Con tanto rollo laicista me olvidaba decir que es mi derecho creer en la Santísima Trinidad, en la Santísima Virgen María, en la Santa Católica y Apostólica Iglesia, en la Tradición, el Dogma y la Doctrina. Y como es mi derecho, no me da la gana de ceder ni un milímetro ante las mentecateces de tanto imbécil laicista, ateo ignorante, o agnóstico pedo. ¿Algún problema? Así que todos ellos guárdense sus opiniones que aquí no los hemos convocado o llamado.