Re: Injusticia y terrorismo

Iniciado por
Irmão de Cá
Otro asunto: como funcionaba eso del estatuto de beligerantes concedido a los terroristas en tiempos del franquismo? Se eran beligerantes y no criminales, no se les reconocía por ello y forma implícita los derechos de combatientes (y prisioneros de guerra) protegidos por la convención de Ginebra? No se les reconocía a sus territorios de origen, también de forma implícita, el estatuto de regiones en conflicto? Lo pregunto porque en Portugal y por aquél tiempo, el gobierno del Prof. Salazar siempre se ha recusado en reconocer tal estatuto a los guerrilleros independentistas de Angola, Mozambique y Guinea, precisamente para que, cuando capturados, tuvieran trato de criminales y no de soldados enemigos - lo que, también, dejaba los soldados portugueses en muy mala situación cuando caían en manos del enemigo. Además, mismo en la Metrópoli, la jurisdicción aplicable a terroristas o opositores políticos - muy cruel y injusta por cierto, uno no podía siquiera decir en público que pasaba hambre, no es coña era así

- era estrictamente civil y aplicada por todas las fuerzas policiales y paramilitares, coordinadas por la temible policía política PIDE - Polícia Internacional de Defesa do Estado, que también actuaba en las colonias.
Estimado amigo, los terroristas no son combatientes o beligerantes, son eso, terroristas:
Derecho Internacional Humanitario
Estatuto de combatiente y de prisionero de guerra
Espero que estos enlaces sirvan como orientación.
Un abrazo en Xto.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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