Insisto: no soy yo, es el autor.

Pero lo importante aquí es que el nacionalismo lleva instrumentalizando el euskera desde antes de que nacieran tus abuelos. Lo usa como banderín de enganche, ariete y coartada desde hace un siglo y seguirá haciéndolo con la fortuna que se le permita durante todo el tiempo que pueda. Con su excusa crea instituciones y redes clientelares, compra voluntades, engaña incautos, se envuelve en legitimidad y hace fluir los presupuestos a las asociaciones adecuadas a sus fines últimos. Eso dejando al margen que todo lo que se subvenciona hasta llegar a convertirlo en un pesebre de afines termina agostado y muerto. Económica y culturalmente es una maldición: mírese si no el estado del cine (anti)español.

Otros sin embargo no necesitaron crear ejércitos de ingenieros sociales ni envolver la pastilla nacionalista en el jamón del euskera.

XXX aniversario de la muerte de don Antonio Arrúe Zarauz

Copiamos de la redacción de hoy de El Diario Vasco, añadiendo un pequeño inciso, el recordatorio de los XXX años de la muerte del dirigente carlista guipuzcoano Antonio Arrúe Zarauz.

LA CALLE DE LA MEMORIA
1976. Muere el carlista y euskaltzale Arrúe



Arrúe, en la imagen en una conferencia, votaría en contra de la sucesión de Franco por Juan Carlos.


Una de las personalidades políticas más importantes de Guipúzcoa y de todo el País Vasco acaba de morir. De madrugada nos llega la triste noticia del fallecimiento de don Antonio Arrúe Zarauz, quien durante más de cincuenta años ha sabido estar, sin arriar sus banderas, en los más difíciles frentes políticos de nuestra región».

Así recogía DV, en su edición de mañana, la muerte hoy, 17 de noviembre pero de 1976, de Antonio Arrúe, abogado, secretario de la carlista Comunión Tradicionalista de Guipúzcoa, procurador en Cortes y miembro de la Academia de Lengua Vasca Euskaltzaindia.

Toda una personalidad en su tiempo, Arrúe fue miembro del Patronato de la Facultad de Derecho donostiarra, del grupo de estudios históricos Doctor Camino y del grupo cultural Vicente Manterola. Natural de Asteasu, vivía con su familia en la donostiarra calle de Oquendo.

En la reseña publicada al día siguiente de su fallecimiento se destacaba su serenidad ante la adversidad y su espíritu de trabajo. «Secretario de la Comunión Tradicionalista de Guipúzcoa en los años de la República, a su capacidad, a su trabajo, a su visión política, se debió el auge que el carlismo experimentó en nuestra provincia en aquellos años. Los momentos eran difíciles, las conciencias estaban alteradas, la pasión desbordaba todos los cauces. Pues bien, en aquellas horas Antonio Arrúe daba siempre ejemplo de serenidad, de ponderación, de realismo a la vez. Se entregó totalmente a la causa en la que veía la solución a los graves problemas que tenía planteados España y a ella consagró su vida entera».

Una de sus metas fue la defensa del euskara, «el viejo idioma que él dominaba como pocos, con una dicción limpia que constituía la admiración de cuantos conocían nuestra lengua. Miembro de la Academia de la Lengua Vasca, sus trabajos en el seno de esta corporación fueron notables, A Antonio Arrúe debe hoy el vascuence una buena parte de este auge que ha experimentado en los últimos años, pues su labor, casi siempre anónima, dio pronto los frutos esperados».

En 1967, Antonio Arrúe fue elegido procurador en Cortes por el tercio familiar[1]. Un carlista como él votaría negativamente la designación de Juan Carlos de Borbón como sucesor de Franco y entonces futuro rey.

Sus funerales se celebrarían en la parroquia de San Vicente y sus restos, trasladados a Asteasu.
[1]: En los años 60 la Comunión dispuso la presentación de candidaturas de carlistas a los tercios familiares por entenderse que eran una muestra de verdadera representación popular, a pesar del contexto de un Estado burocratizado y que mantenia estructuras totalitarias. Al tiempo, paradojicamente, el mismo Estado ponia las bases para la libertad religiosa y el aterrizaje de las sectas en España (se puede consultar en relación con este particular el documento histórico "El Carlismo y la Unidad Católica" de 23 de mayo 1963). En diversas provincias eran carlistas todos los representantes del tercio familiar, actuando siempre en consecuencia con sus ideas, como fue el caso de Antonio Arrúe.