http://eprints.ucm.es/6872/1/DERECHO...A_DE_CEUTA.pdf
Tras la muerte sin herederos del Rey de Portugal, Don Sebastián, la corona portuguesa pasa a Felipe II, Rey de España (y Portugal) y con ella, la ciudad de Ceuta en 1581. Con posterioridad a la confrontación que se produjo con motivo de la sucesión, el Rey Felipe II de España, al que correspondía legítimamente la corona Portuguesa por línea de sangre, anexiona finalmente Portugal al resto de sus reinos ibéricos y, con aquellos, la Ciudad de Ceuta.
El Rey y sus sucesores respetaran las instituciones y privilegios obtenidos por la ciudad bajo los auspicios portugueses.
No obstante en 1640, se inicia el alzamiento de independencia portugués que dio como resultado la coronación del Duque de Braganza como nuevo Rey de Portugal, bajo el nombre de Juan IV de Portugal.
Ceuta mantendrá curiosamente una posición españolista conservando su reconocimiento como Rey natural a Felipe IV (o Felipe III para los Portugueses) y por tanto no se une a los insurrectos, constituyendo la única ciudad de la órbita portuguesa que seguirá siendo fiel al monarca;
en concreto decide en plebiscito continuar bajo la Corona Española. La lealtad a la Corona de los ceutíes es reconocida por Felipe IV que en Real Célula, dada en Aranjuez el 30 de abril de 1656, concede a la ciudad Carta de Naturaleza.
"Mi intención y deliberada voluntad es que dicha ciudad de Zeuta quede y este por comprendida en estos dichos mis Reinos y se juzgue y repute como yo la juzgo y reputo por uno de ellos, con los honores, atributos, franquezas y demás cosas que por Ley y derecho, usos y costumbres, o en otra forma tienen y tuvieren, pueden y deben, pudieren y debieren haber y tener las ciudades de estos dichos mis Reinos: gozando generalmente, sin limitación ni reserva, de lo que ellos gozan, como si desde un principio y primera fundación fuera inconclusa; y lo estuvieran en ellos."
En 1668, en la firma del tratado que reconoce la independencia de Portugal,
se refrenda la decisión de la ciudad de Ceuta de permanecer fiel a la Corona Española y con tal motivo la Reina Doña Mariana de Austria refuerza la Cédula del Rey Felipe IV: De fecha 19 de mayo de 1668 por la que indica que "para favorecerla y honrarla [la ciudad de Ceuta] ha mandado que se guarden a la ciudad las Leyes y Costumbres con que hasta entonces se había gobernado".
De fecha 3 de julio de 1668, otra Real Cédula, por la que ratifica la anterior proclamación, diciendo:
"Siempre tendré especial cuidado a vuestra asistencia y gobernación; y atendiendo también a vuestros méritos, he acordado que se conserven a vuestros naturales los Oficios, Fueros, Leyes y Costumbres que habéis tenido".
A partir de estos textos se fundamenta el peculiar "fuero" que ha disfrutado Ceuta.
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