Puede que esto sea cierto.
Tampoco esta mal preparar las vacaciones tan necesarias para superar el estrés causado por nuestras sociedades cada día más artificiales.
Pero como pregona San Pablo:
Esto hacer y aquello no omitir.
Que las vacaciones sean motivo de recuperación de fuerzas, de meditación, de preparación.
Tambien es cierto, que en política no caben las "utopías angélicas", y que se ha de actuar con los medios de que se dispone y de acuerdo al momento histórico en que nos toco vivir.
Esto ultimo se vincula con la virtud de la prudencia, aunque hoy se la confunde -demaciado amenudo- con el quietismo, el diletantismo, o como mero disimulo de la cobardía.
Mis dicho simplemente apuntaban a levantar los ánimos, a recordar nuestras raíces, a no desesperar.
Hubo muchos momentos históricos en que todo parecía perdido, y allí es cuando importa que un puñado de hombres mantengan el ideal de don Quijote y promuevan la resurrección del Cid, aquel que ganara batallas después de muerto.
Quien hubiera dicho que Pelayo podía vencer en Covadonga, cuando tenia todo en su contra?
Todo menos su Fe, su Coraje, su Hombría de Bien.
Y eso era más que suficiente.
Pocos, muy pocos, pero bien montados!
Y los del Alcázar de Toledo que otra posibilidad tenían que no fuera la de ser masacrados?
La posibilidad estaba en la férrea e irreductible decisión de los famélicos, exautos, y al limite de sus fuerzas de los sitiados.
La posibilidad estaba en aquella trágica y heroica decisión del Coronel Moscardo:
"Papa, como estas?
Bien hijo mío, ¿que pasa?
Me dicen que si no entregas el Alcázar van a fusilarme. No tengas pena por mi. Yo muero gustoso por Dios y por España.
Si, Luisito. Muere como español y como cristiano, dando dos vivas: Uno a Cristo Rey y Otro a España. Me lo prometes?
Detrás del micrófono sonaron distinta y claramente dos vivas lanzadas con seguro acento varonil:
Viva Cristo Rey! Viva España!
La voz acampanada se vuelve a oír en el teléfono:
Señor coronel abreviemos.
Le he dado diez minutos de termino y han pasado cinco. Que resolución toma?
Que le regalo a Usted los cinco minutos"
Todos quedaron sobrecogidos.
Cuenta un testigos que estuvo presente, que una sombra vestida de arnés y malla de acero atravesó el salón y abrazo al coronel Moscardo.
Era la sombra de Guzmán el bueno...
Quizá, talvez, es posible, que la mayoría de los españoles, de aquella época, uno o dos años antes de la epopeya del Alcázar, estuvieran "demaciado ocupados preparando las vacaciones en Peñiscola".
Pero estaban aquellos que mantenían el "fuego sagrado", que a pesar de todo y por eso mismo, se preparaba para lanzar La Vos de Mando...
Ellos sabían bien de que se trataba.
La España eterna, no era esa que se veía por doquier.
El Estado había sido ocupado por los fariseos, saduceos y filibusteros.
La Nación había sido desviada de su Misión
Resonaban otras fuentes de cultura.
Otra vez los cartagineses se apoderaban de Sagunto, es decir de la ciudadela, del Estado, de las sacras murallas de la Polis o Civitas.
Pretendían hacer tabla raza con la Nación, para cambiar definitivamente la Patria.
Y como Roma frente a Anibal (la gracia de baal), cuando todo parecía perdido:
Apareció la voz de Mando:
Delenda est Carthago!!!
Última edición por juan vergara; 13/09/2012 a las 22:52
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