No lo veo como una provocación. Más bien lo veo(observando la fotografía) como un signo de sumisión de los herejes ante el Verdadero y Único Dios.
No fuimos los católicos los que fuimos a postrarnos cabeza en tierra frente a una mezquita, sino ELLOS los que se rindieron humildes ante una catedral levantada para Nuestro Señor Jesucristo.
Quién sabe si no fueron con la recóndita esperanza de que El Señor de la Historia, Los Tiempos, la paz y Toda la Gloria los escuche en su clamor?.
El Arzobispo de Milán debería haber salido e invitarlos a entrar y pedir al verdadero Hijo de Dios hecho Hombre. Tal vez hubiesemos ganado algunas almas para el Buen Señor.
Marcadores