Fuente: El Pensamiento Navarro, 23 de Agosto de 1969, página 3.
Hace más de cien años
Cuando «El Papelito» se moría
Por Ignacio Romero Raizábal
– III –
Se hace rápidamente muy popular «El Papelito». Sobre la marcha va mejorando la colaboración y aumenta cada mes el volumen de sus lectores. A latigazos y torrentes de ingenio, de cultura y de hombría, no deja títere liberal con la cabeza sana. Provoca –¿cómo no?– oleadas de líos e irascibles persecuciones, hasta que viene la suspensión definitiva a raíz del asesinato de Prim, cuando don Amadeo desembarcaba en Cartagena.
Qué tres años de lucha, en especial desde que se declara carlista a todo trapo, con un valor a toda prueba… Nació cuando el carlismo estaba muerto y ahora, al verle pujante, iba a morir, mas ¿no se mataría él mismo, como en un “harakiri” patriótico en versión española? Porque en el número de primero de año, y en la primera página, para que se vea más pronto, después de referirse “al rey legítimo, a Don Carlos VII”, dedica unas “Seguidillas reales” a don Amadeo con olor y ritmo de trilita. O de la dinamita, que acaba de inventar dos años antes el creador del Premio Nobel. Véase un extracto explosivo:
Entra el año de gracia
setenta y uno
y con él un rey entra
morrocotudo.
Él entra gratis,
mas ya veremos luego
por dónde sale.
… … … … … … … …
Boquita de verdades
mi fusil tiene,
que en italiano no habla
y el rey lo entiende.
Por eso, es claro
que hay que hablar al rey bizco
fusil en mano.
… … … … … … … …
Buenas entradas tengas
¡oh rey presuntuoso!
Buenas las tengas, buenas,
aunque lo dudo.
Rey “a forciori”
siempre sale cantando
el “gori, gori”.
¿Y el diálogo del préstamo para la compra de un fusil?
“– Mi amo, ¿me presta usted cinco duros?
– ¿Para qué?
– ¡Qué curioso es usted! Para un objeto patriótico.
– Si no habla usted más claro…
– Para un fusil, vamos, que todo se ha de decir…
– Si es para tan santo motivo, ahí tiene usted seis, y beba usted a mi salud y a la de Carlos VII.
– Eso por sabido se calla”.
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