rande 1702 : arde o mar : exposición conmemorativa del III centenario de la Batalla de Rande. Sagrario Abelleira Méndez; Museo do Mar de Galicia.Rolland, Eduardo (31 oct 2018). Una Pompeya submarina (La Voz de Galicia)Rolland, Eduardo (28 oct 2018). 1870: Galicia estrea a luz eléctrica submarinaL'illustration : journal universel. v.56 (July-Dec 1870).Hippolyte. Magen “Les Galions de Vigo”. Paris, Armand le Chevalier, 1873. Traducida por Yago Abilleira en «Los galeones de Vigo».Ramón Patiño Gómez. «Nuestra Señora de los Remedios versus Santo Cristo de Maracaibo«.a Ilustración española y americana. 28/7/1870Kamen, Henry (2001). Philip V of Spain: The King who Reigned Twice. Yale University Press.Los galeones de Rande abren la Semana de Cine Submarinoattle of Vigo, 12th October 1702 (web threedecks.org)
















    https://elretohistorico.com/batalla-de-rande-tesoro/

    Pious dio el Víctor.

  2. #2
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    Re: La Batalla de Rande y la leyenda de un tesoro

    La epopeya de Ernest Bazin y el Tesoro de la Batalla de Rande

    Una investigación de Arturo Rodríguez y Miguel Ángel Ferreiro

    Last Updated: 15 agosto 2022

    Hace unos días publicábamos en esta web una reseña acerca de la Batalla de Rande (1702). En ella, además de resumir un poco en qué consistió la misma, tocamos brevemente alguna de las campañas arqueológicassubacuáticas que se realizaron, destacando la de cierta Sociedad creada en Francia hacia 1870.

    Ernest Bazin, jefe de aquella expedición, no pretendía analizar los restos de la propia batalla, como sabemos, hundidos en la ría de Vigo; sino encontrar el fastuoso tesoro que se suponía llevaban los 19 galeones llegados de Nueva España cargados de plata. El gerente, e ideólogo de aquella empresa, era el banquero Hyppolite Magen que, en 1870, impulsará dos campañas: una de reconocimiento y otra de «rescate».


    Goleta «Julien-Gabrielle», utilizada en la primera fase de reconocimiento de la ría de Vigo


    La campaña de reconocimiento

    Magen, según nos cuenta Fernández Duró, había comprado los derechos de explotación del yacimiento submarino, debido a la cancelación del asiento en 1867 por el gobierno español que pertenecía a unos «cazatesoros» ingleses dirigidos por un tal M. David Langland, que se había encargado de maxificar la leyenda del tesoro sumergido por Londres y Ámsterdam buscando capital y resultando ser un estafador.




    Para poder financiar la, ahora, campaña francesa, Magen y sus socios, especialmente el jefe de la expedición elegido: Ernest Bazin, se vieron obligado a utilizar todo su ingenio, crear una sociedad de accionistas y comenzar a vender participaciones de la misma. Obviamente necesitaba vender muchas, para lo cual debía convencer al público en general de que su empresa era totalmente exitosa, al contrario que la inglesa.Son numerosísimas las intervenciones en prensa gala contando una y otra vez cómo se había hundido la flota franco-española y el cargamento del rey de España que permanecía bajo los lodos de la bahía gallega. He aquí un resumen de las afirmaciones que solía hacer extraída de un juicio celebrado en enero de 1878, luego veremos el por qué de este enjuiciamiento:

    Los galeones españoles que volvían de México venían cargados de lingotes de oro y plata, y que se habrían visto obligados a refugiarse en la bahía de Vigo, donde fueron hundidos durante la Guerra de Sucesión Española.
    Podrían estar aún en el fondo de la bahía con todas sus riquezas, que tasaba en no menos de 400 a 500 millones.


    Realmente, el relato no tenía nada de extraordinario en sí, a fin de cuentas era la historia, ya reflotada por Langland, que se contaba en toda taberna de puerto de Vigo, Londres y gran parte de Francia; lo que sí lo era, y que prueba la habilidad del Sr. Bazin, es que fue capaz de convencer a inversores capitalistas que le dieron el dinero para llevarla a cabo.


    Relación de galeones españoles localizados en Vigo, redactada por Bazin (con sus fallos ortográficos) en los estatutos de la 1ª Sociedad, 31 de mayo de 1870

    La Sociedad para los Galeones de Vigo

    Lograron crear una primera sociedad cuyo objeto era el reconocimiento de los fondos, es decir examinar si los galeones hundidos en 1702 seguían en la bahía y eran accesibles. Se reconoció el terreno y no sólo encontró el esqueleto de 10 galeones, sino que extrajo cinco lingotes de plata pura con un peso de 35 kilos,además de otros objetos.


    (Grabado aparecido en la portada de «Le monde ilustré» el 2 de julio de 1870)

    Este dichoso resultado hizo subir las acciones de la pequeña compañía, y los promotores de la empresa decidieron formar una nueva sociedad, que ahora tendría por objeto el rescate de las riquezas sumidas en las profundidades del mar desde hacía dos siglos. Bajo el nombre de Sociedad de Empresa del Rescate de los Galeones de Vigo, se emitieron 2000 acciones a 500 francos, lo que hacía un millón de capital social. Al mismo tiempo se creó un número idéntico de acciones, llamadas fundacionales, que se distribuyeron entre los fundadores de la misma entre los cuales figuraba Ernest Bazin como tenedor de 400. El rescate podría comenzar, sin escatimar en gastos.




    Constitución de la 1ª Empresa de Rescate de los Galeones de Vigo. (epígrafe inicial) 31 de mayo de 1870

    Tecnología punta

    En 1870 comenzaron los trabajos de exploración empleando los medios tecnológicos más punteros: nuevos modelos de escafandras, luz eléctrica submarina, torpedos, rastras y redes barrederas.Bazin, jefe de esta audaz e interesante expedición, era uno de los desarrolladores de estos aparatos que facilitarían las exploraciones submarinas y debían reducir sensiblemente las dificultades de la tarea, como la iluminación subacuática o su«observatorio marino», desde donde podría explorar los fondos marinos e incluso realizar fotografías, las primeras subacuáticas de la historia (supuestamente). No en vano, al ingeniero-jefe, se le conocía con el sobrenombre de «El Edison francés».










    Acompañado de una escuadra de intrépidos buceadores, y provisto de toda una serie de instrumentos de utilidad contrastada, mayormente inventados por él, se puso en marcha a bordo del bergantín «Le Vigo«. Ingenieros y marinos iban a bordo del navío, y los deseos de los accionistas -que esperaban muchos lingotes de plata- iban detrás.Se trazó así el primer plano submarino de la bahía de San Simón, situando en él los restos verificados de 10 galeones, extrayendo de cada uno lo que buenamente se pudo: cañones, anclas, zurrones de añil y de grana corrompidos, maderas, diversos objetos menudos («muchos de curiosidad, ya que no de valor,» decía Fernández Duro) como varillas de abanicos, tazas de porcelana china, jícaras mejicanas y diversas piezas de metal corroído, identificadas luego con dagas de mano izquierda (coloquialmente «vizcaínas»).

    [Documents sur Vigo. Rapport de M. Bazin] , [album photograhique] , 1873

    También sacaron varios kilos de plata, unos 60, según se comunicó en junta general de accionistas, al anunciarles -ya de paso- que estaba agotado el capital y era preciso reponerlo, ya que a ciencia cierta (siempre según Bazin) en el fondo de la bahía había tesoros por un valor de 133 á 135 millones de francos. Es por ello que se decide la creación de una 2ª Sociedad.

    «Una Pompeya submarina»

    La prensa francesa no tardó en lanzar titulares con el mismo título que este epígrafe. Por supuesto, al necesitar más financiación y a fin de potenciar la 2ª Sociedad para el rescate de los galeones, Bazin, el más interesado en que la empresa resultase triunfante, y no solamente por obtener tesoros, sino por demostrar la funcionalidad de sus invenciones, envió los materiales extraídos a Francia para realizar una pequeña muestra en París.A principios de junio de 1870 se instaló en París una exposición, en la Rúe de Morny, donde reunió gran cantidad de objetos sacados de la ría de Vigo que obtuvo gran repercusión. Uno de sus ilustres visitantes fue el Emperador Napoleón III, gran amigo del gerente de la sociedad Hyppolite Magen y admirador de las invenciones de Bazin con el que pasó largo rato durante la muestra. Por supuesto la prensa francesa magnificó de nuevo los resultados de la Sociedad para Vigo, algo que le vino de perlas para continuar con los trabajos obteniendo, a muy seguro, capital fresco.




    Participación de la 2ª Sociedad (https://www.befr.ebay.be/itm/1250124...sAAOSwkDphmT45)La exposición debió estar en París todo el verano de 1870 según extraemos de la prensa de la época. Es curioso encontrar en estos artículos referencias a las exploraciones marinas en Vigo junto a la abdicación de Isabel II, también en Francia, ese mismo verano.


    Le Monde illustré, 2 juillet 1870

    Las intervenciones de la 2ª Sociedad de los Galeones

    En 1871, el consejo de administración de la Sociedad, tuvo que salir de nuevo a buscar financiación. En el mismo ya no encontramos al bonapartista Magen, puesto que habría sido capturado durante la guerra franco-prusiana (julio 1870-mayo 1871) y acusado de pertenencia a una sociedad secreta… un tipo muy intrigante este Hyppolite Magen, la verdad, citado hasta por Victor Hugo, autor de importantes ensayos sobre el Segundo Imperio, conspirador… y que, como decimos, fue capturado mientras intentaba escapar en globo de París. Y volviendo a la Sociedad, el señor Bazin, siempre como jefe de la expedición:



    Courrier de Saône-et-Loire, 13 août 1871


    Courrier de Saône-et-Loire, 13 août 1871

    En 1872, la Sociedad, emite una circular en prensa para informar a sus numerosísimos accionistas de la necesidad de adquirir un nuevo buque, de tres mástiles, para continuar las exploraciones. Pero no solamente eso, no… también se informaba de la necesidad de comprar un barco de vapor y de la construcción de locomotoras, grúas mecánicas, bombas, nuevos equipos de buceo, aparatos eléctricos y diversas invenciones cuyas patentes pertenecían a Ernest Bazin.

    Estos nuevos equipos, se suponía, eran necesarios para extraer el sedimento y el lodo que, según Bazin, impedía llegar a los lingotes de plata sepultados. Cosa que explicaba el retraso en la obtención de beneficios. Además era necesaria la renovación de las dotaciones y la contratación de unas nuevas para esas unidades que se pretendían adquirir, siendo también necesario incluir en ellas a habilitados (economistas), mecánicos, buzos y científicos.



    Esta vez, Bazin, no tendría tanta suerte. La falta de resultados en Vigo se sumó a una serie de experimentos fallidos, solicitados por los propios accionistas, que querían comprobar si las bombas de extracción de lodo funcionaban realmente. Tras varias pruebas en el puerto de Saint Nazaire se concluyó que su invento era un fiasco, o que al menos no tenía la potencia suficiente. Esto generó que los antiguos accionistas, los fundadores de la 1ª Sociedad, demandasen por daños y perjuicios a la 2ª debiendo pagarles a estos unos 25.000 francos en concepto de indemnización por los retrasos. Obviamente este dinero salió de los inversores de la 2ª sociedad, entrado ya aquí en una espiral de deudas de la que Bazin saldrá muy mal parado.

    Finalmente, el 21 de febrero de 1872, el «Le Vigo», el buque de mando, salió rumbo a las costas de Galicia junto a la mayoría de equipamiento solicitado.

    1872, aspirando los fondos de Rande

    Cañones, maderas, lodo… todos los fondos fueron revueltos con los inventos de Bazin. Seguramente muchos restos humanos con ellos, de marinos españoles, de ahí la especial protección que hoy se le da a los pecios, no son solamente «contenedores de tesoros», tambiénson la tumba y el lugar de descanso de los que entregaron su vida en combate. Esta forma tan agresiva de expoliar un pecio fue utilizada no hace mucho por el famoso «Odysey», método con el que extrajo un gran botín del pecio de «La Mercedes».Destrozaron, según las notas de la expedición, el pecio del «Santa Cruz» y de otro al que llamaban «el Tambor», por haber sido en ambos donde se habían encontrado los lingotes en la expedición de 1870.








    La Exposición internacional de industrias marítimas y fluviales de 1875

    La oportunidad de exponer sus inventos y los «logros» de la Sociedad de los Galeones de manera internacional no fue desaprovechada por el inteligente Bazin. Según el catálogo de la exposición, habría expuesto gran parte de los «tesoros» extraídos de la ría de Vigo hasta la fecha:

    […] El señor Bazin ha expuesto una gran cantidad de objetos sacados de los navíos hundidos después de una estancia de 170 años bajo el mar:
    poleas, algunas de ellas afectadas por el incendio; una jarra de barro soldada por las corrientes galvánicas a una bala de bronce; piezas de madera de camas; planchas de los cofres de la tripulación, sebo, tabaco para picar, esquirlas de loza, porcelana; madera de tinte y de caoba, en perfecta conservación; monedas de cobre soldadas en bloque por la oxidación; la cabeza de madera sobre la cual el peluquero de a bordo ajustaba las pelucas estilo Luis XIV.
    Todos estos fragmentos, ha vuelto a ver la luz, atrayendo a los curiosos en grandes números. Están ahí como testimonio, vivo de alguna manera, de la expedición; de la más osada empresa de rescate que jamás se haya acometido.


    Bazin muestra sus maquetas a Mac-Mahon. Justo en el lado contrario estarían las piezas de VigoApenas un año antes, en octubre de 1874, Bazin se dedica a ofrecer entrevistas en su casa para mostrar a la prensa los logros obtenidos en el «aspirado» del Santa Cruz y las anteriores campañas. Transcribirnos los objetos citados en entrevista para hacernos una idea del material que tenía en su posesión el francés, pequeños objetos, pero parte de la historia de España:




    • Un trozo de sebo para hacer velas



    • Un matraz fino con medicamento, sellado al vacío e intacto
    • grandes frascos de índigo
    • pólvora española en gran cantidad
    • Tabaco para picar, empaquetado en bloques.
    • Balas de cañón,
    • «Vizcaínas» muy deterioradas
    • Un juego de ajedrez, cuyas piezas son todas de porcelana (de Sajonia)
    • Estatuillas «caribes» en perfecto estado
    • Cocos
    • La cabeza de una cabra (según Bazin, sería «la lechera de a bordo»)
    • Un anillo de oro
    • Un chifle de primer oficial
    • Soporte para pelucas estilo Luis XIV
    • Cofres de los equipajes de los tripulantes
    • Planchas de cobre con monedas concrecionadas
    • fragmentos de calzado
    • Pipas
    • restos de abanicos con incrustaciones de nácar
    • un joyero
    • un tintero español
    • maderas preciosas


    Y el resto del artículo decía:
    Citemos, por último, no pudiendo detenernos en el mogollón de objetos curiosos cuya enumeración nos llevaría demasiado lejos, un mármol que sostiene una jarra. Esta jarra, que uno creería salida ayer de la fábrica, pertenecía a uno de los galeones y se hundió con él. En el fondo del mar quedó tendida sobre la cadena que unía dos balas de bronce, y estas balas, sufriendo la influencia de las corrientes eléctricas quedaron estrechamente ligadas a la jarra, formando con ella un solo bloque compacto.
    El Sr. Bazin tenía razón al afirmar que ningún museo del mundo posee una colección semejante a la que nos ha permitido examinar.

    El precio de la ruina

    Las piezas de casa de Bazin, junto a maquetas de las embarcaciones y de sus inventos, así como algunos de los cañones fueronexpuestas en 1875. Por supuesto, su sección también fue visitada por ilustres personalidades, apareciendo en prensa. Es muy posible que aquella muestra internacional generase el interés de algunos en algunas de las piezas. El ingeniero Ernest Bazin lo sabía, y estaba necesitado de capital, como bien sabemos. Así empezó adeshacerse de la mayoría de los objetos intentando no llamar la atención. En octubre de 1875 salió a subasta el tintero, en la casa Drouot.



    Casa de subastas Drouot

    La noticia, aparecida en «L’Événement» el 27 de octubre de 1875 decía:
    Ayer, en el Hôtel Drouot, se subastaba un mobiliario malo que bien valía, siendo generosos, 400 francos. Acababa de ver adjudicada una cama por 35 francos, y una mesa de noche por 9 cuando el comisario subastador puso sobre la mesa un cuarto o cuarenta.Lo puso ante el pequeño tintero blanco que, visto de lejos, parecía haber costado, cuando era nuevo, treinta y cinco subastas de cien francos cada una, y se adjudicó a 1650 francos.
    Bien suponéis que quise ver ese tintero más de cerca. Entonces, me sorprendí aún más. Era una pieza rarísima en fina porcelana china y que llevaba esta inscripción:
    Tintero de sifón, repescado por el señor ingeniero Bazin en la bahía de Vigo



    ¡Y yo que creía, y ustedes también, que el tintero de sifón era una invención moderna! Al salir del Hôtel Drouot no tenía otra idea en mente que conocer al señor Bazin, del cual había oído hablar con tanta frecuencia que pensé que sería una mina de cosas que contar a los lectores […]

    Mala señal, Bazin estaba empezando a vender piezas y mobiliario personal. ¿Qué estaba pasando? Si la guerra franco-prusiana ya había puesto en apuros a al Sociedad perdiendo a su principal gerente, los resultados de la misma no pudieron sino terminar por arruinar a la misma. Millones de francos invertidos nunca iban a ser recuperados. Fernández Duro cifra esta última expedición en 910.000 francos extrayendo también pequeños objetos y varios cañones.A principios de 1878, Ernest Bazin es denunciado. Según parece, había vendido 100 de sus acciones fundacionales (tenía 400) por 400 francos cada una los Sres. Erlanger y Cía, ingresando la suma de 40.000 francos en efectivo. Estos señores impusieron a Bazin la obligación de devolverles el dinero sino encontraba nada en la ría de Vigo. No lo encontró, ni oro ni plata, como les había prometido. Por lo que procedieron a reclamar su dinero, el reembolso de los 40.000 francos por esas acciones que, para estas fechas de 1878 ya carecían de valor. El tribunal condenó al Sr. Bazin a devolver los 40.000 francos que reclamaban.



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    Re: La Batalla de Rande y la leyenda de un tesoro

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    La dispersión del «Tesoro de Rande»

    Pero a pesar de todo, Bazin, nunca se dio por vencido. Continuó solicitando sucesivas prórrogas con el gobierno de España para extraer la plata de la ría, concediendo entrevistas y regresando a una nueva exposición universal, esta vez la famosa Exposición Universal de París de 1878.Necesitaba más que nunca captar capital. Las deudas le apretaban, los accionistas se volvían en su contra y él seguía más que convencido de la existencia del tesoro de Rande. El catálogo de la Exposición Universal hace mención a la muestra que realizó Bazin donde tuvieron un lugar destacado sus ingenios marinos, apenas se citan las piezas de Vigo, aunque suponemos que alguna habría. Por esos años estaba enfrascado en su famoso «barco-rodillo», que habría diseñado algunos años antes (llevó una maqueta a la Expo de 1875) que tanta fama le dio, y que terminaría con todos sus -ya pocos- ahorros.



    La Ilustración española y americana. 8/9/1896, página 11. (BNE)¿Dónde estaban las piezas de la Batalla de Rande? ¿Y los lingotes de plata? De lo fundible, como esos lingotes, no se supo nunca más. Sobre las piezas, las que tuvieron suerte, fueron a parar a manos de coleccionistas privados que años después presumirían de su adquisición; es el caso del juego de ajedrez, del que encontramos esta nota de prensa publicada en 1891, pero que habla de una visita al conde de Damas en 1875, año en que Ernest Bazin comienza a subastar y vender las piezas:

    Entre otras curiosidades que el conde de Damas tuvo a bien mostrarme, y que procedían de estos famosos galeones, cuyas acciones habían subido a 8.000 francos, vi:Un soberbio juego de ajedrez de porcelana de Sajonia. Pertenecía sin duda al capitán, y cada pieza estaba provista de un silbato; cochinilla y bismuto, que se supone desconocido en esa época, madera de caoba que se habría podido tallar; pipas de la tripulación.Finalmente, cosa extraordinaria e inexplicable, enormes masas de tono marrón que, en una extraña cohesión, amalgamaban oro, plata, hierro, cobre, con tazas y teteras de porcelana de China o de Japón adheridas.

    En 1886 aparece también una publicación en la que se mencionan Dos botellas, en forma de calabaza, recuperadas de los galeones españoles hundidos en 1702 en la bahía de Vigo por una escuadra anglo-holandesa (Batalla de Rande), y los malhadados esfuerzos por arrancar a los fondos una parte de las riquezas hundidas. Estas dos botellas, junto con dos cañones recubiertos de conchas y hoy depositados en el Museo de Artillería de París, son poco más o menos todo lo que los buceadores pudieron sacar del abismo.

    Por lo que podemos asegurar, con cierta certeza, que dos cañones españoles sacados de Vigo están ahora mismo en los fondos de Museo del Ejército francés, el famoso «Los Inválidos». ¿Dónde? Ni idea.






    El final de Ernest Bazin y del expolio francés en Rande

    1884 fue el año de la última concesión de explotación de la ríapor el gobierno de España a la Sociedad de Bazin. Sabemos que, en 1885, otras empresas, esta vez estadounidenses cogerán su relevo, primero John Emery Gowen, y en 1892 á M . E. A. Corbin, presidente de la Sociedad Internacional Submarina de los EE.UU., pero a partir de aquí, señores, es otra historia.Bazin fallecerá en 1898, ahogado por las deudas en su domicilio de la calle calle Guillaume Tell núm. 32 de París. Llevándose consigo el paradero de esos pequeños tesoros, parte de nuestra historia y que hoy, probablemente, han quedado descontextualizados y perdidos entre almacenes, casas de subastas y alguna que otra colección privada.


    Acta de defunción de Bazin (fragmento)



    Fuente

    Fuente
    Constitución de la Empresa de Rescate de los Galeones de Vigo

    Fuente
    Constitución de la Empresa de Rescate de los Galeones de VigoFernández Duro, Cesáreo. Armada Española TOMO VI. pp 40-45Petit Moniteur Universel, 12 de junio 1870. Napoleón III visita a BazinL’Écho Universel, circular de la Empresa de Rescate de los Galeones de Vigo (1872)Catálogo de la exposición internacional de industrias marítimas y fluviales de 1875Reseña sobre la expo de 1875, con mención a los lingotes de RandeLe Bien Public, 12 de agosto de 1875, reseña sobre Bazin en la expo, con mención de piezas sacadas de VigoL’Événement, 27 de octubre de 1875. Un tintero sacado de Vigo se subasta en Drouot









    Souvenirs et indiscrétions d’un disparu, 1891, de Auguste Godard d’Aucour de Plancy.Catálogo de la Exposición Universal de 1878, tomo II, mención a Bazin, que expuso en Place Pereire, 10Boletín de la Comisión de Antigüedades de Sena Inferior, 1886. Dos cañones y dos botellas de los galeones de Vigo aparecen referidos como en el Museo de Artillería de ParísActa de defunción de Bazin, 1898. Da como domicilio la calle Guillaume Tell, 32, ParísElace BNE Hemeroteca (buscador general)












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