Por casualidad hace unos días estuve hablando con un "profesional" muy en contacto con el mundo de la inmigración, regularizaciones y bla bla bla. Tenía un convencimiento absoluto que el "estado" ampara la inmigración ilegal, ya que provee de mano de obra baratísima determinados sectores económicos clave en las cifras macroeconómicas: agricultura (todo el tema invernaderos, etc.), construcción (en el último accidente en Barcelona que murieron cinco o seis trabajadores, en su mayoría extranjeros, aún no se ha aclarado -y dudo que lo aclaren- la personalidad de los fallecidos y si estaban trabajando con una personalidad falsa...) y turismo.
Aún así, creo que hace unos días leí que se calcula que en lo que llevamos del año han llegado unos 26.000 en "cayucos o pateras". Como ya he comentado en otro post, aún con la salvajada de cifras que representa, estoy convencido que es una insignificancia en relación a la inmigración que entra a través de los aeropuertos, puertos y fronteras terrestres. Insignificancia no es la palabra, porque no es insignificante, pero lo cierto es que a pesar de su aparatosidad no es la vía de entrada mayor, en cifras comparadas resulta muy menor.
Tengo una duda. Se informa cada día de los cayucos interceptados. Realmente todo lo interceptado se queda aquí? O hay "repatriaciones"? Si las hay, porqué no se informa? miedo de los altermundistas? de la gilipollez progresista? Sería grave. Pero aún sería mucho más grave, gravísimo, que no se produjeran.
Aún más: cualquiera que circule por BCN habrá podido comprobar la inusitada proliferación de lo que llaman "subsaharianos". Por qué no informan de las deportaciones interiores? Tan impotentes que sólo se puede auxiliarlos en el mar, llevarlos a puerto, cuidarlos, vestirlos y depositarlos en algún lugar de la península, para que campen como quieran?
¿Es ésta realmente la situación y la política?
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