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Tema: La Síndone y sus misterios científicos sin resolver

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    Re: La Síndone y sus misterios científicos sin resolver

    Debido a que, en su momento, los mass media levantaron mucha polémica con la prueba de la DATACIÓN del C14 de la Síndone vamos a extendernos en este punto para ilustrar y tratar de sacar algunas conclusiones sobre tal prueba.



    LA DATACIÓN DE LA SÍNDONE POR EL MÉTODO DEL CARBONO 14.

    Los estudios directos sobre la tela no avalan que la Síndone sea una representación artística —y además no se ha encontrado modo natural o artificial de obtener unas huellas como las que contiene— pero aún hemos de tratar otra cuestión previa: ¿sabemos realmente si el lienzo es de época medieval?

    En 1.988 se sometió la Sábana Santa a una datación por el método del carbono 14 (C14) y según el resultado obtenido, no se remontaría más allá del siglo XIII.

    Si esto fuera así la hipótesis que intentamos mantener sería indefendible. Debemos aclarar, por tanto, si aquella supuesta datación se considera fiable o si, como nosotros pensamos, pudo dar un resultado equivocado.

    La prueba de 1.988 proporcionó un dato científico indudable: que la muestra de la Síndone analizada contenía una cantidad de átomos de C14 equivalente a los de un lienzo de entre 1260-1390 d.C., pero es necesario distinguir entre ese dato y su interpretación, porque datar un objeto arqueológico no es solamente “hacer una prueba de carbono 14”, hay que tener en cuenta más factores y hacer una valoración global. Y es lo que se hace habitualmente.


    A.- LOS FUNDAMENTOS DEL MÉTODO Y SUS LIMITACIONES.
    En arqueología, la forma de datar objetos realizados por el hombre ha sido tradicionalmente por comparación. Así, un objeto de cerámica hallado en una excavación, que sea idéntico a otro de fecha conocida, se catalogará como de la misma época. Si lo que se pretende es determinar la antigüedad de unos restos humanos (huesos, por ejemplo) se atiende al estrato en el que se hallaron. Si en ese mismo estrato aparece un objeto manufacturado cuya fecha puede ser conocida, existirá una presunción favorable a creer que los restos tienen la misma antigüedad.

    Sin embargo, con este método comparativo, era imposible determinar la antigüedad de objetos anteriores al ser humano pues, por definición, no era posible encontrar ningún objeto manufacturado de esa época.

    Se entiende pues la gran utilidad y la revolución que supuso el descubrimiento del método del C14, que permite datar restos biológicos por sí mismos:
    El carbono 14 —que se forma en las capas altas de la atmósfera por efecto de los rayos cósmicos— es un isótopo radioactivo del Carbono y forma parte de su ciclo. Todos los seres vivos tenemos en nuestro organismo aproximadamente un átomo de C14 por cada 2.000 millones de átomos de C12. Como, desde el momento de su muerte, la cantidad de C14 de los restos de un ser vivo disminuye a una velocidad conocida, este método permite datar el objeto sin necesidad de referirse a ningún otro, simplemente midiendo cuanto C14 queda en la muestra.
    en teoría basta aplicar una fórmula matemática y podemos deducir cuánto tiempo hace que ese ser vivo murió.

    Sin embargo, no siempre se obtiene la fecha real de la muestra, pues una cosa es determinar cuanto C14 queda en la ella (el dato científico) y otra distinta es que ese dato nos permita conocer su antigüedad real (la fecha de calendario).

    La interpretación correcta del resultado dependerá, en gran medida, de las condiciones de la muestra analizada. Si ésta ha sufrido algún fenómeno que ha alterado la proporción de C14, —p.ej., se ha contaminado con materia orgánica ajena a ella— pueden obtenerse resultados alejados de la realidad.

    Para que la prueba del C14 permita conocer la fecha correcta se deben cumplir, al menos, cinco condiciones:
    1ª.- Que el C14 en la atmósfera sea constante. No en todos los lugares del mundo existe la misma cantidad de C14 en la atmósfera.
    2ª.- Que la muestra tenga una homogeneidad en la distribución del C14. Cuando hablamos de tejidos de lino, como la Síndone, hay que saber que la cantidad de C14 en las hojas no es la misma que en el tallo, por tanto, no hay una homogeneidad absoluta, dentro de la propia planta que se pretende datar.
    3ª.- Que la proporción de C14/C12 no haya sido alterada por contaminaciones externas. Es fundamental que ninguna contaminación haya alterado la cantidad de C14 que tenía la muestra. Si la tela de la muestra lleva añadida materia orgánica más reciente, y no se elimina adecuadamente, necesariamente, parecerá “más joven”.
    Y aunque la medición sea correcta el resultado no se ajustará a la edad real.
    4ª.- Que la vida media del C14 sea exacta. Hoy día está establecida en 5.730 años.
    El decaimiento del C14 no es tan regular como la medición teórica nos podría hacer pensar: diversas circunstancias históricas han alterado su regularidad.
    Para ajustar el decaimiento del C14, según las circunstancias de cada tiempo y lugar de la tierra, se ha comparado la curva de decaimiento del C14, con los datos obtenidos en los anillos de los árboles gigantes. Y
    5ª.- que las muestras sean significativas, es decir que representen adecuadamente al objeto.

    En definitiva: el método de datación del C14 es un gran descubrimiento, —aunque sólo aplicable a materiales que alguna una vez fueron parte de un organismo vivo— pues nos permite conocer la edad de muchos restos prehistóricos o históricos a los que no podríamos aplicar ningún otro método, pero, si no se dan estas cinco condiciones, la datación no será correcta.

    El problema se plantea cuando necesitamos datar objetos que, por las condiciones especiales de las muestras, no cumplen estos cinco requisitos y, por tanto, no pueden ser datados con este método, de manera fiable.


    B.- LA DATACIÓN DE LA SÍNDONE EN 1988.
    El viernes 13 de Octubre de 1988, el Custodio de la Reliquia, el Cardenal Ballestrero, titular de la Sede de Turín, comunicó —en rueda de prensa a la que asistieron centenares de medios de comunicación de todo el mundo— que se había realizado la prueba del Carbono 14 a la Sábana Santa y, que según esta prueba, “el intervalo de fecha calibrada asignada al tejido” estaría entre los años 1.260 y 1.390. d.C. Si la datación era correcta, el tejido de la Síndone es medieval. No del siglo I como se creía tradicionalmente.

    Hay fotos anteriores al corte para la toma de la muestra de la prueba del C14. Llama la atención lo sucia que estaba la tela en esa zona.
    En 1.973, el profesor Raes, cortó una porción de la Síndone para hacer un análisis textil en ese mismo lugar y, por contraste, aparece casi blanco un trocito de forro que quedó a la vista. Por cierto que ya entonces Raes halló el lienzo de lino contaminado con fibras de algodón.
    Además en el corte de la muestra se ve de nuevo la diferencia de color que tenía la tela cortada, con relación al forro. Se ha discutido que se tomara la muestra de la esquina superior izquierda, siguiendo un criterio meramente estético. Desde el punto de vista científico lo ideal hubiera sido tomar hilos de diversas zonas, —o del centro de la tela, no de la periferia— pero es que, además, se tomó de un sitio especialmente contaminado.

    La toma de las muestras se había realizado el 21 de abril, asistiendo los representantes de tres laboratorios: Oxford (Reino Unido),
    Zurich (Suiza) y
    Tucson (Arizona, EE.UU.)

    Que se habían ofrecido a hacer la datación.

    También se había establecido un protocolo muy estricto para ello, pero lamentablemente no se respetó.

    Estaba previsto que se hiciera una prueba científica “doble ciega”, —es decir, sin que los laboratorios supieran cuál era la muestra de la Sábana Santa y sin que pudieran reconocer el tejido hasta después de los análisis—, pero no fue así.
    En la toma de muestras, estuvieron presentes los representantes de los laboratorios y —como no se trituró el tejido— pudieron reconocer la tela de la Síndone que, a diferencia de las otras muestras, era una sarga y no un tafetán. Esto no tiene por qué influir en el resultado, pero en honor a la verdad hay que decirlo.

    Durante siglos la Sábana se sujetaba con las manos por esa esquina cuando se mostraba a los fieles, así que era apreciable a simple vista la cantidad de suciedad que se había ido acumulando, precisamente ahí, a lo largo del tiempo.
    Los protocolos que se aplican habitualmente a la toma de muestras para realizar la prueba del C14 son muy estrictos al respecto, por lo que es totalmente insólito que se tomara la muestra de uno de los sitios más contaminados de todo el lienzo.

    Arizona recibió un trocito adicional, porque el peso de la primera porción era muy inferior al de las que recibieron Oxford y Zurich.

    Para tomar la muestra se empezó haciendo un corte paralelo a lo que es el cosido entre el forro y la sábana, y se eliminó la zona de la costura. Después, la muestra se dividió en dos partes: Una se reservó y la otra se volvió a dividir para entregar porciones a los tres laboratorios que realizarían las pruebas.

    Los tres analizaron las correspondientes muestras de la Síndone y de otras tres telas que se añadieron como muestras de control. Se había establecido que ninguno de los laboratorios se pondría en contacto con los demás, y que darían al cardenal sus resultados de forma separada.
    Sin embargo remitieron al arzobispo únicamente un telegrama y trataron los datos como si fuere un análisis conjunto, por lo que el arzobispo presentó el resultado como si
    fuera definitivo y sin ninguna valoración científica de contraste.

    Acompañado por su asesor científico, Luigi Gonella, de la Universidad de Turín, el Arzobispo de Turín leyó un comunicado de la Diócesis en el que se decía:
    el intervalo de fecha calibrada, asignada al tejido del Sudario —aquí se utiliza la expresión incorrecta de Sudario para referirse a la Sábana—, con un nivel de confianza (estadístico) del 95 %, está entre el año 1.260 y 1.390”.

    Se aceptaba implícitamente que la datación con C14 de la Sábana era correcta y parecía aceptarse sin reservas que era una tela medieval. Sin embargo pasó desapercibida (o no se quiso darle tanto bombo) otra parte del texto:
    “los problemas del origen de la imagen y de su conservación siguen siendo, todavía en gran parte, inexplicados”.

    Sin embargo, yendo más allá de lo que había dicho el cardenal, lo que publicaron los medios es que la Diócesis aceptaba que la Síndone era una pintura medieval, —por tanto un fraude—, algo que no se puede deducir del análisis del C14:
    Puesto que la edad del lino con el que está hecho el tejido de la Sábana es independiente de la naturaleza de la imagen grabada en ella.
    No es una frase muy acertada porque mezcla dos temas completamente distintos:
    - Uno, la conservación de la tela, que hoy día, tras el incendio del año 97 y la nueva sistematización del lienzo está resuelto, y otro,
    - el origen de la imagen, que sigue sin estar resuelto.

    • Esta mala interpretación podría haberse corregido en la rueda de prensa que se produjo el día siguiente en el Museo Británico de Londres, pero no fue así.
    Por el contrario, el tono de las respuestas de los ponentes —publicadas por la BSTS en su Newsletter nº 20, de Octubre de 1.988— fue triunfal, casi dogmático, y muy poco adecuadas a un laboratorio científico por estar muy lejos de la neutralidad objetiva y aséptica que correspondería.
    Así, por ejemplo, el Dr. Michael Tite, coordinador de la prueba del C14 y Director del laboratorio de investigación del Museo Británico dijo:
    No me interesaré más por la Síndone, porque ahora hay unas probabilidades astronómicas en contra de una datación de la época de Cristo”.
    Y el Dr. Eduard Hall, entonces Director del Laboratorio de Oxford, yendo mucho más lejos pontificó:
    "Ninguna persona de cierta valía científica podría querer otra cosa que la falsedad de la Síndone. Quien piense de otro modo podría unirse a los que creen que la tierra es plana”.

    • Fue necesario esperar a la publicación oficial para tener todos los datos y poder analizar adecuadamente el trabajo realizado. Tal publicación se hizo en la revista Nature cuatro meses después, cuando el tema parecía ya zanjado ante la opinión pública.
    Portada de la prestigiosa revista Nature, vol. 337, 16 de febrero de 1989 y la primera página del artículo sobre la datación del Lienzo de Turín.
    La precipitación en dar los resultados se debió a causas exclusivamente “políticas”: la “imparcial” prensa anglosajona había filtrado, en septiembre, que los laboratorios habían hecho la datación, le habían comunicado el resultado a la Diócesis de Turín y que el Arzobispado no se atrevía a hacerlo público.



    C.- CRÍTICA A LA DATACIÓN : UNA DATACIÓN DISCUTIDA Y DISCUTIBLE.

    a) La estadística demuestra que la datación por C14 no es un método infalible.
    Los laboratorios hicieron la prueba con un método puesto a punto desde hacía relativamente poco tiempo, y que —en aquel momento— se consideraba perfecto.
    Esto explica, en parte, el tono de algunas intervenciones y que los laboratorios alardearan de que su método tenía tal rigor que podía desenmascarar “fraudes” como el de la Sábana Santa.
    No nos extraña que los medios dieran como infalible la datación, pero hoy en día, con la perspectiva de los años, podemos y debemos analizar el resultado, reconsiderándolo desde el principio.

    Se han hecho múltiples estadísticas sobre el porcentaje de aciertos y fallos en las radiodataciones pero, como entre ellas hay muy pocas diferencias, tomaré como ejemplo la utilizada por el profesor norteamericano, de la Universidad de Hong Kong, William Meacham, dado que su autoridad profesional en la materia es indiscutible.
    Destaca Meacham que la mayoría de las dataciones son correctas, en concreto el 67,8 %, según él.
    Este alto porcentaje demuestra que el C14 es un buen método, porque el 70 % de aciertos es mucho. Pero también hay que decir que hay un 9,6 % de dataciones dudosas y hay un 22,6 % de dataciones inaceptables.
    (Véanse en www.shroud.com: MEACHAM, William 1983, MEACHAM, William, 1986 y MEACHAM,William, 2.010).

    Se entiende por “dataciones dudosas” aquellas que establecen la antigüedad del objeto en una fecha que no es imposible pero que es diferente a la esperada — por coherencia con los datos que se tenían sobre él—, y “dataciones inaceptables” las que son imposibles por absurdas.

    William Meacham no sólo ha estudiado ampliamente la datación por carbono de la Sábana de Turín. Ha dirigido más de una treintena de excavaciones arqueológicas en Hong Kong y Macao. Ha publicado 7 libros y numerosos trabajos sobre diversos aspectos de la arqueología del sur de China en revistas internacionales arbitradas, incluyendo Antiquity, Asian Perspectives, Archaeology, World Archaeology, Current Anthropology, y Journal of Chinese Linguistics.. También ha escrito sobre temas relacionados con la Sábana Santa de Turín en Current Anthropology, Biblical Archaeologist, y Michigan Quarterly Review.
    También ha ocupado diversos cargos en el Hong Kong Museum of History y The Christian Study Centre on Chinese Religion and Culture.
    Ha sido investigador honorario en el Centre of Asian Studies de la Universidad de Hong Kong y fue editor de la Hong Kong Archaeological Society (1.973-1.985) y posteriormente presidente de la sociedad (1.985-1.996).
    Con relación a la datación de la Síndone fue uno de los componentes de la comisión que, en 1.986, preparó la realización de la prueba por designación de la Academia Pontificia de las Ciencias.

    El profesor William Meacham, tras décadas dedicado a hacer dataciones con carbono 14, recoge esta estadística de resultados.
    Si, como afirma Meacham un 22,6 %, de las dataciones están claramente equivocadas y, dentro de las dudosas, habrá algunas que también estén equivocadas, la estadística nos dice que —aproximadamente— una de cada cuatro dataciones con C14 es errónea.

    William Meacham escribió en 1.998 (“Debate from the Shroud Newsgroup: alt.turin-shroud” - Roger Sparks and William Meacham. 16-02-1998. The Shroud of Turin Website - Home Page. Mensaje: <6ca999$7jt$1@nnrp2.dejanews.c om>. (3-V-2015))
    Como arqueólogo con 25 años de experiencia en el uso de C14 para la datación de muestras de excavaciones, sé lo que la mayoría de los arqueólogos hacen cuando el C14 produce una fecha que entra en fuerte conflicto con otra evidencia:
    1) Realizar más dataciones sobre diferentes muestras del mismo contexto, y
    2) poner las fechas aberrantes abajo, como fruto de un problema no identificado —por lo general si llega a mencionarse se hace en una nota al pie del informe—.

    Esto sucede a menudo en la arqueología, incluso en los sitios y las muestras que se pensaba que eran ideales para C14. Muy rara vez el problema de estas fechas aberrantes individuales es resuelto o siquiera abordado.

    Pero en los últimos años con el C14 han salido a la luz toda una serie de dificultades, por ejemplo, muestras modernas que dan edades de cientos o miles de años, o muestras de siglos de antigüedad que dan fechas futuras. (En MARINELLI, Emanuela, 1991, p. 149-152, se habla de muchos casos de dataciones radiocarbónicas famosas por ser absurdas.
    Por ejemplo la de un cuerno vikingo que se dató por Tucson en 1.988 (The Sunday Times, 7 Agosto de 1988) como correspondiente al año 2.006 d.C.;
    una momia egipcia —datada en Oxford— que resultó 1.000 años anterior a las vendas usadas en su momificación (BSTS no 21, Enero-Febrero 1988, p.4)
    o la de unos árboles vivos de Roma, que se consideraron de 4.000 años de antigüedad, etc, etc.).


    Las causas de estos fenómenos son conocidas, pero en muchos otros casos las fechas anómalas no se han explicado satisfactoriamente.
    Hay que tener precaución, sin duda, cuando el C14 resulta en conflicto con las líneas de interpretación indicadas por otras pruebas
    ”.

    La interpretación de estos datos erróneos —por lo demás perfectamente científicos— no puede suponer aceptar que una momia pueda ser mil años más antigua que sus vendas (No se trataba de una momia “reciclada”, sino que la contaminación que tenían las vendas exteriores era mucho mayor la del material interior.

    Lógicamente a más contaminación, si las muestras no se limpian bien, nos encontraremos con una mayor cantidad de C14 y, por tanto, que el análisis con C14 atribuya una fecha más reciente), o, en el caso de unos árboles vivos, que tengan que considerarse prehistóricos (La explicación de ese resultado no es muy difícil: la atmósfera de esa zona de la carretera estaba muy contaminada por el CO2 de los combustibles derivados del petróleo, que es una materia orgánica antiquísima y casi no contenían C14).

    Por supuesto, que se den este tipo de resultados tampoco nos puede llevar a la descalificación del método pues, en todo caso, la fiabilidad del resultado no depende tanto de la aplicación del método mismo como de las condiciones de las muestras y algunas de ellas, sencillamente, no son aptas para una datación con C14.


    b) Los resultados de la datación de la Síndone.
    Los detalles de la datación se publicaron en la mencionada revista Nature del 16 febrero de 1.989, pero lo cierto es que no son muchos.

    Como muy bien dice Emanuela Marinelli en su libro (Emanuela Marinelli es Licenciada en Ciencias Naturales y en Ciencias Geológicas por la Universidad La Sapienza de Roma y tiene la capacitación para la enseñanza de Matemáticas, Ciencias Naturales, Química y Geografía. En los años 70 fue contratada en el instituto de Mineralogía de la Universidad de Roma. Ha escrito 16 libros sobre la Sábana de Turín).

    "El escándalo de una medida”: (MARINELLI, Emanuela, 1991, p. 131)
    “La publicación de un artículo de sólo cuatro páginas en Nature no satisface las expectativas de los que esperaban un informe de mayor amplitud de detalle o, todavía más, conocer los informes de cada uno de los laboratorios con los datos primarios obtenidos en las mediciones, e incluso, de fotografías de las muestras”.

    Los resultados, aunque ya amalgamados, se pueden ver en la tabla adjunta:
    Cifras reales de las mediciones, de acuerdo con los datos proporcionados por el propio informe.
    Las diferencias que se producen en el % del nivel de significación resultan especialmente relevantes en el caso de la Síndone.
    Las muestras analizadas por los laboratorios de Arizona, Oxford y Zurich estaban numeradas y los resultados aparecen con su número de referencia:
    El número 1 corresponde a la Sábana Santa,
    el 2 a una tela de Nubia (S. XI-XII d.C.),
    el 3 a un lienzo egipcio de la época de Cleopatra (S. I d.C.) y
    el 4 a una capa pluvial de S. Luis de Anjou (S. XIII).
    Vista con detalle la tabla, lo que más rápidamente salta a la vista son las diferencias notables entre el nivel de significación de los datos de la muestra 1 con relación al de las demás.

    El nivel de significación —citado como Significance level, en la última línea de datos — es un cálculo matemático para ver el grado de dispersión de los resultados obtenidos por los diferentes laboratorios. Uno de los parámetros que utilizan los científicos para ver si el resultado es coherente.
    Una dispersión muy grande supone que el nivel de significación será muy bajo.
    - en el caso de la muestra de la Síndone aparece un nivel de significación excesivamente bajo, del 5 %,
    - en la muestra 2 es altísimo, un 90 %.
    - en la muestra tres se dice que es del 50 % y
    - en el caso de la capa de S. Luis de Anjou se habla de un 30 %.

    De estos datos llaman la atención tres aspectos:

    1º.- Son todos números llamativamente “redondos”
    Lo que es muy poco frecuente en una medida científica. Eso se debe a que, como se dice en la publicación, se ha hecho un redondeo. Sin embargo, ese “redondeo” puede ser especialmente relevante —y poco justificable— en la medición realizada a la Síndone.
    Hay que subrayar que el redondeo no afecta igual al resultado, depende de cuál sea la cifra redondeada: Si un dato que sea 99 lo aproximamos a 100 cometemos un error de un 1%: Pero si un dato de 4 lo aproximamos a 5 cometemos un error de un 25% del valor real.
    En efecto,
    · mientras que en la muestra dos, han redondeado con un 3% hacia abajo, — publicaron un 90 % de significación, cuando el dato real era de un 93 %—, y
    · en el caso de la muestra tres, la de Cleopatra, también han redondeado un 4% hacia abajo —pusieron el 50 % en vez de un 52%—
    · en el caso de la Síndone han redondeado casi un 25 % hacia arriba, puesto que el dato real es 4,1 y lo han subido a cinco (evitando así su rechazo e invalidación de la prueba)

    2.- El “redondeo” ha hecho “aceptable” un dato que, de acuerdo con las normas de metrología, ha de considerarse dudoso.
    Para que una medida sea aceptable ha de tener un nivel de significación, como mínimo, del 5%. En cualquier datación, un nivel de significación por debajo de esa cifra se interpreta como una datación no fiable y, posiblemente, errónea.
    Al incrementar, artificiosamente Y por el REDONDEO, el nivel de significación de la Síndone hasta el 5%, entró dentro de las cifras aceptables pero, como no se podía ocultar que era un nivel anormalmente bajo, el informe de Nature tenía que hacer referencia a ello.
    Dice Nature: "La concordancia entre los resultados de los tres laboratorios para las muestras 2, 3 y 4 es excepcionalmente buena. La extensión de las medidas para la muestra 1 (es decir, la Síndone) es algo mayor que el que podría haberse esperado de los errores normales".
    Pero, observa Marinelli: (MARINELLI, Emanuela, 1991, p. 131-132) “La diferencia entre los resultados obtenidos en los tres laboratorios en la muestra de la Síndone atestigua una deshomogeneidad inesperada en presencia del C14 y, por tanto, anómala”.

    Y recuerda Van Haelst (VAN HAELST, Remi, 1989. p. 20. En: <http://www.shroud.com/vanhels5.pdf> (5-VIII-2015)) por su parte, que:
    en el análisis previo de 1.983, llevado acabo por seis laboratorios candidatos a la datación de la Síndone, la muestra peruana, eliminada porque daba una fecha más reciente de la esperada, había demostrado un comportamiento tan problemático que fue descrito así: ‘La variación entre las muestras es más grande de lo que se preveía en base a los errores de medición esperados’.
    Como en nuestro caso, la muestra no tenía una distribución uniforme del radiocarbono en su interior.

    Es interesante la coincidencia que han dado el tejido peruano y el de la Síndone: En ambos casos, el resultado es una fecha más reciente que la esperada
    ”. (Esta cita es de Radiocarbon, vol. 28, no 2A, 1986, p. 575).

    Estos son los datos de las dataciones de prueba que se hicieron en 1.983 mencionados por Van Haelst.
    Se desechó el resultado de la muestra número 2, por dar un nivel de significación del 2%.

    3.- El intervalo de edad atribuido a la tela es extraordinariamente amplio y arbitrario (130 años).
    Como puede verse en las tablas publicadas en Nature, a las dataciones realizadas a la Síndone se les da, en todos los casos, un margen de error de ±30 años aproximadamente. Sin embargo, mientras que en las demás muestras, la verdadera edad del tejido entra dentro del intervalo de fechas propuesto, en el caso de la Síndone se proponen dos intervalos: 1.262-1.312 d.C. y 1.353-1.384 d.C. y además son intervalos que no son compatibles.

    La “solución” que adoptaron los laboratorios al amalgamar y coordinar los resultados fue completamente arbitraria: Crearon un intervalo de fechas muy superior al normal,130 años. De ahí que dieran como resultado 1.260-1.390 d.C.
    Sin embargo, aceptar un margen de error de 130 años en una tela que supuestamente tiene 600 años de antigüedad es algo verdaderamente sorprendente. Supone una absoluta falta de precisión en la medición.
    Pero es que, además, esa doble posibilidad está revelando que existe una heterogeneidad muy anómala.


    Destaca Marinelli que la heterogeneidad del resultado de Tucson y Zurich con relación al de Oxford, donde la muestra de tela dio una diferencia de 100 años menos, es muy poco explicable. Pero de momento, tiene una consecuencia clara:
    La prueba estadística de Pearson (La chi cuadrado X2 ) demuestra que tal heterogeneidad en las tres muestras es una señal de alarma acerca de su no representatividad respecto al objeto examinado. Existen 957 probabilidades sobre 1.000 de que la fecha del radiocarbono obtenida por las tres muestras no sea la de todo el lienzo” (Marinelli, Emanuela, 1991, p. 23).

    Por otra parte, si comparamos los datos de los tres laboratorios entre sí encontramos un hecho realmente extraño:
    A mayor lejanía de la muestra respecto al centro de la tela, la datación asignada es de menor antigüedad.
    Las fechas asignadas a los diferentes fragmentos datados por Oxford, Arizona y Zurich, colocados en relación a la distancia al centro de la Sábana, siguen un incremento progresivo que, en poco más de tres centímetros, varía la edad en casi doscientos años. Colocados en una gráfica, obtenemos prácticamente una línea recta y eso también es un indicio de que algo está alterando el resultado porque, evidentemente la tela debería ser igual de antigua en todas partes.

    El problema es que si no conocemos qué es lo que está alterando el resultado tampoco podemos saber en qué medida le afecta y no podremos concluir, como han pretendido algunos, que ese factor desconocido produce una alteración de pocos años. ¿Cómo podríamos saber eso?

    c) Explicaciones y valoración de los resultados de la datación.
    En estos años se han ido esgrimiendo una serie de argumentos —algunos sin mucho fundamento, pero otros con él— que proporcionan motivos suficientes para dudar de que la datación radicarbónica haya sido correcta.

    A raíz de la prueba del C14 a la Síndone de Turín ha habido posicionamientos de todas clases en relación a su “antigüedad” pero, creo que se pueden reducir a tres:

    1ª Postura: El C14 ha dejado claro que es una tela medieval.
    El C14 aporta un dato científico que no se puede obviar: la muestra de la Sábana tiene una cantidad de C14 equivalente a un lienzo de entre 1.260 d.C. a 1.390 d.C., o sea que sería una tela medieval.
    Es válido sacar esta conclusión, pero no es lo que se hace habitualmente. Como señala Meacham:
    Ningún arqueólogo competente confiaría en una sola fecha, o en una serie de fechas sobre un sólo punto, para definir una realidad histórica importante, para determinar un yacimiento o una cronología cultural. Ningún científico del radiocarbono podría afirmar con certeza haber eliminado toda contaminación, o no tener dudas sobre que una serie de fechas dadas por una muestra sea realmente su edad efectiva.
    El público y muchos científicos no especialistas parecen, en efecto, compartir el concepto erróneo según el cual las fechas del C14 son indiscutibles
    .”

    Algunos autores equivocadamente hablan de “autenticidad”, entendiendo por “autenticidad” que dicho objeto se pueda atribuir a Jesús de Nazaret. Eso es ir más allá de los límites de la interpretación del C14.
    Como ya hemos dicho, el hecho de que fuera una mortaja del siglo XIV no significaría automáticamente que fuera un fraude —un fraude implica una intención deliberada de engañar y, (como dijo el propio Dr. Tite), el carbono 14 no proporciona ninguna evidencia en ese sentidocomo tampoco podemos decir que si se probara que es del siglo I eso significaría necesariamente que fuera la de Jesús. (MEACHAM, William, 1986, p. 43).

    2ª Postura: El C14 ha fallado en este caso.
    Los seguidores de esta segunda postura son los autores de las diversas hipótesis que acabamos de mencionar.
    Estas hipótesis hacen referencia a la existencia en las muestras de diferentes tipos de contaminación (orgánica o material), y es cierto que la contaminación puede alterar la cantidad de C14 en un lienzo, falseando el resultado.
    Estos autores nos dan pistas válidas sobre factores que han sido causa de otras dataciones erróneas, pero —aunque casi todos aseguran que, aplicados los correctivos oportunos, la fecha real de la tela sería el siglo I d.C.— ninguno de estos autores ha probado con total certeza que ocurre lo que afirman.
    No es fácil tampoco concretar en qué medida esos factores han alterado la datación.

    3ª Postura: El C14 no ha demostrado que el lienzo sea de la Edad Media.
    Esta es la postura que científicamente es más razonable.

    Básicamente consiste en decir que no se puede dar por zanjado el tema de la datación sin conocer los datos que nos proporcionan otras disciplinas —entre ellas la Historia del Arte— y que una valoración de un objeto así no se puede hacer sin un análisis global de todos los datos, pues existe una duda razonable de que la datación haya determinado la fecha del tejido. Incluso los laboratorios que hicieron la datación con carbono 14 en 1.988 aceptan discutir que el Lienzo de Turín sea realmente medieval.

    Un ejemplo paradigmático de este cambio de opinión se pudo ver el sábado Santo del año 2.008, en un documental BBC-2. El director del laboratorio de la universidad de Oxford afirmó que estaba dispuesto a partir de cero y replantearse completamente la datación del lienzo.


    CONCLUSIONES SOBRE LA DATACIÓN:
    Teniendo en cuenta todo lo dicho relativo a la datación radiocarbónica de la Síndone, me gustaría enumerar esquemáticamente algunas ideas que nos pueden ayudar a hacer una valoración del resultado.

    1ª.- El método del C14 es científico pero no es infalible.
    Desde el punto de vista estadístico, como dijimos al principio y nos recordaba Meacham, valorar estos resultados será tanto como dilucidar si la datación de la Síndone se debe encuadrar entre las dataciones fiables, dudosas o inaceptables.

    2ª.- La posibilidad de que no se haya realizado una correcta datación de la Sábana,
    Y que el método del C14 no haya dado su edad real no es algo descabellado.
    Los propios laboratorios en su informe, al hablar del nivel de significación, hacen entrever que el resultado publicado no es seguro, lo que implica que se da algún factor desconocido que origina una dispersión estadística inaceptable.

    El propio inventor del sistema, el profesor Libby, había advertido que no había seguridad de una datación correcta sobre un objeto que ha sido tan manipulado a lo largo de su historia.
    Muchos aceptaron el resultado de la prueba del C14 en 1.988, pero hoy en día no pocos científicos, incluso entre los que inicialmente no dudaban de esa datación, la ponen en duda al conocer más detalles.

    3ª.- No es lo mismo datar un objeto arqueológico que una reliquia.
    No es lo mismo datar un objeto que ha estado preservado durante siglos de todo contacto con factores contaminantes que un objeto que ha estado durante siglos sometido a todo tipo de estos factores. En las reliquias se dan todas las condiciones que se desaconsejan para hacer una datación con C14.

    4ª.- El método de datación por C14 no consiste en una cronometría hacia atrás, sino una carbonometría.
    Es decir una medida de proporción entre el carbono 12 estable y muy común y el carbono 14, isótopo radioactivo del precedente.
    Esta proporción puede ser alterada por factores diversos, por lo que no parece razonable fijarse en uno sólo. La presencia de fibras extrañas al lienzo original, el recubrimiento bioplástico, las alteraciones por contaminación de la tela, el impacto del incendio, numerosas exposiciones, retoques, arreglos, roce con copias, etc. pueden ser motivos suficientes para dudar de la exactitud del resultado y pueden haberse sumado.

    5ª.- No podemos determinar el grado de error producido en la datación.
    A día de hoy, nadie ha probado en qué medida es errónea la datación. Podemos asegurar que la datación no fue exacta, pero no sabemos en qué medida.

    6ª.- La coherencia del método científico exige tener en cuenta lo aportado por otras ciencias.
    Hay motivos para descartar que se trate de una obra medieval, precisamente porque TODOS los demás datos aportados por otras disciplinas están en franca contradicción con esa hipótesis.

    7ª.- No se puede asegurar que se haya datado con exactitud la Síndone.
    No es un tema científicamente cerrado.
    Es absolutamente necesario seguir estudiando. Y habría que empezar por hacer un estudio para saber si se trata de un lienzo datable por el método del C14. Nadie ha comprobado si es totalmente eliminable la contaminación de la tela, por ejemplo.

    En definitiva, me uno a las palabras del Dr. William Meacham, para decir con él que estamos —al menos— ante una datación DUDOSA.
    Cualquier persona que todavía crea que la datación con C14 ha demostrado que la Sábana Santa es medieval debe ser desengañado rápidamente de esa idea. La palabra operativa es PROBADO. Nada se ha probado, y hasta que se tomen más muestras y se analicen con las mejores herramientas científicas que tenemos, nada se puede decir de manera concluyente sobre la edad de la Sábana”.
    SPARKS, Roger vs. MEACHAM, William “Debate from the Shroud Newsgroup: alt.turin-shroud”.
    Mensaje: <6ca999$7jt$1@nnrp2.dejanews.c om> 16-02-1998.
    Puede leerse en: <https://www.shroud.com/c14debat.htm> (6-VI-2014)

    Como dijo el cardenal Biffi, —hombre de gran prestigio intelectual— en el congreso de Bolonia de 1.989:
    Para que un problema histórico-científico pueda quedar correctamente resuelto, se necesita que la solución emerja de la plena convergencia de los indicios; y, en el caso de que cualquier indicio resulte divergente, es necesario que se llegue a dar razón del aparente contrasentido. Hasta que no se llegue a esa visión simultánea y pacificada de todos los elementos en juego LA DATACIÓN POR EL MÉTODO DEL CARBONO 14.

  2. #2
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    Re: La Síndone y sus misterios científicos sin resolver

    Aunque ha habido múltiples especialistas que examinaron la tela a título individual y varios equipos multidisciplinares de científicos, el más conocido quizás sea el STURP.



    A.-
    EL STURP: UN COMPLETO ESTUDIO CIENTÍFICO MULTIDISCIPLINAR.


    El estudio más completo realizado hasta la fecha sobre la Síndone de Turín fue el llevado a cabo entre los días 8 y 13 de octubre de 1978 (durante 120 horas ininterrumpidamente) por un grupo de 31 científicos americanos especialistas en diversas disciplinas (físicos, químicos, hematólogos, forenses, fotógrafos,...) los cuales trabajaron conjuntamente bajo las siglas S.T.U.R.P. (Shroud of Turin Research Project).

    El objetivo principal de tan ambicioso proyecto era responder a dos cuestiones fundamentales: descubrir si las manchas de “sangre” presentes en la Síndone correspondían realmente a sangre (y más concretamente, a sangre humana), así como conocer el mecanismo de formación de la imagen.


    El STURP : Los 33 científicos participantes:
    John P. Jackson, de U.S. Air Force Academy.
    Eric J. Jumper, de U.S. Air Force Academy.
    Steven Baumgart, de U.S. Air Force Weapons Laboratories.
    John D. German, de U.S. Air Force Weapons Laboratories.

    Ray Rogers, de Los Alamos National Scientific Laboratories
    Robert Dinegar,de Los Alamos National Scientific Laboratories
    Donald Janney, de Los Alamos National Scientific Laboratories
    Joan Janney, de Los Alamos National Scientific Laboratories
    J. Ronald London, de Los Alamos National Scientific Laboratories
    Roger A. Morris, de Los Alamos National Scientific Laboratories

    Joseph S. Accetta, de Lockheed Corporation

    Barrie M. Schwortz, de Barrie Schwortz Studios

    Vernon D. Miller, de Brooks Institute of Photography
    Ernest H. Brooks II, de Brooks Institute of Photography
    Mark Evans, de Brooks Institute of Photography

    Robert W. Mottern, de Sandia Laboratories

    Donald Devan, de Oceanographic Services Inc.

    Rudolph J. Dichtl, de University of Colorado.

    Roger Gilbert, de Oriel Corporation.
    Marty Gilbert, de Oriel Corporation.

    Thomas Haverty, Rockyan, de Mountain Thermograph.

    Jean Lorre, de Jet Propulsion Laboratory.
    Donald J. Lynn, de Jet Propulsion Laboratory.

    Samuel Pellicori, de Santa Barbara Research Center.

    Thomas F. D'Muhala, de Nuclear Technology Corporation.

    Kenneth E. Stevenson, de IBM.

    Diane Soran, de Los Alamos National Scientific Laboratorios.
    Larry Schwalbe, de Los Alamos National Scientific Laboratorios.

    Al Adler, de Western Connecticut State University.

    Jim Drusik, de Los Angeles County Museum.

    Joseph Gambescia, de St. Agnes Medical Center.

    John Heller, de New England Institute, y

    Robert Bucklin, Harris, de County, Texas, Medical Examiner's Office.

    De esta lista de científicos, los 26 primeros se desplazaron a Turín para examinar la Sábana directamente, mientras que los últimos 7 estudiaron en Estados Unidos algunas de las muestras que se habían extraído durante los 5 días en Turín.

    John Jackson fue el encargado de la coordinación del S.T.U.R.P.

    Mientras transcurrían los procesos burocráticos que permitieran hacer llegar el material científico a Turín, los expertos eran informados de que dispondrían de 120 horas (5 días con sus noches).
    Los materiales llegaron en camión al patio del Palacio Real de los Saboya unos días antes de la fecha prevista para los estudios. Se les cedieron 7 salas del Palacio para aquel proyecto .

    Además, algún que otro aparato tuvo que ser reajustado por los técnicos tras hallar desajustes al desempaquetarlos, comprobándose su correcto funcionamiento antes de su uso.

    La noche del día 8 de octubre de 1.978, nada más finalizada la ostensión que se estaba llevando a cabo con motivo de la celebración del cuarto centenario de su llegada a Turín (en 1.578), y al grito de “aquí viene”, varios científicos transportaron la Síndone cubierta por una tela de seda roja, sobre una tabla, desde la Catedral al Palacio Real (ambos edificios son colindantes).

    Ya en la sala de experimentación, se pasó la Sábana a una mesa en donde una monja Clarisa retiró la seda roja que la protegía.

    Posteriormente, para facilitar su estudio, la sábana fue colocada sobre una mesa giratoria especialmente traída de Estados Unidos, que facilitaba su posicionamiento en horizontal o en vertical según lo requiriese el estudio que se fuera a llevar a cabo.

    La Síndone se fijó a la mesa giratoria mediante un sistema de imanes laterales. La mesa, en su parte más externa presentaba un sistema de coordenadas basadas en letras y números que confeccionaban un buen sistema de referencia para establecer la localización exacta de cada muestra estudiada in situ o extraída para su posterior estudio.

    Además, para este fin, también se dispuso de una cuadrícula para concretar aún más la localización del muestreo.



    B.- PRINCIPALES ESTUDIOS REALIZADOS POR EL S.T.U.R.P. Y SUS RESULTADOS.

    1.- OBSERVACIONES DIRECTAS Y ESTUDIOS MICROSCÓPICOS:
    El lienzo es de lino, color amarillento y tejido en espiga (trama:urdimbre 3:1)
    Dimensiones: 4,3m de largo x 1,1 m de ancho.
    La imagen presenta una altLa imagen no se observa a menos de 1 m por la baja diferencia de contraste entre la imagen y el lienzo y se ve claramente a 4-5 m (lo que se explica por el fenómeno de inhibición neural lateral, es decir, el ojo tiende a ver bordes pero estos no existen en la imagen sindónica).a resolución: 0.5-0.6 cm.
    Torsión en Z de las hebras (algo poco usual). Los lienzos egipcios tenían una torsión en S.
    El espesor del lienzo (sin contar la tela de Holanda que en 1.978 se hallaba cosida a su reverso para reforzar un lienzo tan flexible como la Síndone) es de 342,22 μm.
    Peso medio 25-30 mg/cm 2 ( Peso total: 1,18-1,42 kg).
    Visualmente la “sangre” y la imagen tienen distinto color y textura (la sangre tiene un color rojo carmesí y las fibras que forman la imagen son ligeramente más amarillentas que el resto de la Sábana).
    La sangre parece un líquido rojizo viscoso y que fluye entre las fibras.
    La sangre cementa las fibras manteniéndolas unidas, lo que no ocurre con las fibras con imagen.

    Evans y Miller fotografiaron diversas zonas de la Síndone mediante el empleo de lupas dispuestas verticalmente para tal efecto

    Rogers y Dinegar tomaron 32 muestras mediante fragmentos de cinta adhesiva de 5 cm²aplicadas con un sistema especial sobre:
    áreas de imagen
    áreas de sangre
    áreas de quemaduras
    áreas de manchas de agua
    áreas sin nada de lo anterior (áreas de control o background)

    Los adhesivos se pegaron sobre portaobjetos, y las muestras se estudiaron:
    - directamente bajo el microscopio, o
    - tras dilución del adhesivo con tolueno.

    Heller y Alder al estudiar en USA estas fibras al microscopio convencional observaron:
    • Material ocasional: Polen, partes de insectos, cera, algodón, fibras sintéticas modernas,etc.
    • Material frecuente: Fibras de lino, fragmentos de fibras de lino, partículas rojas y algunas partículas negras.

    Bajo el MICROSCOPIO ÓPTICO se observa que:
    Cada hebra del lino (constituyente de la trama o de la urdimbre del tejido) está formada por unas 100-200 fibras. Las fibras de lino, que bajo el microscopio tiene forma de “caña de bambú”, tienen unos 10-15 μm de diámetro.
    Las fibras del lino, vegetal del genero Linun usitatissimum, están formadas por células cementadas por lignina (un polisacárido de la pared celular de las células vegetales). Esta cementación de lignina, en los linos más antiguos, como en el caso de la Síndone, se ha perdido).
    No se observan pigmentos en las fibras de imagen a 50x.
    No se observan cementos ni restos de líquidos entre las fibras.
    La coloración de las fibras es superficial, alcanzando como máximo 2-3 fibrillas de profundidad (con el adhesivo se retira la imagen).
    La imagen corresponde a un amarrilleamiento de la zona más superficial de cada fibra. La médula de la fibra no se ve afectada.
    Ni el color ni la densidad de la imagen se vieron afectados por el calor o productos de pirólisis que se produjeron durante el incendio de 1532 en Chambery (Esto se deduce porque las zonas de la imagen que interseccionan con las quemaduras tienen aparentemente igual tono y densidad que la imagen de las zonas más alejadas de ellas).
    En la imagen no se observa trazada de pincel.
    La imagen, visualmente, tiene igual color en todos los puntos.
    No aparece imagen bajo las manchas de sangre (al eliminar con enzimas proteolíticas las manchas de sangre que impregnan las fibras, no se observa imagen).
    El color de la “sangre” (unida a las fibras o extraída de ellas en forma de costras) varía (amarillo, naranja ó rojo) dependiendo de la fuente de luz del microscopio y de la microscopía empleada (transmisión o reflexión).
    Entre las fibras de lino se hallan trazas de algodón Gossypium herbaceum típico del Medio Oriente. El hallazgo de fibras de algodón ya fue descrito por Raes, un experto textil belga, en las muestras extraídas en 1.973 Tomadas de la misma zona de la que se tomaron las muestras para el análisis de C14 de 1.988).

    Al MICROSCOPIO ELECTRÓNICO DE BARRIDO,
    las fibras de lino tienen una gran cantidad de materiales adheridos.


    2.- FOTOGRAFÍA CON ILUMINACIÓN TRANSVERSAL.
    Cuando se fotografía la Síndone tras haberla iluminado por detrás, la imagen (al contrario que la “sangre”) no se observa (no hay señal de sustancias opacas, lo que parece descartar la aplicación de un tinte).


    3.- FOTOGRAFÍA CON ILUMINACIÓN LATERAL.
    Cuando se fotografía la Síndone tras haberla iluminado lateralmente, se evidencian más claramente las arrugas que contiene el lino (lo que podría servir para establecer reconstrucciones de la forma en la que estuvo doblada la tela en el pasado).


    4.- PRUEBAS MICROQUÍMICAS.
    Las pruebas microquímicas se realizaron con el fin de determinar la presencia de elementos químicos y de compuestos inorgánicos y/u orgánicos sobre el lienzo:

    Estudios de compuestos inorgánicos.
    - Reacción positiva para Fe y Ca en todas las muestras estudiadas (se ha propuesto que el Fe y el Ca se unieron covalentemente a la celulosa del lino, durante el proceso de la fabricación del lienzo).
    - No se detecta Mn, Mg, Ag, Co, Ni, Al, As, Sn, Pb. Entre las partículas negras, ocasionalmente se encuentra Ag.
    - La reacción resulta muy positiva para el Fe2O3 (principalmente en fibras alrededor de las manchas de agua en partículas birrefringentes). En menor cantidad se halla en el interior de las manchas de agua. Parece ser que el agua produjo una electroforesis (arrastre) del Fe2O3 hacia los bordes de dichas manchas. Por otro lado, al no existir trazas de Mn, Mg, Co..., se considera que el Fe2O3 hallado no se corresponde con hematíes sino Fe de origen hídrico.
    - En las partículas negras se detecta principalmente Fe 3 O 4 , quizás procedente de la reducción de Fe2O3 durante el incendio.
    - En una partícula roja encontrada en la parte no adhesiva del la tira adhesiva resultó positiva para HgS.
    - Se descarta la presencia de oropimente (As2S3 ), rejalgar (AsS), PbO, ... Ninguna de las partículas encontradas son solubles en álcalis, mientras que estas sustancias sí lo son.

    Estudios de compuestos orgánicos.
    Se realizaron numerosos ensayos analíticos para analizar la presencia de compuestos orgánicos (fenoles, riboflavinas, esteroides, indoles, ligninas...) en fibras extraídas de zonas de imagen, zonas de quemaduras ó zonas de control obteniéndose que, de todas las reacciones realizadas, sólo se detectaron grupos carboxilos y aldehídos (componentes carbonílicos propios de los sacáridos como la celulosa).
    La presencia de estos grupos se detectó en todas las muestras analizadas, pero resultaron más abundantes en las zonas de quemaduras, seguida de las zonas de imagen y en menor medida en zonas de control.
    Los resultados negativos del resto de grupos orgánicos no indican que no estuvieran esas sustancias en el pasado ya que podían haberse perdido con el tiempo por procesos químicos tales como oxidación, degradación, etc.

    La reacción para la lignina, que resulta positiva en linos modernos, en la Sábana, se ha perdido.

    Se realizaron ensayos
    · Biuret/Lowry,
    · Azul Comassie,
    · fluorescamina,
    · verde de bromocresol,
    · negro amida…
    · de determinación de proteínas con el fin de detectar mordientes o vehículos de pintura a base de estas macromoléculas.
    Los análisis mostraron la presencia de proteínas sólo en fibras de sangre.
    Algunos de los ensayos daban positivos falseados debido a la reacción cruzada con la celulosa o con componentes presentes en el lienzo (Fe y Ca).
    Otros, resultaron muy poco sensibles (azul de bromotimol).
    Sin embargo, los métodos de Biuret-Lowry o el de la fluorescamina resultaron positivos, sólo en áreas de sangre, indicando la presencia de proteínas, con una sensibilidad alta (incluso nanogramos).
    La técnica del verde de bromocresol, especifico para la detección de albúmina (proteína sérica) dio positivo sólo en partículas amarillo-naranja y en fibras cubiertas de líquido amarillo (lo que hacía sospechar la presencia de suero en esas zonas).
    El método de Jendrassik, específico de bilirrubina (proteína biliar producida por el hígado y que se halla en sangre cuando acontece un estado de fuerte estrés), también resultó positivo en las áreas de sangre.

    Como control negativo se realizaron los mismos ensayos previa digestión con proteasas (enzimas que destruyen las proteínas presentes en las muestras), y los test que antes daban positivo ahora resultaban negativos, corroborando la presencia de proteínas.

    De todo ello cabe CONCLUIR que:
    Los ensayos proteicos sólo resultan positivos para muestras de áreas de “sangre” y proximidades.
    Los ensayos resultan negativos para las partículas birrefringentes (naturaleza no hemática).
    El control negativo se realizó previa digestión con proteasas. Las proteasas no afectan ni a las fibras que contienen sólo imagen, ni a las partículas birrefringentes.
    Los ensayos apoyan la existencia de sangre y suero en las manchas de “sangre”.

    El hematólogo John Heller recibió en su laboratorio de USA un portaobjetos sobre el que se había fijado una tira adhesiva que previamente había sido aplicada a una zona de “sangre”.
    Héller pudo observar bajo su microscopio a 1.000X, el material adherido al adhesivo hallando en él cientos de fibrillas de lino, algunos contaminantes (como ya hemos comentado antes) y menos de una docena de fibras manchadas de “sangre”, “sangre” que penetraba en el grosor de las fibras. Además observó unos cristalitos marrones que, a su parecer, se correspondían con porfirina.
    Las porfirinas son metaloproteínas y pueden ser de 3 tipos:
    · grupos hemo (si el metal que tienen unido es hierro),
    · clorofilas (si el metal es magnesio) y
    · vitamina B12 (si es cobalto).
    En principio, la que habría en la Sábana sería del tipo hemo. Para detectar la presencia de porfirinas se usa la propiedad de estas sustancias de tener un máximo de absorción de luz a los 400-450 nm (banda de Soret), o lo que es lo mismo; si se iluminan las porfirinas con luz a 400-450 nm emiten fluorescencia roja.
    Por ello, se trataron las partículas correspondientes a la supuesta sangre con reactivos que desplazaban el metal (el hierro) unido a la porfirina, ya que el hierro puede provocar la aparición de un falso positivo. Luego, se iluminó con luz UV (400 nm) y se obtuvo fluorescencia roja, lo que confirmó la presencia de porfirina.
    Además, mediante esta técnica se trataba también de determinar la presencia específica de protoporfirina IX (la porfirina de la hemoglobina), lo cual no fue posible debido a la pequeña cantidad de muestra de la que disponían.

    También se intentó eliminar la coloración amarilla de las fibras que dan lugar a la imagen, mediante un elenco de reactivos químicos, no pudiendo eliminarse con agua, ácidos fuertes (HCl ó H2SO4 concentrado), bases fuertes (NH4 OH concentrado, 8NKOH), etanol, metanol, tolueno, tetracloruro de carbono, benceno, cloroformo, piridina, acetato de etilo, dimetilforamida, acetona, ciclohexano, dioxano, morfolina, éter, peróxido de hidrógeno, iodina.
    Sin embargo, se eliminó la coloración amarilla causante de la imagen mediante dihidrazina ó diimida (reductores fuertes).
    Esto apoya la hipótesis de que dicho amarilleamiento de las fibras de la imagen se produjo por un proceso de oxidación de la celulosa.

    Baima Bollone, científico del equipo italiano que también contó, al igual que el S.T.U.R.P., con la autorización para examinar la Síndone durante esos cinco días, extrajo unas fibras de la Síndone y realizó ensayos inmunológicos de detección del grupo sanguíneo. Los resultados indican que la sangre pertenece a un humano varón, de grupo sanguíneo AB


    5.- ESPECTROMETRÍA DE MASAS Y ESPECTROMETRÍA DE LASER-RAMAN.
    Esta técnica permite estudiar las moléculas que hay presentes en las muestras (fibras). Para ello se vaporizan las muestras provocando la liberación de sus iones y mediante un detector se realiza un espectro que indica los iones que constituyen a la molécula en función de sus cargas.
    No se detectaron materiales orgánicos extraños (colorantes, pigmentos, vehículos de pintura).
    No se detectan componentes nitrogenados (proteicos), áloe, mirra, grasas de secreciones de la piel, saponinas sobre las fibras del lienzo, ni diferencias significativas entre los productos de pirólisis de fibras de áreas control (zonas sin imagen, ni quemaduras ni sangre) y los de fibras de las áreas de imagen, lo cual indica que la imagen no es el resultado de una pintura, ni de una chamuscadura.

    Esos productos de pirólisis, sí están presentes en las zonas de las quemaduras del incendio del 1.532. La espectrometría de masas de fibras manchadas de sangre indicó la presencia de picos de hidroxiprolina (masa 131), el cual es un producto de la pirólisis de proteínas animales.


    6.- ESPECTROMETRÍA DE REFLECTANCIA INFRARROJA.
    Acceta y Baumgart usaron la técnica para determinar la reflectancia (o reflexión) de la luz infrarroja en diferentes áreas de la sábana tras ser iluminadas con un haz de luz procedente de un cuerpo negro (es decir, un cuerpo que calentado a una determinada temperatura produce luz a una longitud de onda muy específica. Así, si se calienta a 1200º K se emite luz de 1.150 nm).
    En el detector de la reflectancia, se pusieron filtros que dejaban pasar luz infrarroja en unos rangos comprendidos entre 3.000 a 5.000nm o entre 8.000 a 14.000 nm.
    La reflectancia queda representada en un espectro. En los espectros obtenidos de las diferentes áreas estudiadas se observa que:
    La imagen, las quemaduras y el lino (áreas control, es decir, sin imagen, ni sangre ni quemaduras) presentan similares espectros infrarrojos, lo cual parece indicar cierta homogeneidad química, es decir, la inexistencia de sustancias añadidas. Si las hubiera, los espectros serían diferentes puesto que cada tipo de materia se comporta de manera distinta a la hora de absorber y reflejar la luz.
    El algodón presenta un espectro similar al lino de la Síndone.
    La sangre de origen reciente muestra un espectro diferente al de la sangre de la Síndone.
    La poca reflectancia del lienzo (5-10%), la limitada sensibilidad del aparato y las fluctuaciones en la absorción atmosférica requerirían futuros análisis infrarrojos, limitaciones que reconocen los propios investigadores del S.T.U.R.P.


    7.- TERMOGRAFÍA.
    Consiste en iluminar la Sábana y fotografiar su emisión de la luz infrarroja. De lo que se desprende que:
    El lino (zona control) se observa negro (no emite luz infrarroja).
    La “sangre” se observa muy brillante.
    La imagen y las quemaduras tienen brillo intermedio.


    8.- ESPECTROMETRÍA DE REFLECTANCIA UV-VISIBLE.
    Gilbert obtuvo mediante esta técnica los espectros de reflectancia (luz reflejada) UV-visible (250-700 nm) tras iluminar la Sábana con una lámpara de xenón (Pellicori obtuvo similares resultados empleando un rango de longitud de onda de 400-700nm con una lámpara de tungsteno).
    Se estudiaron zonas con presencia de sangre, zonas con imagen, zonas con quemaduras y zonas de control, y de los espectros obtenidos se desprende que:
    La imagen no pudo ser realizada con hematites (Fe2O3), u otro pigmento conocido, pues el espectro de estas sustancias difiere del obtenido de la imagen.
    La reflectancia de la imagen y de las quemaduras es similar. Esto apoya la hipótesis de que las fibras de la imagen son amarillas por oxidación, deshidratación y conjugación de los grupos que constituyen la celulosa del lino. El color se debe a grupos carboxilos, carbonilos, radicales libres y dobles enlaces con distinto grado de conjugación.

    Heller y Alder aplicaron la técnica de microespectrofotometría de transmisión de la luz visible sobre las fibras con partículas marrones (“sangre”) presentes en el adhesivo aplicado sobre la Síndone de Turín. Todas esas fibras presentan un pico de absorción a 450 nm (banda de Soret) indicando la presencia de porfirina. Este pico también se pudo apreciar al aplicar la espectroscopía de reflexión (pudiéndose obtener espectros de absorción mediante la teoría de Kubelka-Monk) directamente sobre áreas de la Síndone con “sangre”.
    Estos datos apoyan el hecho de que las manchas de “sangre” son realmente sangre (meta-hemoglobina ácida).


    9.- FLUORESCENCIA DE RAYOS-X.
    Morris y colaboradores emplearon esta técnica basada en que al bombardear con rayos X un átomo, éstos chocan con los electrones que orbitan alrededor del núcleo del átomo, y vibran saltando a niveles orbitales superiores. Cuando los electrones decaen a sus niveles normales, liberan energía, en parte, en forma de fluorescencia.
    Con ella se buscaban pigmentos (metales pesados de número atómico >16). Esta técnica no detecta tintes o mordientes (sustancias usadas para fijar los colorantes al lienzo) de bajo número atómico. El estudio se realizó sobre distintas zonas del lienzo.

    De este estudio se desprende que:
    Como se muestra en el espectro nº 9 (zona de la nariz), la técnica tiene poca sensibilidad.
    Los espectros obtenidos son similares en todas las áreas de imagen analizadas.
    No se observan diferencias significativas de densidad entre las zonas de imagen y no imagen (lo que apoya el hecho de la no existencia de pintura).
    Hay cantidades grandes y fijas de Ca y Sr en todos los puntos analizados.
    Hay grandes cantidades de Fe (como por ejemplo en el espectro 23 correspondiente a la herida del costado) en las manchas de sangre, similares a las obtenidas con manchas de sangre completa (controles). Si nos fijamos en la cantidad de hierro en las zonas de la 1 (sangre del pie) a la 7 (zona control), ésta va disminuyendo a media que nos alejamos de la sangre.


    10.- FLUORESCENCIA FOTOELÉCTRICA.
    Esta técnica permite determinar la presencia de aminoácidos aromáticos de proteínas como colágeno (gelatina de cola de ratones y gelatina de emulsión fotográfica que emiten fluorescencia) y otros compuestos fluorescentes, empleados como vehículos de pinturas.
    Para ello, se ilumina la sábana con luz UV y se obtienen espectros de fluorescencia de distintas zonas de la misma.
    Se pudo comprobar que:
    Las áreas control emiten fluorescencia (aunque débil) con un máximo a 435 nm. (El papel Whatman 42 (celulosa pura), usado como control, produce un pico sólo 0,28 veces mayor que el lienzo).
    La imagen y las quemaduras presentan similar espectro. Ambas emiten muy poca fluorescencia (algo menos las quemaduras que la imagen) y parecen atenuar la fluorescencia del área control.
    La sangre emite aún menos fluorescencia.

    De estos resultados se desprende que si se usó un vehículo fue sin colágeno o sin cualquier otra sustancia fluorescente.

    En todos los casos, los diferentes espectros se comparan con el espectro obtenido al analizar áreas control (sin imagen, ni quemaduras, ni sangre) representado en las gráficas, como una línea discontinua.


    11.- FLUORESCENCIA FOTOGRÁFICA.
    Miller y Pellicori iluminaron la Síndone con luz UV (Figs. 29 y 30a) y fotografiaron la fluorescencia que ésta emite.
    Se obtuvieron los siguientes resultados:
    El lienzo (áreas control) por sí mismo emite fluorescencia.
    La imagen se ve por el resultado de la fluorescencia de fondo, pues la imagen en sí misma no emite fluorescencia.
    Las quemaduras de 1.532 emiten fluorescencia marrón-rojiza (lo cual indica una naturaleza diferente a la imagen, descartando que la imagen se trate de una quemadura). Además, tal y como se ha comprobado en el laboratorio, las quemaduras del lienzo se realizaron en un ambiente pobre en oxígeno (la Síndone se hallaba en el interior de una urna de plata durante el incendio de 1.532), pues las quemaduras producidas en presencia de oxígeno emitirían fluorescencia amarillo-verdosa.
    En algunas manchas de “sangre” (herida del costado, herida de la muñeca, herida del pie derecho dorsal) se rodea de márgenes fluorescentes. De estas zonas no hay micrografías, espectro de reflectancia ni cuantificación de la fluorescencia, por ser posteriores estos estudios.

    A la vista de estos resultados hubiera sido importante realizar esas pruebas, pero el S.T.U.R.P. ya no disponía de tiempo para ello.
    Miller y Pellicori interpretaron que esos márgenes fluorescentes podrían deberse a la presencia de suero, el cual retardaría las reacciones de formación de la imagen. Los márgenes de otras heridas analizadas (sangre que cruza la espalda o sangre del pie izquierdo dorsal) no emiten fluorescencia.

    De lo que se puede deducir que si se usó un vehículo fue sin colágeno, clara de huevo, gelatina (los comúnmente empleados en el S. XIV y que contienen en su estructura aminoácidos aromáticos fluorescentes) o cualquier otra sustancia fluorescente.


    12.- PRUEBAS RADIOGRÁFICAS (BAJA ENERGÍA).
    La Sábana fue radiografiada por Mottern y colaboradores con el objetivo de buscar pigmentos (metales pesados). La sensibilidad del aparato era del 5%.

    De este estudio se desprende que:
    Se buscaban pigmentos (metales pesados). Sensibilidad del 5%.
    La densidad entre las zonas de imagen, de sangre y las zonas control es similar.
    La sangre no tiene alta densidad (no hay metales pesados, algunos de los cuales podían ser usados como tintes en la antigüedad).
    Las manchas de agua tienen una mayor densidad.
    Se observan las irregularidades del lienzo.
    Existe continuidad entre el fragmento que recorre la Síndone lateralmente (en el borde superior, según la forma de exposición ordinaria) y la parte principal del lienzo (lo cual también es confirmado microscópicamente por Barrie Schwortz).


    13.- OBSERVACIÓN DEL REVERSO DE LA TELA (el equipo italiano).
    Junto al S.T.U.R.P. trabajó también un equipo de científicos italianos que de forma independiente llevaron a cabo otra serie de pruebas.
    Giovanni Ricci, uno de los miembros de este equipo, procedió a estudiar el reverso (la parte no visible) de la Síndone. Para ello, una monja Clarisa separó, por un lateral, la Síndone de la tela de refuerzo (conocida como “tela de Holanda”) que cosieron las monjas Clarisas en el año 1.534, dos años después del famoso incendio de 1.532.
    Este hecho llevó a la interesante observación de que el reverso o parte oculta, al estar más protegido del aire, tiene un color más blanco que la superficie visible. Ello instaba a tomar medidas urgentes para evitar que con el tiempo el contraste de la imagen disminuyese, por lo que éste fue el preludio del establecimiento de las condiciones especiales de conservación a las que está sometida la reliquia desde el 2.002.
    También se observó que al contrario de lo que ocurre con la imagen, la sangre difunde por las fibras, empapándola como lo hace cualquier líquido, y por lo tanto atraviesa el espesor del lienzo pudiéndose observar ésta también por el reverso.

    Además, Ricci empleó una aspiradora especial con la que se recogió material que había entre el reverso de la Síndone y la tela de Holanda. Los materiales aspirados fueron estudiados por microscopía electrónica de transmisión, observándose polen, esporas, partes de insectos, etc.


    C.- CONCLUSIONES DEL S.T.U.R.P.:
    Tras analizar todos los resultados, el equipo S.T.U.R.P. formuló las siguientes conclusiones que transcribo literalmente:
    1.- No se han encontrado sobre las fibrillas pigmentos, pinturas o colorantes.
    2.- Se excluye la posibilidad de la pintura como método de formación de la imagen a la vista de los resultados obtenidos de los ensayos microquímicos, de rayos X y de fluorescencia, realizados sobre las fibras. También confirman este resultado los estudios con UV e infrarrojos.
    3.- El aumento computerizado de la imagen y el estudio con un analizador de imágenes( el VP-8), muestra que la imagen es única y tiene en ella codificada información 3D.
    4.- Los estudios microquímicos no han evidenciado la presencia de especias, aceites o cualquier otro producto bioquímico que se sepa sea producido por un cuerpo vivo o muerto.
    5.- Es evidente que ha habido un contacto directo de la Sábana con un cuerpo (humano y varón), lo cual explica ciertas características tales como las marcas de las heridas y la sangre.
    6.- Sin embargo, mientras este tipo de contacto puede explicar las características del torso, es totalmente incapaz de explicar la alta resolución de la imagen de la cara, tal y como ha sido ampliamente demostrado por la fotografía.
    7.- El problema básico, desde un punto de vista científico, es que algunas explicaciones químicas son excluidas desde el punto de vista de la física y viceversa.
    8.- Para que una explicación sobre la formación de la imagen sea adecuada, ésta debe cumplir la condición de ser congruente -desde el punto de vista físico, químico, biológico y médico- con las características de la imagen. Actualmente, no se ha obtenido una explicación que cumpla esta condición, a pesar de los mejores esfuerzos de los miembros del S.T.U.R.P.
    9.- Los experimentos físicos y químicos con linos antiguos no han podido reproducir adecuadamente el fenómeno presentado en la Síndone.
    10.- El consenso científico es considerar que la imagen se produjo por oxidación, deshidratación y conjugación de los polisacáridos que constituyen las microfibrillas del lino. Tales cambios pueden ser provocados en el laboratorio por ciertos procesos químicos y físicos.
    Un cambio similar en el lino puede ser producido por ácido sulfúrico o calor; sin embargo, no se conocen métodos químicos o físicos que puedan explicar la totalidad de la imagen.
    Tampoco puede explicar la imagen, de forma adecuada, ninguna combinación de circunstancias físicas, químicas, biológicas o médicas.
    11.- La respuesta a la cuestión de cómo se ha formado la imagen o qué la produjo continua siendo, ahora como en el pasado, un misterio.
    12.- Concluimos que la imagen de la Sábana es realmente la de un humano varón castigado y crucificado. No es producto de un artista. La sangre contiene hemoglobina y el suero da positivo para la albúmina.
    La formación de la imagen sigue siendo un misterio y hasta que se realicen estudios químicos posteriores por científicos de este grupo, (S.T.U.R.P.) o por otro, el problema permanece sin resolver.


    Bibliografía específica de las publicaciones científicas del STURP.
    - Accetta, J.S. - J.S. Baumgart - Infrared Reflectance Spectroscopy and Thermographic Investigations of the Shroud of Turin - Applied Optics, Vol. 19, No. 12, June 15, 1980, pp. 1921-1929.

    - Bollone, P.B. -M. Jorio - A.L. Massaro - La dimostrazione della presenza di tracce di sangue umano sulla sindone – Sindon, Diciembre, 1981.

    - Bucklin, R.- The legal and medical aspects of the trial and death of Christ – Medicine, Science, and the Law 10, 1970, pp. 14-26.

    - Gilbert R., Jr. - M.M. Gilbert - Ultraviolet-Visible Reflectance and Fluorescence Spectra of the Shroud of Turin - Applied Optics, Vol. 19, No. 12, June 15, 1980, pp. 1930-1936.

    - Heller, J.H. - A.D. Adler - A Chemical Investigation of the Shroud of Turin – Canadian Society of Forensic Sciences Journal, Vol. 14, No. 3, 1981, pp. 81-103.

    - Heller, J.H. - A.D. Adler - Blood on the Shroud of Turin - Applied Optics, Vol. 19, No. 16, August 15, 1980, pp. 2742-2744.

    - Jumper, E.J. - R.W. Mottern - Scientific Investigation of the Shroud of Turin – Applied Optics, Vol. 19, No. 12, June15, 1980, pp. 1909-1912.

    - Miller, V.D. - S.F. Pellicori - Ultraviolet Fluorescence Photography of the Shroud of Turin - Journal of Biological Photography, Vol. 49, No. 3, July 1981, pp. 71-85.

    - Morris, R.A. - L.A. Schwalbe - J.R. London - X-Ray Fluorescence Investigation of the Shroud of Turin - X-ray Spectrometry, Vol. 9, No. 2, April 1980, pp. 40-47

    - Mottern, R.W. - R.J. London - R.A. Morris - Radiographic Examination of the Shroud of Turin - A Preliminary Report

    - Materials Evaluation, Vol. 38, No. 12, Dec. 1980, pp. 39-44.

    - Pellicori, S. - M.S. Evans - The Shroud of Turin Through the Microscope - Archaeology 34, January/February 1981, pp. 34-43.

    - Pellicori, S.F. - Spectral Properties of the Shroud of Turin - Applied Optics Vol. 19, No. 12, June 15,1980, pp. 1913-1920.

    - Pellicori, S.F. – Chandos R.A. Portable Unit Permits UV/vis Study of “Shroud”. Industrial Research & Development, Feb, 1981, 186-189.

    - Schwalbe, L.A. - R.N. Rogers - Physics and Chemistry of the Shroud of Turin, A Summary of the 1978 Investigation - Analytica Chimica Acta, Vol. 135, 1982, pp. 3-49.

    - Stevenson, K. (Ed.) Proceedings of the 1977 United States Conference of Research on the Shroud of Turin, Holy Shroud Guild, 294, East 150 St Bronx, NY 10451, 1977.
    Última edición por donjaime; 02/04/2018 a las 17:59

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