Eso sí que es muerte digna: morir en gracia de Dios. Como dicen estos conocidos versos:
La ciencia más acabada
es que el hombre en gracia acabe,
pues al fin de la jornada
aquel que se salva sabe,
y el que no no sabe nada.
En esta vida emprestada
do obrar bien es la llave,
aquel que se salva, sabe.
El otro no sabe nada.
Propongo que a partir de ahora llamemos al pan y al vino. Independientemente de como llamen en los medios de difusión a esa maldita ley de la satanasia, nosotros llamémosla de MUERTE INDIGNA.
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