Revista FUERZA NUEVA, nº 40, 14-Oct-1967
SAHARA, PROVINCIA ESPAÑOLA
SALTO AL FUTURO
Representantes de todas las tribus del territorio en la Asamblea General recién constituida
La constante atención que el Gobierno español dedica al Sahara, la preocupación casi maternal que siente por sus instituciones y el deseo vehemente de España de que la provincia sahariana obtenga, en el plazo de tiempo más corto posible, su madurez política y su propio autogobierno, ha plasmado recientemente en una Ley, la 1024/ 67, que unida a las que en su día fueron promulgadas por el Gobierno nacional, han ido reorganizando la vida social y política del Sahara, atemperando su progreso a la marcha realmente vertiginosa de su desarrollo económico, y que con la nueva ley ha de transformar necesariamente su actual régimen tribal en una organización moderna y verdaderamente efectiva, que situará al pueblo saharaui al nivel de las naciones más civilizadas y avanzadas del continente africano.
El primer paso para esta nueva estructuración fue la creación de los Ayuntamientos de Aaiún y Villa Cisneros, y las entidades locales menores de Smara y Güera. Ello supuso entonces un gran avance en la vida política del Sahara, sin abandonar la especial organización saharaui. Posteriormente, la sedentarización de un elevado número de nómadas, que por disponer de medios de vida más estables fueron abandonando su errante vida por toda la ancha geografía sahariana, para establecer sus viviendas con carácter permanente, dio ocasión a que ese núcleo de personal nativo, que antes no conocía otra cosa que la vida en común con sus familiares y con sus medios de alimentación, el camello y la cabra, en los lugares más recónditos del desierto se interesara por la política local y mostrara un empeño inusitado por los cargos de la administración pública.
Quedaba también la provincia a falta de cohesión política, si no se hubiera constituido el Cabildo provincial, organismo de carácter superior, que acoge en su seno a las representaciones de los Ayuntamientos, fracciones nómadas y representantes de los sectores comerciales, industriales e intelectuales de la provincia. Las misiones y realizaciones del Cabildo son en todos similares a las de las Diputaciones Provinciales o Cabildos Insulares españoles, habiendo tomado su denominación de estos últimos por su mayor similitud y proximidad.
Constituida de esta forma la organización política provincial se completa con la representación de estos órganos en la vida legislativa española por la presencia en las Cortes, como Procuradores de los alcaldes de Aaiún y Villa Cisneros y el Presidente del Cabildo Provincial.
Mas con estas instituciones, aun cuando supusieron indudablemente un gigantesco paso en el desarrollo político- administrativo de la provincia, no quedaba del todo completo el panorama de la vida política provincial en todos sus aspectos.
Se echaba de menos un órgano que, independientemente de los aludidos y con una más amplia representación tribal, pudiera encauzar la vida política y económica del Gobierno de acuerdo con las necesidades de las tribus, para lo cual era imprescindible crear una Asamblea ampliamente representativa.
Asamblea General
Pues bien, el Decreto 1024/1967 de 11 de mayo, ha venido a llenar esta necesidad con la creación de la Asamblea o Yemaa General del Sahara, introduciendo un órgano de Gobierno democrático, sin olvidar las antiguas y tradicionales instituciones del pueblo saharaui. Esto se logra mediante la creación de un organismo de amplísima representación en el que se verán representadas las tradicionales Yemaas parciales de todas las tribus, reunidas en una Cámara que manera de Cortes presidirán la política del Gobierno, recogiendo y manteniendo las mejores tradiciones del pueblo y el sentir de sus fracciones.
Aclaremos, para mejor comprensión de los lectores, que Yemaa es el nombre que se da a las Asambleas que en cada una de las diferentes tribus se reúnen para resolver asuntos importantes relativos a las mismas. Están presididas por sus “chiujs” (jefes) y participan, por lo general, la mayoría de los componentes de la tribu, organizado en fracciones y subfracciones, se reúnen, por lo común, otras Yemaas parciales para tratar de asuntos generales de cada una de ellas. Estas Yemaas actúan, normalmente, con absoluta independencia unas de otras y, desde luego, no tratan más que de asuntos de interés exclusivo de la agrupación que las provoca.
Por otra parte, este nuevo organismo trata de recoger en su seno no solo a los jefes de tribu o fracción, sino que prevé la representación popular mediante el nombramiento de 40 representantes elegidos entre las subfracciones, es decir, personas diferentes a los jefes de tribu o fracción, que son, pudiéramos decir, los representantes natos del Sáhara.
La constitución de la Yemaa general es la siguiente:
Un presidente.
Un vicepresidente.
Tres clases de representantes:
a)- Presidente del Cabildo y Alcaldes de Aaiún y Villa Cisneros en representación de los más altos organismos de la Administración Local y Provincial.
b)- Los “chiujs” (jefe)s de tribu o fracción, en representación de las instituciones tradicionales.
c) Cuarenta representantes elegidos libremente por las subfracciones de tribu o fracción.
Cómo puede apreciarse por este breve esquema de su organización, es un órgano representativo de muy amplia base, que indudablemente está en condiciones de hacer oír la voz de los más apartados rincones del Sahara.
Esta Asamblea tiene además la particularidad de que es exclusivamente saharaui y en ella no intervienen más representantes que los nativos. Únicamente, y a título de asesor, asistirá a las reuniones el secretario general del Gobierno, que no dispondrá de voto.
El presidente y vicepresidente de la Asamblea serán elegidos por mayoría de votos de los representantes y recaerá necesariamente sobre uno de los vocales de los grupos a) y b) antes enumerados.
Las atribuciones. fundamentales de la Asamblea recogidas en el artículo 174 del decreto serán:
1ª Examinar y emitir su dictamen en todos aquellos asuntos de interés general del territorio, tales como los referentes a presupuestos, planes de obras públicas, enseñanza, agricultura, ganadería, alumbramiento de aguas y, en general, todos los afectan al desarrollo económico-social.
2ª Ser informada de las disposiciones con rango de ley o decreto que deban regir en el territorio, pudiendo a este respecto formular las observaciones o sugerencias que se consideren oportunas para su adaptación a las peculiaridades del mismo.
3ª Proponer al Gobierno por propia iniciativa la adopción de las medidas y normas jurídicas necesarias para el cumplimiento y desarrollo de las leyes del Estado.
Las elecciones
El plazo de celebración de las elecciones se señaló dentro de los ocho días siguientes a la publicación de la anterior ordenanza, es decir, desde el 14 de julio hasta el 20 de agosto, fecha en que finalizaron, comprendiendo, pues, un período de treinta y siete días. Durante este período en todas las Yemaas parciales de las tribus se han llevado a efecto las elecciones siguiendo los usos y costumbres tradicionales y en las que han participado la casi totalidad de los saharauis mayores de edad, que han votado en régimen de la más absoluta libertad de expresión y con una sinceridad y honradez difícilmente igualable ni aún en los países de la más pura ascendencia democrática.
Una de las particularidades de las Yemaas la constituye el hecho de que sin haber una lista previa de candidatos los componentes de cada fracción que se reúnen designan, previa minuciosa de liberación en la que intervienen todos los componentes de las mismas, los nombres de los hombres de la tribu o fracción que consideran más idóneos y eficientes para representarles. El número de representantes de cada tribu o fracción es proporcional al de individuos de que está compuesta cada una de ellas.
La personalidad de los candidatos elegidos constituye una variada gama en la que están representados los caracteres más diversos, que comprende desde los “chiujs” más prestigiosos por antecedentes políticos, familiares y religiosos, como son el Presidente del Cabildo provincial, Alcaldes de los Ayuntamientos de Aaiún y Villa Cisneros y otros importantes jefes naturales, hasta alguno de los más modestos saharahuis que han destacado por su instrucción, honradez y trabajo y que les han proporcionado una personalidad e influencia muy acusada entre sus hermanos de tribu, motivo éste de orgullo y de dignificación de la masa popular sahariana.
La forma en que se han desarrollado las elecciones ha puesto de manifiesto, una vez más, que el pueblo saharaui está dotado de un civismo y sentido de la responsabilidad nada corrientes, pues habiéndose celebrado estás dentro de un clima de apasionamiento, instigado asimismo por una intensa propaganda contraria de allende las fronteras del Sahara, todo ha transcurrido dentro de la mayor normalidad y sin la más mínima alteración del orden público. La paz de España se extiende igualmente al Sahara, fomentando entre sus habitantes el respeto a la dignidad humana, que hacen perfectamente compatibles la libertad y el orden, conceptos irreconciliables en muchos países que se dicen guardianes de la civilización.
Constitución de la Asamblea
El día señalado para la constitución de la Asamblea General fue el 11 de septiembre y a tal efecto se cursaron a todas las tribus y fracciones las citaciones para que los representantes respectivos de cada una de ellas se encontrarán en Aaiún con la debida antelación.
Efectivamente, desde días antes de la fecha prevista empezaron a concentrarse en la capital del Sahara los representantes, muchos de los cuales venían acompañados de familiares y amigos.
Aaiún vivió esos días auténticas jornadas de fiesta, mucha alegría y bullicio en las calles y hombres, muchos de ellos con “derraa” y “lezam” (túnicas azules y blancas y turbantes negros), dando color y ambiente a la “ciudad de los manantiales”.
Hombres de todas las condiciones sociales, desde los lugares más apartados y recónditos del territorio llegaron al Aaiún para ocupar su puesto en la Asamblea General, tomar posesión de sus flamantes cargos de representantes para trabajar y laboral desde ahora por un Sahara grande y próspero, defendiendo al propio tiempo los intereses y derechos de sus hermanos de tribu, para que ningún lugar del territorio, ni aun el “frij” más modesto del desierto quede privado de los beneficios que en cuanto a desarrollo y progreso de la provincia traerá consigo la nueva Constitución.
Aquellos días, un nuevo motivo de alegría vino a unirse a la ya manifiesta algarabía popular y esto fue la lluvia caída el domingo y lunes pasados, como si Dios quisiera unirse a la magnificencia de los actos, prodigando el don más apreciado de los “hijos de las nubes”, el agua, verdadero mané en estas desoladas y resecas tierras del desierto (...)
Para rendir los honores correspondientes a la solemnidad del acto, una compañía del III Tercio Legionario “Don Juan de Austria”, con bandera, escuadra, banda y música, estaba formada frente al salón Oriental, donde tendría lugar la constitución de la Asamblea.
Dentro del salón se encontraban todos los representantes en número de 78. Asimismo, el secretario general, que asistía a título de asesor, y el señor Avellanal y Sánchez de León, secretario de la Asamblea y único europeo perteneciente a la misma, y como tal secretario sin derecho a voto.
Fuera esperaban al gobernador general todas las autoridades provinciales y Comisiones de los Cuerpos, centros y organismos oficiales, así como del Ejército.
Numerosísimo público, musulmanes y cristianos, abarrotaba los alrededores de la plaza de España y del salón Oriental.
(…)
Hacia el autogobierno
El nombramiento como presidente y vicepresidente de los señores Seila uld Abeida (actualmente Presidente del Cabildo provincial) y de Baba ufd Hassena uld Baba (prestigioso chej de la región Sur, de Villa Cisneros) fue acogido con grandes muestras de júbilo y satisfacción por parte de los representantes, quienes al término de la reunión salieron del recinto del local, acompañando a las autoridades recientemente elegidas, y en patriótica manifestación, en medio de los aplausos y vítores de los espectadores saharauis se trasladaron frente al edificio del cuartel general del Sahara. para dar a conocer al Gobernador General el resultado y la decisión de la Asamblea. Entre tanto, grupos numerosos de saharauis incrementaron la manifestación, que llenó por completo los alrededores del Gobierno General, y ante los aplausos insistentes de los manifestantes el gobernador general, desde el balcón del Gobierno, pronunció las siguientes palabras.:
“España ha querido que su voz llegue a ella por las bocas de los propios hijos y aquí está España para ampararos como madre celosa, que no consentirá que nada ni nadie os robe vuestro esfuerzo y vuestra merecida gloria.
Como general de España y como vuestro gobernador haré honor a la altísima distinción que se me hizo al confiarme vuestra defensa y vuestro gobierno sin regatear esfuerzos, por grandes que éstos sean.
Tengo plena confianza en que no nos ha de faltar ayuda de Dios, que ha querido mandarnos en este día su bendición en forma de esta deseada lluvia.
Ello es un buen presagio, y como también estoy seguro de vuestra colaboración leal y entusiasta, me atrevo a predecir que triunfaremos plenamente y que nada podrán contra nosotros los traidores del exterior y los cobardes del interior que les hacen el juego, y unidos todos en esta ambición gritamos fuerte: ¡Viva España! ¡Viva Franco! ¡Arriba el Sáhara!”
Y así terminó la brillantísimo e histórica jornada de la constitución de la Asamblea General del Sahara, una Institución llamada a encauzar el porvenir de la provincia sahariano, en orden a su futuro autogobierno.
De esta forma, pues, ha quedado constituida la primera Asamblea General, una fuerza de naturaleza plenamente popular, orientado como la verdadera institución básica del pueblo saharaui, ya que a través de innumerables y minuciosas Yemaas, han llegado a seleccionar, por sus tradicionales usos y costumbres, a sus hombres más representativos.
Poco conocen al pueblo saharaui aquellos enemigos que desde el exterior propalan el error y la mentira y poco saben del culto y valor que el saharahui confiere a sus Yemaas, cuando tan burdamente critican y ofenden la más arraigada y persistente de sus costumbres, pues desde siempre han permanecido fieles a esta tradición, que respetan y defienden como algo muy querido, y que es, sin duda alguna, una representación totalmente real y democrática.
España, en fin, les ha puesto en el verdadero camino que les llevará a la plena madurez política, y en ellos está el que este camino lo sigan con lealtad, decisión y entrega desinteresada, para hacer realidad un futuro que ya desde hoy mismo se presenta con las más espléndidas y optimistas promesas.
Miguel CASTILLA ORTEGA |
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