Re: Respuesta: Harto de calabazas y de jalogüín
En las afueras del recinto del "Madrid Arenas", no había cobertura de los móviles, pero si había un botellón multitudinario, la gente con unas cogorzas monumentales, el SAMUR tuvo que atender un buen número de situaciones limitando con el coma etílico, la avalancha que mató a las tres chicas se produjo a causa de una reacción animalesca de la masa al aparecer en escena ese mierda de pinchadiscos. ¿Pero qué carajo es esto?
Recuerdo perfectamente que en las fiestas en casa -los famosos guateques-, el más tonto y más feo era el encargado de poner los discos, siempre era así, era el gili que ligaba menos que un sello debajo del agua. Mientras que en las discotecas, -que son más antiguas que comer-, el "dillei" era un tipo anodino al que nadie prestaba la más mínima atención, salvo cuando se le pedía algún tema. Y ahora resulta que unos tipos que no aportan nada de sí mismos, como no sea estar haciendo el chimpancé con luces y sonidos dentro de una especie de jaula, son el centro de la fiesta... ¡manda melones y sandías!
No cabe duda de que hay que cambiarlo todo.
Última edición por Valmadian; 02/11/2012 a las 22:06
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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