Cita Iniciado por ALACRAN Ver mensaje
Discrepo rotundamente de ese tipo de discursos. No se puede saltar, así sin más, del siglo XVII al XXI. Pasa Rafael Gambra por alto el papel absolutamente decisivo de las burguesías catalana y vasca de finales del siglo XIX, y que están en la raíz del fenómeno separatista. Aunque los fueros no hubieran sido derogados es evidente que esas burguesías regionales hubieran mantenido sus reivindicaciones; y si hubieran continuado los fueros y no hueran sido derogados, precisamante con más motivo.
Es un simple fenómeno de búsqueda de poder político subyacente tras el auge económico regional, que la propia historiografía catalana y vasca... de la burguesa regional catalana y vasca ya camufla bastardamente como "derechos históricos'" etc etc.

Pero el tema es mucho más sencillo. La prueba es que otras regiones con esos mismos o más "derechos históricos" que ellas como Valencia, Aragón, Galicia o Navarra, nunca protestaron por la derogación de sus "derechos históricos" ni por el "centralismo" y siempre se sintieron españolas sin ningún problema (hasta hace cuatro días). ¿Por qué? Pues simplemente por haber sido regiones rurales y haber carecido de burguesía propia ambiciosa de poder político como Cataluña y Vascongadas a finales del XIX.
El papel de la burguesía es importante, de peso, pero no absolutamente decisivo. Se ha tendido a exagerar porque panfletariamente quedaba muy bien residenciar en la burguesía todos los males, pero analizando el papel de la gran burguesía vascongada (los Oriol, los Ibarra...) vemos que han estado muy lejos del nacionalismo. Otro tanto de la gran burguesía catalana (los Godó, los Millet, los Milá...). E incluso han defendido una cierta idea, difusa y liberal, de España.

Los mayores feudos del nacionalismo vasco y catalán están en núcleos rurales desde los que en el Antiguo Régimen salían los mejores santos, soldados y políticos de las Españas y que en gran parte por el fenónemo que señala Gambra se han sufrido en los dos últimos siglos un continuo desapego de la empresa común. El nacionalismo mientras tanto ha ido creando mitos pero muchas veces sobre la base de realidades concretas y tangibles, creando un discurso metarracional mucho más consistente que la pobre charlatanería vacía de los constitucionalistas.