No sé el autor, pero ese es Otger Cataló. La bandera del MPC está inspirada en la que lleva.
¿Autor, título? Al parecer es de temática almogavar.
No sé el autor, pero ese es Otger Cataló. La bandera del MPC está inspirada en la que lleva.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
El autor fue:
Claudio Lorenzale y Sugrañes.
Pintor romántico (Nazarenismo)
Un personaje legendario que por culpa del olvido de la Historia de los libros de texto se ha convertido en un mito y nos ha llegado, como tantos otros, com transmisión interna de la Historia real de un pueblo, que aún que la gran Historia impuesta desde Castilla lo ha intentado, jamás no ha podido aniquilar.
Después de entrar los árabes por el sur de la península Ibérica, fueron conquistando tierras hacia el norte, pero los francos pararon el avance, así Ardo venció, momentáneamente, en Narbona, y inmediatamente Al-Samah intentó el asalto de la ciudad de Tolosa, pero el Duque de Aquitania, Eudó, lo venció el 9 de julio del 721. Más tarde el 730 Munza se rebela contra el gobernador general árabe del al-Andalus, con el objetivo de crear una Gothlandia independiente, fue declarado traidor, atacado y vencido en una sangrante y corta batalla. El ejército árabe, crecido por esta batalla, intentó llegar hasta la Aquitania y una gran partida sarracena llegó hasta los valles pirenaicos, ultrapasaron la gran barrera, se adentraron en Francia y fueron parados a las puertas de Poitiers por el ejército franco comandado por Carlos Martell, era el año 732, y los restos del ejército árabe se retiraron y se instalaron al sur de los Pirineos.
Para sacar a los sarracenos de las comarcas pirenaicas, fueron muchos nobles bajo la tutela del rey franco, entre ellos Otger Cataló, señor del castillo de Cataló, situado en la Gascuña (la denominación del castillo proviene, sin ninguna duda, del castrum Catalaunicum o Catalaunum (nombre latino de Châlons-sur-Marne (Xampanya), cerca de la cual tuvo lugar el año 451 la batalla dels Camps Catalàunics, que se podía encontrar en las crónicas que narraban la derrota de Àtila; en la edad media fue de forma general situar, erróneamente, los Camps Catalàunics cerca de Tolosa, donde residía, entonces, la corte visigótica).
Todos los guerreros catalanes habían muerto en diversas batallas. Otger Catalò sobrevivió mal herido escondido en las montañas de los Pirineos. Vivió mucho tiempo bajo la protección de su tienda hecha con piel de cabra, atendido por el afecto de su perro Gànguil, el cual, diariamente le lamía las heridas de las que, poco a poco, se iba recuperando. Se alimentaba de frutos silvestres y de la leche que le facilitaba una oveja y las ciervas que pastaban libres por aquellos vedados. A medida que sus heridas iban cicatrizando, Otger Cataló se dedicaba a afilar sus armas, con el deseo de volver a guerrear contra los invasores de Catalunya. Pulía su escudo, azul, y afilaba su daga.
El tiempo iba pasando, y cuando llegó el día en el cual Otger consideró que había ya recuperado todo su vigor, cogió su cuerno de caza y con su soplo lo hizo resonar profunda y prolongadamente de tal manera que su ronco llamamiento voló por valles y montañas y se extendió por toda Catalunya convocando a sus hombres, los catalanes fieles a la catalanidad, a la lucha.
El llamamiento a los catalanes para volver a luchar contra los sarracenos y recuperar la independencia fructificó y así fue como, de nueve lugares diferentes, acudieron con sus huestes, los más aguerridos barones de la tierra catalana con el espíritu de reconquistar los territorios forasterizados por los sarracenos. Otger Cataló los conjuró a luchar hasta la muerte por la tierra que los había visto nacer hasta liberarla del poder de la "media luna" sarracena que les había impuesto una cultura diferente de la que era su fe vernácula.
Los nueve caballeros, alrededor de una mesa redonda, presidida por la espada Vilardella (actualmente depositada en el Museo Militar de París), juntaron sus espadas, jurando delante del altar de la virgen negra llamada Nuestra Señora de Montgrony, cumplir con lealtad su palabra. Juraron con Otger, "venganza y guerra" contra los moros, en defensa de la fe y por la liberación de los países ocupdos. (Montgrony es un santuario situado cerca del municipio de Gombreny, entre La Pobla de Lillet y Capdevànol (mantenemos el toponímico de "Gombreny" y no "Gombrén" como se acepta actualmente porqué su nombre original y simbólico es "Gombreny" ya que esta terminación "ny" está presente en muchos toponímicos y apellidos catalanes, a la vez que se relaciona con la religiosidad de los monjes europeos de la Orden de Cluny).
Impuesta desde Castilla...aún que (aunque) la gran Historia impuesta desde Castilla lo ha intentado, jamás no ha podido aniquilar.
1.-¿Qué crees que es Castilla? O dicho de otro modo, defínela. Con dar sus fronteras aproximadas basta. Lo demás lo dejaremos de momento.
2.-¿Cuáles han sido exactamente los mecanismos con los que "Castilla" ha intentado borrar la leyenda de Otger Cataló?
Por curiosidad.
No sólo no han podido con Otger, además lo inútiles castellanos tampoco han podido borrar de la historia los dos intentos (nada menos) de independencia de Cataluña que se entreveen en el texto.
Más tarde el 730 Munza se rebela contra el gobernador general árabe del al-Andalus, con el objetivo de crear una Gothlandia independiente¡Y eso que aún no había Cataluña!El llamamiento a los catalanes para volver a luchar contra los sarracenos y recuperar la independencia fructificó
Heraldo, espero que tus próximos mensajes sean más serios, para chiquilladas ya tienes otros sitios.
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
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