Buenos Aires, 29 agosto 2009. El suscriptor de FARO don Francisco García Santillán nos remite esta carta, que el diario bonaerense
La Nación se resiste a publicar:
Señor Director:
Verdadero beneplácito me han causado las cartas del Dr. Carlos A. Scarampi (4/8) y de Graciela de la Villa (10/8) referida a militares, terroristas y desaparecidos, debiendo agregar ahora la del Embajador de España, D. Rafael Estrella (27/8), referida al adecuado uso del término terrorista o terrorismo por parte de la prensa. La propia Graciela Fernández Meijide valientemente, también ha hecho alusión a esta temática, como bien lo comenta el Sr. Alejandro T. Watts en su carta del 13/8 a esta misma sección.
De a poco, muy de a poco, pareciera que nuevos y frescos vientos corren por nuestro vapuleado país. Treinta años es demasiado tiempo para seguir odiando. La justicia pues, debiera hacerse cargo de una vez por todas de los que han violado la ley, sean de un lado o del otro. Todo acto de terrorismo debiera ser castigado venga de donde venga. Lo que resulta lastimoso es que, desde el atril, son pocos los que se animan a decir ello con todas las letras. Debiéramos aprender de naciones como España que, hace poco tiempo y, curiosamente también luego de treinta años, se "animaron". En efecto, la justicia de ese país se ha expedido, finalmente, sobre el atentado terrorista que provocara el incendio del Hotel Corona de Aragón, ocurrido el 12 de julio de 1979 en Zaragoza y que causara 78 muertos y 113 heridos. La sentencia admitió que la Sra. María Concepción García Llorente, fallecida (junto a su sobrina Genara) como consecuencia de las heridas sufridas en el cruento atentado y con estrechos lazos familiares en la Argentina (otra curiosidad), ha sido víctima del terrorismo y, por ese motivo, reconoció a su familia el derecho a recibir la Gran Cruz de la Real Orden de Reconocimiento Civil, anulando el acuerdo del Consejo de Ministros que dos años antes había negado tal derecho. Un auténtico acto de grandeza que debiera hacer reflexionar a nuestros tímidos jueces, muchos de los cuales, como en otras épocas, sólo reaccionan frente a la presión de las turbas.
Nota de FARO: Si bien hemos de congratularnos por el tardío reconocimiento de que el incendio del zaragozano Hotel Corona de Aragón fue un atentado terrorista, y recordar que entre las víctimas se contaban carlistas como doña Mª Concepción García Llorente y su sobrina, es obligado precisar la actitud de la judicatura y de los políticos españoles ante el terrorismo dista mucho de la justicia y está muy próxima a la complacencia. Lamentablemente parece aún peor en Argentina, con terroristas y proterroristas en el poder.
Vea también Artículos en la web de FARO
Despachos anteriores en las áreas Mensajes y Archivos de las páginas para suscriptores de FARO
_____________________________________________________
Agencia FARO
Marcadores