Gracias, Sr. Martin Ant, por tomarse tantísimas molestias en ilustrame con sus interesantes y doctas explicaciones. Si le he entendido, sería algo así como regresar al primitivo "socialismo feudal", tal y como lo definieron Marx y Engels. Y discúlpeme por el término. Es decir, que Franco debiera haber intentado regresar a España a un modelo precapitalista y contrarrevolucionario, como forma de oposición al sistema económico que había tenido lugar a partir de la mercantilización de la vida pública, a partir del siglo XIX... o en todo caso, haber instaurado un sistema que devolviera al pueblo lo que la revolución liberal le había quitado, tras los procesos desamortizadores... en lugar de apropiárselo en manos del Estado e intentar asegurar así un buen reparto de la renta. De esa forma, no habría hecho falta crear todas las macroestructuras estatales, como la Seguridad Social, etc, etc... que (y en eso estoy de acuerdo con usted) conducen, o podrían conducir como estamos viendo, a una situación muy cercana al totalitarismo.
Su idea sería que aquél régimen, como antaño hacía la corona, pudiera haber intervenido subsidiariamente administrando justicia social (o como se dice vulgarmente, "desfaciendo entuertos y agravios") poniéndole coto a los abusos de los burgueses capitalistas. Y ahí es donde intervendrían, si no me equivoco (corríjame, por favor, si asi fuere) las teorías sobre la implantación del "dividendo social". Es decir, el cheque escolar, el cheque médico, etc... algo así como decir: "menos estado y mas sociedad". Parece interesante pero también me da miedo...
Según tengo entendido éstas propuestas de la instauración de un sistema de "cheques sociales", en España, ya han sido reivindicadas por algunos partidos. Me viene a la memoria ahora mísmo AES. Lo único que me repele de ello, es que no me lo creo, porque viene de la mano de la Escuela Económica de Chicago y Milton Friedman. Y esa gente me da muchísimo miedo.
Tiene la ventaja de la libertad y la reducción de asistencialismo estatal y permite la posibilidad de elegir (en educación, por ejemplo, eso sería interesantísimo, para romper el control totalitario del Estado y devolverle a los padres el control sobre qué tipo de educación desean para sus hijos...). Hasta ahí, completamente de acuerdo. Pero me surgen dudas y desconfianzas. Por ejemplo, ¿qué pasa si la cuantía del cheque en cuestión resulta ser tan ridícula que no permite cubrir el precio del colegio elegido?. Esa sería una cuestión... ¿Qué podríamos hacer los súbditos (no me creo el concepto de ciudadanía...) frente a una Administración que decidiera reducir año tras año el montante de ese cheque, mientras los mercados continuaran encareciendo el precio de esos servicios?. En Madrid, el gobierno de Esperanza Aguirre, ya experimentó con esa idea, con el tema de los famosos "cheques guardería" para todas aquellas familias que, por hache o por be, se quedaban sin poder llevar a sus hijos a las guarderías públicas. El resultado, un chequecito (una beca, en definitiva, cambiada de nombre...) que la Comunidad de Madrid entregaba a aquellos padres que demostraban reunir una serie de requisitos, con el que apenas llegaban a cubrir el 40% o el 50% del precio de la mas barata de las guarderías públicas. En fin... una basura y con ello no dejamos de estar a merced de los vaivenes políticos y su tiranía. Si nos quitan el cheque, ¿qué hacemos?, si lo reducen a la mínima expresión ¿qué hacemos?. Y por último, ¿es que acaso esa política del chequecito no favorecería el clientelismo y por ende la sumisión de los individuos ante el poder del Estado que los reparte?. ¿Cómo se estipularía su cuantía...?, ¿Cuánta burocracía, tiempos de espera e inseguridades conllevarían...?. En definitiva, no me gusta la idea... ni tampoco lo veo como solución a los problemas actuales. Yo prefiero la existencia de un estado fuerte que otorge por medio de sus estructuras, sanidad, educación y vivienda de forma gratuíta a los obreros y sus familias (o muy asequible, cuanto menos en el caso de ésta última), y una legislación proteccionista del trabajo, con muy poca, o nula libertad para el despido improcedente, y con las causas reguladoras del mísmo, perfecta y metódicamente regularizadas. Es decir, tal y como se hacía en España en tiempos del Caudillo. Es decir, un estado FUERTE ("mas estado" por lo tanto) gobernado por hombres honestos e inspirados por fuertes convicciones católicas, enfrentado a la flexibilidad que otroga esa falsa libertad económica. Es decir, autoridad y rigidez metódicas, en aplicación de una verdadera idea de la justicia... Esa es mi doctrina.
En un viaje que hice a Francia, alguien me contó que allí también existen grandes hospitales públicos, como en España, pero que para asistir a la consulta de un médico de familia, los franceses acudían al médico que consideraban mas adecuado para ellos (es decir, elegían...) y luego se desgrababan el precio en su declaración de la Renta. Quizás no entendí bien el funcionamiento... Pero ese sistema tampoco me gusta. Sí es cierto que otorga libertad, pero me parece mas seguro el sistema español, el de los centros de salud gratuítos en los que te toca el médico que el sistema te asigna. ¿Para qué quiero tener esa libertad? (yo con la seguridad me conformo). Y tras decir ésto me viene a la cabeza una frase de un famoso revolucionario marxista que escribió un libelo con un título mas o menos parecido. Pero también me vienen a la mente las palabras de José Antonio Primo de Rivera, en su discurso inaugural de FE de las Jons en el teatro madrileño de la comedia: "Sois libres de trabajar lo que queráis; nadie puede compeleros a que aceptéis unas u otras condiciones; ahora bien: como nosotros somos los ricos, os ofrecemos las condiciones que nos parecen; vosotros, ciudadanos libres, si no queréis, no estáis obligados a aceptarlas; pero vosotros, ciudadanos pobres, si no aceptáis las condiciones que nosotros os impongamos, moriréis de hambre, rodeados de la máxima dignidad liberal". Es decir, en otras palabras: ¿para qué quiero su libertad, si no tengo la seguridad de poder pagar la hipoteca porque no estoy seguro de seguir en mi puesto de trabajo?. Para, mas tarde continuar diciendo el mismo José Antonio, en ese mismo discurso: "La Patria es una unidad total, en que se integran todos los individuos y todas las clases; la Patria no puede estar en manos de la clase más fuerte ni del partido mejor organizado. La Patria es una síntesis trascendente, una síntesis indivisible, con fines propios que cumplir; y nosotros lo que queremos es que el movimiento de este día, y el Estado que cree, sea el instrumento eficaz, autoritario, al servicio de una unidad indiscutible, de esa unidad permanente, de esa unidad irrevocable que se llama Patria". Esa es mi doctrina...
Yo creo firmemente en el Estado, en eso comparto mis tesis con los revolucionarios. Mas concretamente creo en un estado FUERTE Y AUTORITARIO. Un estado conquistado por y para la nación, que sea puesto al servicio del bien común y de la Unidad irrevocable de la Patria, sin mas miramientos...
Un modelo de Estado que permita toda iniciativa privada que sea compatible con el interés colectivo (como decía José Antonio en su discurso), pero no con cualquier tipo de "iniciativas". Y comenzar a andar por el camino que conduce sin demora y sin retorno, hacia la nacionalización del servicio de la Banca y también del crédito. Y que, mediante las corporaciones, se llegara a nacionalizar también la mayoría de los otros grandes servicios públicos. Es decir, un modelo de estado como el que pretendían los falangistas, y también el mismísimo José Antonio. Se que en eso alguien podría confundirme con un "rojo". Pero no en vano a los falangistas, mucha gente les llamaba dentro del bando nacional: "nuestros rojos".
Para mi, lo único que me resulta cierto es que bajo esos cantos de sirena que emergen de todo ese tipo de consignas que propugnan el debilitamiento del Estado, tampoco se lo que en realidad se oculta. Mi lema sería por contra: "hacia la conquista del Estado".
Y ya, para terminar, y por poner un último ejemplo, el libro UTOPÍA de Tomás Moro, es un libro que me podría servir de guía, mucho antes que las consignas basadas en la libertad del individuo... No es que lo tome como una biblia en materia política y social, ni mucho menos... Comprendo los peligros del "totalitarismo" al que podría conducir la construcción de un modelo de estado fuerte tal y como el que él describe en su libro. Pero, aún así.... prefiero esos peligros a los que supondría cualquier cosa que venga de las falsas libertados que propugnan los señores de la Escuela de Chicago. Y se que voy a recibir críticas por poner este ejemplo del libro... Pero por ahí andarían un poco mis tiros, y por eso, en cierto modo, también me gustó por eso la política que promovió Franco mientras estuvo al frente de sus gobiernos.
Un abrazo en Cristo
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