Respuesta: Descubriendo a Joseph Pearce
Me ha parecido sumamente interesante todo lo expuesto sobre J. PEARCE. Lo que conocía de él me ha venido por sus escritos publicados sobre TOLKIEN, que me han resultado verdaderamente placenteros. Pero no conocía su biografía y ya lo he puesto en mi lista de la compra. Sobre Tolkien ya he afirmado que es imprescindible conocer su personalidad y mentalidad, así como el ambiente socio-histórico en el cual vivió, incluyendo el tener siquiera una visión somera de los cambios que se fueron produciendo a lo largo de su vida. Sin ellos, la lectura de Tolkien es una lectura sin contenido real, por eso soy de los que opinan que la aplastante mayoría de los lectores de sus obras no se han enterado de lo que han leído, no han entendido nada.
Pues con PEARCE pasa igual, como pasa con casi todos los escritores, y digo "casi" porque hay un sector del que no merece la pena ni hablar y cuya finalidad es la puramente comercial ya que desligan su obra de sí mismos. Tampoco incluyo a panegiristas ni a panfletarios.
Y volviendo al tema concreto, es llamativo el hecho de las conexiones entre todos los que se convirtieron a la fe. Esto es un fenómeno nuevo, no en el tiempo pues ya se dio entre los primeros cristianos, sino en la situación actual del mundo. Y es importantísimo que así se proceda, pues estos conversos lo son en la misma medida que aquéllos de los primeros tiempos, por tanto, pueden ser expresión de una nueva evangelización. Quienes hemos nacido dentro del seno de la Iglesia quizás no hemos sido suficientemente conscientes de que el mundo occidental, Europa y España en particular, se estaba descristianizando de forma gravísima. Hemos fiado a las jerarquías, al sacerdocio, la defensa y no hemos sabido reaccionar a tiempo. Pues la Iglesia lo somos todos los creyentes-practicantes bautizados y también tenemos nuestra parte alícuota de responsabilidad.
Por tanto, creo que un modelo a seguir es el que nos han mostrado, sin ser conscientes de ello, este grupo de escritores. Quizás este tema debería haberse llamado de otro modo, aunque se haya empezado con PEARCE, para difundir el nombre y la obra de otros muchos. Pero puesto que ya se han mencionado a otros, quiero añadir alguno más.
Me refiero a Paul JOHNSON, que aunque nacido en una familia católica, apostólica y romana de Lancashire, nunca se ha cansado de ayudar a los demás a mantener la fe o a encontrarla. JOHNSON es historiador, y escribe en el "Daily Telegraph", así como en el semanario "Spectator". Azote de Richard DAWKING, "el cobarde de Cambridge", como lo llama JOHNSON, lo ha desafiado en numerosas ocasiones a debates públicos en la televisión, a los que este falaz enemigo de Dios no ha tenido el suficiente valor para acudir.
Paul JOHNSON ha publicado varios libros y apunto aquí dos de sus títulos, los dos que pueden resultar más interesantes para nosotros sin desmerecer ninguno de los otros:
La búsqueda de Dios. Un peregrinaje personal Planeta+Testimonio.
Una completa reflexión de quiénes somos y cómo enfrentamos nuestra realidad en todos los ámbitos.
Tiempos modernos: historia del mundo entre 1920 y 1990 Un análisis de l desarrollo del mundo a través del S XX y traducido a 15 idiomas.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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