Re: Quién no puede suceder en la Monarquía Española
Cuando cambien las circunstancias, que cambiarán, habrá que derogar tamaño desafuero. Aunque coincido con las valoraciones que de este señor se han hecho en mensajes anteriores. Por mi parte, y basándome en la legislación positiva, reconozco que es el actual Jefe del Estado (y punto), pero también afirmo que dicha concesión es un disparate en sus causas y efectos, por lo que, llegado el momento, será preciso restaurar la equidad que se precisa para merecer dicha distinción. Es un insulto a España y a su Pueblo que se otorgue dicha Gran Cruz a alguien que es atea y la causa directa de la forma más abyecta y cobarde que puede adoptar un genocidio: el aborto.
Señorita Aído, le deseo que dicha Cruz se convierta en la suya propia bañada en la sangre de sus víctimas. Usted para mi seguirá siendo lo que es por siempre jamás ("aunque la mona se vista de seda, mona se queda"), y usted, téngalo por seguro, pasará a la Historia de la ignominia junto a sus padrinos y benefactores.
¡Abajo la tiranía!
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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