Volvemos otra vez a la manida interpretación del arte que tan popular se hizo en el sesenta y ocho: El arte como provocación.
Es ese tipo de argumentos en el ecual, los "rupturistas" introducían nuevas formas y volúmenes, materiales novedosos o técnicas extraordinarias para representar la realidad y que tanta difusión tuvieron de parte de algunos degenerados de ese periodo.
El producto salido de las manos de los "alucinados, drogados y enfermos autollamados artistas" era una degenraicón sin igual, pero chocaba con la mentalidad tradicional de los mortales de su época y eso generaba el escándalo, el cual hacía que se generara publicidad y como consecuencia ventas y fama de manera inmediata.
Ese estilo se ha perpetuado. Los "vagos" los "incultos" los "chabacanos" o los mal llamados "artistas" de hoy en día, utilizan masivamente ese método para llegar a salir del pozo de inmundicia en el que viven. Sólo mediante la provocación y el escándalo saben que podrán salir del anonimato, pues no dominan ningún estilo artístico, ninguna disciplina y son mediocres o rematadamente malos a más no poder. Ellos, jamás lograrán hacer nada que sea digno de perdurar más de una "legislatura" política de turno.
Es por ello que no estamos acostumbrados a ver en galerias de arte, exposiciones o centros especializados nada que ni por asomo se pueda identificar con un cuadro propiamente dicho, una escultura, y ni hasta un edificio, que no esté salpicado de esta mezquindad aberrante basada en una visón pobre y "progre" del mundo.
Este individuo, al igual que otros antes, trata de escandalizar, y para ello ha elegido el camino del insulto al conocimiento de los demás, y como escudo a su "obra" y las críticas que le puedan llover, ha elegido la palabra ARTE, de la cual desconoce el significado, más sabe que en su nombre, todo vale.
Para ver "arte" de este tipo no necesito ir a la universidad más próxima, sólo basta con que visite el retrete público más cercano y encontraré obras igual de cochinas y hediondas.
Marcadores