Lo chocante (y en que nadie cae por verse normal) son los obispos de ridículo y chillón color morado, cuando absolutamente todo el mundo va de negro en este tipo de funerales. Si imaginar a la feligresía vestida de riguroso morado sería cosa digna de manicomio, ¿a qué viene esa estúpida moda de singularizarse ellos con el morado, en estas últimas décadas? ¿No se dan cuenta de que hasta los ateos visten de negro en este tipo de actos públicos y solemnes y que el negro es el único color de luto en Occidente?
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