Qué pesadez más grande Dios mío, de verdad, lo de algunos ya creo que es onanismo obsesivo o algo así. En fin, cierto es que jugar al antifranquismo es una enfermedad, exactamente la misma que la francolatría y que todos los necionalismos con similares taras. Pero hay algunos a los que siempre le gusta superarse.
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