Tema: Representación americana en Cádiz en 1812

Hombre y tan seguro. La representación era exigua, y tanta " igualdad por la ley ", mentira cochina. Sólo 4 americanos, de lo cual se quejó Mejía Lequerica, quiteño simpatizante liberal. No le extrañe que luego hubiera realistas americanos en el carlismo, combatiendo contra aquel papelote que hizo de la Revolución su coto burgués-masónico en España.

Eso por no hablar del papelito del hijo de perra Riego, prohibiendo la salida de ejércitos para auxiliar a los realistas. Y de todas las órdenes prohibitivas que llegaban de España. En un sitio tan realista como México se cansaron ya de tanta desesperación. Aunque la cosa vino de antes, y allá, los masones republicanos aprovecharon bien el cotarro.

Las Cortes abrieron sus puertas el 24 de septiembre de 1810 en el teatro de la Isla de León para, posteriormente, trasladarse al oratorio de San Felipe Neri, en la ciudad de Cádiz. Allí se reunían los diputados electos por el decreto de febrero de 1810, que había convocado elecciones tanto en la península como en los territorios americanos y asiáticos. A estos se les unieron los suplentes elegidos en el mismo Cádiz para cubrir la representación de aquellas provincias de la monarquía ocupadas por las tropas franceses o por los movimientos insurgentes americanos. Las Cortes, por tanto, estuvieron compuestas por algo más de trescientos diputados, de los cuales cerca de sesenta fueron americanos.

http://www.pastranec.net/historia/co...a/cortesam.htm

He encontrado esta otra información, quizás más esclarecedora. Posiblemnete los cerca de 60 de la anterior, no haga referencia a su representación, si no al número total de diputados americanos que en algún momento intervinieron en las Cortes de Cádiz :


Las cortes doceañistas fueron convocadas el 28 de octubre de 1809 por la Suprema Junta Gubernativa del Reino que a la sazón funcionaba en Sevilla. Constituida la asamblea de las Cortes, primero en la isla de León, un poco después en Cádiz, los representantes proclamaron el principio de la soberanía nacional dando principio a la labor legislativa que transformaría a España y sus colonias. De manera novedosa, las Cortes de Cádiz se integraron con diputados de la metrópoli y sus colonias. El total de representantes fue de 303, de los cuales, 37 eran americanos (7 del Virreinato de México, 2 de la Capitanía General de Guatemala, 1 de la Isla de Santo Domingo, 2 por Cuba, 1 por Puerto Rico, 2 de Filipinas, 5 de Virreinato de Lima, 2 de la Capitanía General de Chile, 3 por el Virreinato de Buenos Aires, 3 por Santa Fé, y 2 por la Capitanía General de Caracas). Del total de 37 diputados presidentes, 10 de ellos fueron americanos. La Comisión nombrada para hacer el proyecto de constitución se conformó con 9 peninsulares y 5 americanos, fue presidida por don Diego Muñoz Torrero. Los diputados americanos enaltecidos por la deferencia y buen trato de las Cortes gaditanas, correspondieron dignamente a los honores con que fueron obsequiados y esto se relaciona admirablemente con toda la labor de la representación americana que tomó parte activa en todas las deliberaciones del la Cámara, brillando por su ilustración, su competencia y su actividad.

http://www.tlahui.com/libros/ccadiz12.htm

Rectifico; quise decir " sólo 4 gatos ". Las quejas de Mejías Lequerica, que era simpatizante liberal, no son por casualidad. Asimismo, muchas juntas que se formaron en América no eran separatistas, sino que querían una organización para estar prevenidos por si venían los gabachos y muchas pedían la vuelta a las Leyes de Indias. Los liberales de acá todo era no.....Además que como se vio en las Cortes, la mayoría del pueblo no quería liberalismo. Otra cosa, por ejemplo, es la manipulación ahistórica de la figura de Jovellanos, el mismo que escribió contra las sectas masónicas y la mala doctrina y la soberanía nacional y todas esas aberraciones. Aprovechar una guerra donde era el pueblo el que se desangraba mientras todos esos señoritos de medio pelo no hacían más que rebuznar, es de traición para arriba. Pero qué se va a esperar.....Es muy fácil achacar la culpa del desastre americano al " separatismo " y encontrar siempre culpas fuera; más para los liberaloides.



No había la facilidad de transporte que hay ahora y todo fueron trabas. Eso por no hablar que los republicanos americanos se hicieron masones aquí, desde Bolívar y Miranda hasta Martí. ¿ Casualidad ? Yo ya estoy mayor y casualidades veo pocas....

Más allá que al menos los 3 rioplatenses no representaban a nadie más que a sí mismos y se trataba de personajes que había hecho carrera en la Península, donde residían; el caso es que las Cortes de Cádiz no tenían legitimidad respecto a los Reinos de Indias... recordemos lo de "nación española". Si se van a ver las actas de las juntas americanas, al menos durante las primeras sesiones, se verá perfectamente cómo los criollos se sentían agraviados por el centralismo gaditano.

Respecto a la masonería, Ordóñez, como ya te hice ver en otra ocasión, había tantos masones de uno como de otro lado. Y casualmente los "independentistas" americanos más conocidos (Bolívar, San Martín, etc.) estuvieron entre quienes se negaron a jurar la Constitución liberal.

Claro Cruz, ¿ y qué estoy diciendo ?


Fuera aparte es verdad lo que dices, se me olvida no ya la ilegitimidad propia de las Cortes, sino la " representación " inorgánica.


Bolívar luego no quiso " centralismo gaditano ", pero sí " venezolano ". Ganó lo peor en ambas partes.

Otra vez con lo de la conspiración masónica, orquestada por una ralea de filósofos satánicos para destruir al Trono y al Altar ...

Es sistema de elección de representantes en las Cortes extraordinarias, las que elaboraron la Constitución, fue poco homogéneo. Para los representantes de América, se encargó su elección a los ayuntamientos de las capitales de cada provincia. Sin embargo, ante las difucultades de estos diputados para llegar a tiempo a Cádiz, se decidió convocar a los americanos residentes en la ciudad (alrededor de 110 personas), para que eligieran entre ellos a 30 diputados suplentes, que intervendrían en las Cortes hasta que llegasen los diputados legítimos. Ese corto número de suplentes se determinó buscando la proporción con los votantes. De todas maneras, conscientes de los problemas de legitimidad y representatividad de estos diputados, se publicaron decretos en los que se se especificaba que los suplentes irían siendo sustituidos por apoderados de los Ayuntamientos americanos que se encontrasen en la ciudad, o por los miembros elegidos por las Provincias de Ultramar para formar el Gobierno Provisional.

Desde las primeras sesiones de las Cortes, los diputados americanos exigieron medidas para garantizar la igualdad de derechos entre españoles americanos y peninsulares; y la aplicación del mismo principio de representación en los dos territorios. Los españoles mostraban bastantes reticencias; sobre todo, porque consideraban que las distintas clases de la sociedad americana (criollos, indios, negros y mulatos, sin contar a los esclavos), requerían un tratamiento diferente por parte de las leyes; además; y temían que estallasen conflictos interraciales y de clase entre ellas. Finalmente, los americanos consiguieron una declaración de igualdad "entre todos los naturales originarios de los territorios de la Corona española, de ambos hemisferios": es decir, entre blancos americanos y peninsulares, y los indios; pero a costa de excluir a las castas descendientes de esclavos. (Decreto del 15 de Octubre)

Una de las consecuencias de este Decreto fue la exclusión de las castas de los derechos políticos en la Constitución. Si leemos los artículos de La Pepa, nos daremos cuenta de que son declarados miembros de la Nación Española todos los españoles de ambos hemisferios (es decir, que la Península y las Américas estaban consideradas al mismo nivel); y que eran españoles todos los hombres libres nacidos y avecindados en los territorios de las Españas. Estos artículos lograban por lo menos la igualdad de derechos civiles de todos los españoles, incluidos los mulatos (uno de los instrumentos más utilizados por los miembros de la Comisión para justificar muchas de sus discriminaciones, será la diferencia entre derechos civiles -debidos a todo el mundo- y políticos -concedidos sólo a los que la Nación considerase oportuno-). Otro asunto es la exclusión de los esclavos... El problema llegó con el art. 22 (que excluía a los españoles oriundos de África de los derechos de ciudadano, a no ser que reunieran una serie de virtudes, merecimientos y muestras de arraigo que no se les exigían ni a los extranjeros naturalizados) y el 29 (que los excluía de la base de población representada; por cierto, el principio de representación debería de ser igual en la Península y en América).

Las razones de estas exclusiones darían pie a un interesante debate; pero la razón principal, aparte de los prejuicios que se tenían en contra de los descendientes de los esclavos africanos y de unas clases marginales (de los que, por cierto, muchos diputados americanos también hicieron gala, haciendo incoherentes sus defensas de las castas), era el temor a que el principio de una representación proporcional a la población, inundase los futuros parlamentos de diputados americanos, minimizando el peso político de la Península. El problema se solucionaba, sencillamente, eliminando al grupo de población más numeroso de las Américas. Algunos diputados americanos propondrían que las castas tuvieran derecho al sufragio activo, pero no al pasivo; y esto parecía confirmar las sospechas de los europeos, de que su verdadera intención era obtener el monopolio de las Cortes, con lo que las élites criollas saldrían claramente beneficiadas.