Re: ¿eutanasia? ¡¡ya!!
...
prohíbe el derecho a la objeción de conciencia de los profesionales sanitarios, debiendo éstos respetar la voluntad del enfermo aunque no coincida con su opinión.
¿Qué carajo me importa la "voluntad" del enfermo (cosa falsa, porque en el fondo nadie quiere morir)? ¡No a la eutanasia y se acabó!
La vida nos la da y nos la quita Dios cuando estima conveniente.
El izquierdista marxista Michel Foucault decía que el Soberano es el único que tiene el derecho de la vida y la muerte. Claro, que él se refería en un principio erróneamente al Rey y luego con la "evolución" al pueblo; y eso es lo que pasa ahora, ya que basándose en la falsa teoría de la "soberanía popular", el pueblo puede plebiscitar si alguien vive o muere, ejerciendo de esta forma su soberanía. Pero nosotros sabemos que eso es falso; el único y verdadero Soberano es Dios, y por lo tanto Él es el único que puede ejercer el derecho de soberanía, es decir, el derecho sobre la vida y la muerte.
Muy bueno el cierre:
Nadie dispone ni puede arrogarse el derecho a decidir sobre la vida de la persona. Esas monstruosidades ya las hicieron todos los tiranos de la Historia. Desde Nerón a Hitler, pasando por Calígula ó Stalin, todos disponían de las vidas de sus semejantes con sólo señalar hacia arriba ó hacia abajo con su dedo pulgar. Hoy todos los gobiernos “democráticos” condenan esas actitudes tiránicas pero operan de igual manera que ellos amparándose en una inexistente “legitimidad democrática” avalada por la incultura social de una mayoría borrega y cerril. Hoy se regula sobre la vida y la muerte con la misma facilidad y desvergüenza que si se regulase sobre los estatutos de una comunidad de vecinos. Podrán hacer legales las mayores aberraciones imaginables pero lo que no podrán hacer es convencernos de la moralidad de sus leyes cuando están concebidas por mentes inmorales. Ya se llamen Montesquieu ó Pajin.
Por último agrego que he notado que está muy de moda eso de "hacer lo que el paciente se le antoje". Si el paciente pide ayuda (ya sea al médico o al psicólogo), entonces tiene que confiar en el profesional, y no intentar saber más que el profesional. Por algo el paciente es paciente. Si el paciente no quiere ayuda, entonces que no la pida. Cada uno es libre.
“Es ésta nuestra finalidad, nuestro gran ideal. Caminamos para la civilización católica que podrá nacer de los escombros del mundo de hoy, como de los escombros del mundo romano nació la civilización medieval. Caminamos para la conquista de este ideal, con el coraje, la perseverancia, la resolución de enfrentar y vencer todos los obstáculos, con que los Cruzados marcharon sobre Jerusalén. Porque si nuestros mayores supieron morir para reconquistar el Sepulcro de Cristo, ¿cómo no vamos a querer nosotros —hijos de la Iglesia como ellos— luchar y morir para restaurar algo que vale infinitamente más que el preciosísimo Sepulcro del Salvador, es decir, su reinado sobre las almas y sobre la sociedad, que Él creó y salvó para amarlo eternamente?”.
Plinio Corrêa de Oliveira.
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