El ataque con agentes nerviosos en Reino Unido contra el espía Sergei Skripal y su hija ha provocado una respuesta europea tibia.
Los últimos días han sido malos para Theresa May. Los socios europeos no creen la versión británica, quieren pruebas mucho más sólidas sobre la autoría y han optado por una vía diplomática llena de matices. Dentro de la UE hay fracturas y no son pocas las voces que ante el tono de Londres han impuesto más mesura. Primero fue la OTAN, que tardó varios días en pronunciarse. Después de los ministros de Exteriores de la UE, que el lunes aprobaron un comunicado de conclusiones muy poco contundente. Y el golpe final ha sido de los jefes de Estado y de Gobierno, reflejando la falta de consenso y determinación.
Theresa May no logra que la UE tome medidas contra Vladimir Putin en el caso del espía | Internacional
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