Fernando Huarte, dirigente del PSOE de Gijón y presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, se puso en contacto en 2001 con Benesmail Abdelkrim en la cárcel de Villabona. Según cuenta La Nueva España, consiguió que le sacaran de prisión para ir al dentista e incluso le pagó la factura. En octubre de 2004 mantuvieron el último encuentro. Días después, Abdelkrim (considerado el lugarteniente del imán del 11-M) fue detenido en la Operación Nova. En su bolsillo llevaba la dirección del etarra Henri Parrot.
(Libertad Digital) En abril de 1997, el argelino Benesmail Abdelkrim fue detenido en Valencia junto a otros nueve terroristas del GIA. Entre los detenidos estaba Allekema Lamari, emir del 11-M y uno de los terroristas que se suicidó en Leganés.
Abdelkrim, considerado lugarteniente de Lamari, estuvo internado cuatro años en la cárcel de Ocaña 1, donde los funcionarios recuerdan la gran camaradería que mantenía con los presos de ETA. Entre sus amigos, Valentín Lasarte, asesino de Gregorio Ordóñez y Fernando Múgica, y Fernando Elejalde, asesino de un funcionario de prisiones. "Era como uno de ellos", recuerdan los funcionarios.
En julio de 2001 ingresa en la prisión asturiana de Villabona. Allí mantiene la buena relación con los internos etarras, hasta el punto de que, según informó El Mundo, se relacionaba "casi en exclusiva con ellos". Benesmail trabó amistad con el etarra Juan María Igarataundi y con el miembro de Jarrai José Luis Camarero, que dijo de él: "Es un tipo superserio. Este es de los que, en cuanto salga, va con una bomba encima (...) Para él , hay cosas que nosotros hacemos mal. Según él, tú pones la bomba y no tienes que avisar".
El terrorista argelino estaba obsesionado con la actualidad informativa. Pidió una televisión a los presos etarras para ver cómo los aviones se estrellaban contra las Torres Gemelas el 11-S de 2001. Además, comentaba la prensa con los internos de ETA: "El Gara circulaba por las celdas", recuerdan los funcionarios. "Entre ellos se llamaban hermanos", afirmaron los trabajadores.
En la cárcel de Villabona, Benesmail coincidió con otros dos presos tristemente famosos: Los confidentes Antonio Toro Castro y el marroquí Rafá Zouhier, ambos imputados por los atentados del 11-M. En esa fecha Toro comenzó a buscar compradores para los 150 kilos de dinamita que decía tener en su poder. Hasta aquí, todo lo escrito ya es de sobra conocido. Este martes nos hemos enterado de un nuevo contacto de Benesmail en prisión.
Un dirigente del PSOE se pone en contacto con Benesmail en 2001
En el mismo año 2001, el dirigente del PSOE de Gijón y presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah, Fernando Huarte Santamaría, se dio a conocer al terrorista del GIA, al que envió revistas escritas en árabe a la prisión. Según informa La Nueva España, en diciembre de 2001, fruto de sus contactos con Benesmail, Huerta inicia los contactos con una clínica dental gijonesa para que un odontólogo de Gijón le pudiera practicar una ondodoncia al terrorista. Los trámites no fructificaron hasta febrero de 2002.
El odontólogo le atendió hasta en tres ocasiones y en todas ellas la clínica permanecía cerrada por motivos de seguridad. Se da la circunstancia de que Huarte no sólo agilizó los trámites para que el preso pudiera abandonar durante horas la cárcel de Villabona sino que él mismo fue quien pagó la factura del dentista. De estos hechos estaban informados otros miembros del PSOE gijonés. Conviene destacar que Huarte es el responsable de la seguridad de los actos más importantes que celebra el Partido Socialista en Gijón.
El cargo del PSOE mantuvo después de estas intervenciones varios encuentros con Benesmail en la cárcel. El último de ellos se celebró el 9 de octubre de 2004, siete meses después de los atentados de Madrid.
El 24 de octubre de ese año, la Policía efectúa un registró en la celda de Benesmail. En ese momento, el terrorista esconde un papel en su bolsillo. En ese papel aparecían escritos los nombres de Henri Parrot y Harriet Iragi, dos de los etarras más sanguinarios. Benesmail es detenido en la segunda fase de la Operación Nova por formar una célula que desde la cárcel planeaba volar la Audiencia Nacional.
De los "fines humanitarios" a los pagos de Lamari
Preguntado por el motivo de sus contactos con el terrorista, el socialista Fernando Huarte ha respondido a La Nueva España que lo hizo "por fines humanitarios, para ayudar a su rehabilitación". Respecto si considera que alguien que desde la cárcel planea volar la Audiencia quiere rehabilitarse, Huarte responde: "Eso no está probado todavía. No han demostrado nada de los presuntamente implicados de la acusación que tienen". Y añade sobre el terrorista argelino: "Es una persona a la que cogieron en España, la metieron presa y todo el mundo tiene derecho a que se le ayude cuando está en una situación desesperada. Lo contrario no sería humano, me parece a mí".
Huarte, que ha realizado varios viajes a Oriente Medio y considera a Yaser Arafat "uno de los mayores estadistas de nuestro tiempo", dice que no tiene "que justificar nada". "Era un preso que tenía necesidad de ayuda humanitaria y nosotros la prestamos a cualquier persona proveniente del mundo árabe", añade el presidente de la Asociación Nacional de Amigos del Pueblo Palestino Al-Fatah.
Sin embargo, la situación de Benesmail no era tan necesitada ya que, el jefe de la célula islamista del 11-M y suicida de Leganés, Allekema Lamari, le enviaba cada mes dinero a la cárcel de Villabona. El lugarteniente de Lamari recibió el último pago el 6 de marzo de 2004; en concreto un giro de 150 euros.
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