APUNTES SOBRE CUESTIONES ACTUALES
Población civil alemana sobre los escombros de sus viviendas, tras ser bombardeadas:
El martirio de Dresde
1. ALEMANIA, SOBRE TODAS (SOBRE TODAS LAS CATÁSTROFES ECONÓMICO-POLÍTICO-SOCIALES)
En esta época de crisis que vivimos, cuando se depauperan nuestras vidas, bueno será que miremos a los ejemplos históricos de superación. En ese sentido, tenemos el ejemplo alemán: por dos veces, en muy corta franja de tiempo, Alemania fue arruinada (tras la I y la II Guerra Mundial). Y de los dos profundos cráteres económicos, ese pueblo sacó la cabeza.
¿Cuál fue el secreto alemán?
Una fe patriótica en su capacidad de sufrimiento y resistencia. Una voluntad de acero. Una auto-disciplina encomiable. Y la suficiente inteligencia para no poner el carro delante de los bueyes; pues por malos que sean estos bueyes con los que hemos de arar, hay que saber dónde ponerlos.
Primero reconstruyeron las fábricas... Mientras vivían en barracones. Después edificaron sus casas. En ese sentido, los españoles tenemos una ventaja: casi todas las viviendas están construidas, aunque deshabitadas... Es simple cuestión de esperar que (que no esperar a que) los bancos se aburran de tener tantas viviendas apresadas en sus desahucios y las suelten (a veces, cuando estoy de guasa, parezco hasta un optimista).
¡Vaya por Dios! Lo que nos faltan son las FÁBRICAS. Ya está bien de estar reducidos a ser un país de servicios que es igual que país de servidumbre.
Una de las escenas campesinas de Rafael Zabaleta
2. DE LAS HACENDERAS AL PLAN DE EMPLEO RURAL
(Del Auzolan al PER)
En 2010, la excelente bitácora EL MATINER nos recordaba una institución entrañada en la tradicional organización municipal vascongada: el Auzolan (recomendamos su lectura, pinchando en el subrayado EL MATINER: AUZOLAN). El "Auzolan" se define como la "cooperación mutua o aportación de trabajo desinteresado al servicio del pueblo mediante la prestación personal y también como una obligatoriedad de un trabajo socializado". En Euscalerria esta institución consuetudinaria sobrevive todavía -o eso parece-, mientras que en el resto de España existió, bajo la denominación de "hacendera", estando extinguida a día de hoy.
La desaparición de la "hacendera" hay que atribuirla a una serie de cambios sociales que afectan de lleno al tejido rural y agrario de España. Nuestros núcleos rurales han desaparecido tal y como eran antaño. Se ha producido el abandono de aldeas y pueblos -con su consecuente dispersión/extinción poblacional y su ruina material. En otros casos, esos mismos núcleos rurales se han ido transformando, tal vez ampliándose en el espacio, pero perdiendo simultáneamente -por muchos factores- su idiosincrasia.
La lectura del excelente artículo de "El Matiner" sobre la institución del "Auzolan" (en castellano, la "hacendera"), nos da que pensar sobre las transformaciones producidas en el concepto de municipio.
Antiguamente, en los núcleos de población formados por varias familias (barrio, aldea, lugar, villa, municipio...) se veía como lo más natural contribuir personalmente a la "hacendera". Si había que hacer alguna obra de utilidad vecinal, eran los mismos vecinos los que, organizándose como grupo, se empleaban en ello. De un tiempo a esta parte, los ayuntamientos -y el caso de Andalucía es, en este sentido, paradigmático- emplean a sus vecinos, contratándolos y pagándoles por las peonadas.
Salta a la vista que:
- 1.) Lo que antaño se hacía por el bien común de la vecindad, ahora se hace contratado y cobrando.
Claro está que, esta situación, tiene una explicación:
- 2.) Antiguamente, las familias vivían de sus recursos, adquiridos a través de un trabajo propio (labranza, ganado, jornal, oficio...). Actualmente se espera que el poder público sea el gran empleador de algún miembro de las familias.
Es cierto que muchas familias pueden encontrarse en el difícil trance de no tener ningún miembro que pueda allegar dinero a la alcancía doméstica, que tengan a todos sus componentes en el desempleo. Es cierto que, en el celo que los ayuntamientos ponen para "repartir" esas peonadas (PLAN DE EMPLEO RURAL), tendríamos que ver una tan laudable como socorrida forma de asistir a esas familias; bien, pero... Sin embargo, en el terreno práctico, lo que sucede habitualmente es que el sentido de todo esto se pervierte por culpa del favoritismo de signo partitocrático; de tal forma que los empleos temporales (o fijos) que ofrecen los ayuntamientos se transforman, en gran medida, en la recompensa que dan los partidos (asentados en el poder) a sus más acérrimos seguidores.
En la gran mayoría de ayuntamientos andaluces (diríamos que españoles) recuperar la "hacendera" sería inviable a día de hoy: las familias que componen la vecindad de nuestros pueblos han perdido el sentido de la comunidad y, por lo tanto, aflora la pregunta: ¿y por qué tengo yo que trabajar para nadie? El individualismo causa estragos.
Pero, además de eso, la culpa de estas pérdidas, en última instancia, la tienen aquellos que han fomentado la división de la comunidad en parcialidades, en partidos políticos, formando ese cáncer de la partitocracia localista, en sus distintos órdenes: desde el ayuntamiento a la comunidad autónoma.
Mientras existan partidos políticos, seguiremos deambulando sobre las ruinas.
El primer paso para la recuperación de España es la recuperación de nuestros pueblos y, en ese punto, algo que hay que suprimir -para evitar la fuente de discordias vecinales y de injusticias laborales- son los partidos políticos.
LIBRO DE HORAS Y HORA DE LIBROS
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