Pamplona, 8 abril 2007. Se ha presentado un libro de versos de Pello Urquiola, el popular versolari carlista de Leiza. Pello Urquiola, Silvestre Zubitur y los demás carlistas leizatarras son la prueba viva de que lo vasco no tiene ni puede tener dimensión política. Ellos son navarros y vascos. Vascos, que no vascongados. Hay vascos en Navarra, y además muchos otros navarros que no son vascos. hay tres regiones vascongadas, que por arcaísmo se llaman Provincias: Vizcaya, Guipúzcoa y Álava.
Pello, como buen versolari, improvisa en vascuence. Escribe y piensa en esa lengua. Y es cabal y enteramente español, como todos sus antepasados. El presentador del libro, Pascual Tamburri, dice así en El Semanal Digital:
Algunas veces, a lo largo de los años, me había preguntado cómo serían aquellos hispano-godos e hispano-vascones que, en el recuerdo y fundamento del Fuero General, se "alzaron" en las montañas frente a la invasión musulmana que interrumpió la unidad y la independencia de España. "Muy pocas gentes", desde luego, firmemente decididas contra toda esperanza razonable a defender su identidad verdadera frente a la fuerza. Y esto a pesar de que el Islam triunfante supo ser cruel con sus adversarios pero cómodo para los sumisos.
¿Cómo pudieron ser aquellos antepasados nuestros, los insumisos a los que España debe su supervivencia y Navarra además, concretamente, su tradición comunitaria? Los documentos son escasos y sobre todo no nos han dejado retratos de sus autores. Quienes construyeron sus libertades hicieron y lucharon, vivieron en suma, pero no nos quedaron de sus sueños y de sus cantos otros testimonios que sus obras.
Nunca tuve una respuesta a esta pregunta, hasta que fui a Leiza. Allí, en la Navarra más verde, más húmeda y más vasca, hay gentes que cada día se levantan sabiendo que son insumisos a lo políticamente correcto, que son resistentes contra una fuerza que manipula conciencias y mata enemigos. Viven como navarros y actúan por España, no porque lo mande un Gobierno o lo dispongan unas leyes escritas sino, sencillamente, porque quieren seguir siendo lo que siempre han sido, de padres a hijos.
Pello y los insumisos de Leiza -que saben que son españoles y no lo niegan, que no aceptan la nueva invasión- vivirían materialmente mejor si no hablasen y si no cantasen, o si al hacerlo dejasen guiar sus palabras por los intereses, las conveniencias y los cálculos. Sin embargo, cantan y hablan por amor a su propio ser y a la verdad, que en ellos es España sin consideración de quién tenga o pierda el poder. Son, en su modo de actuar, una encarnación de esas mismas libertades forales que en nuestra historia se pusieron por escrito y que don Ángel Martín Duque y don Javier Nagore Yárnoz presentaron en una nueva edición en Pamplona, el 9 de febrero de este año de 2007.
Pero Pello no es un político, ni un jurista, ni quiere ser nada de eso. No necesita presentación, porque es uno de esos navarros eternos, como los ha habido en los recodos difíciles de cada siglo. Tampoco lo que canta necesita ser presentado porque, guste o no -y no es obligatorio, mientras Navarra sea libre-, sus versos son su vida. Él se resiste a ser llamado bertsolari, y en todo caso es difícil traducir esta palabra. No es exactamente un poeta moderno, sino más bien un bardo, porque sus palabras no brotan de la búsqueda de lo bello ni del refinamiento amanerado: la palabra de Pello, en verso, es sólida como las rocas de las que brota.
Sería oportuno agradecer a Pello Urquiola que haya cantado y que haya puesto su canto por escrito; pero es un canto colectivo, que florece una vez más en un bloque compacto de navarros y que, aunque alguien no comparta en algo su contenido, es innegablemente navarro.
Palabras ajustadas, pero insuficientes. Porque Pascual Tamburri evita mencionar lo que hace así a Pello Urquiola: es carlista. O, si se quiere, es carlista porque es así. Lo cual viene a ser lo mismo. Carlista es el español de verdad, el navarro de verdad, el vasco de verdad. Pero Tamburri trata de arrimar el ascua de los leales de Leiza a la sardina de la mal llamada Unión del Pueblo Navarro. UPN/PP es una sardina sin sabor, de color dudoso y olor desagradable; como de los bancos pesqueros africanos. Una sardina liberal y, por lo tanto, antinavarra y antiespañola.
Urquiola Cestau, Pello. Nere hitze bertsoatan - Mi palabra en bertsos. Sahats, Burlada 2007. 345 páginas. ISBN 978-84-935332-3-6
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