Cuando las Cortes de Cádiz (obra de teatro).
José María Pemán:
Epílogo.
OTERO:
Y pensando en Lola la Piconera
y en mi gente dividida,
y en esa oculta y artera
conspiración traicionera
contra esta España querida,
por la que tanto luché,
se me quebranta la fe,
la pena me acongojaba,
y en mis adentros pensaba:
todo aquello... ¿para qué?
EL FILOSOFO RANCIO:
Para entregar maniatada,
al enemigo otra vez
la misma España adorada
con tanto esfuerzo librada
de las garras del francés.
Para coger la nación
y echarla por la ventana,
llamándola "soberana"
para colmo de irrisión.
Le quitan su TRADICIÓN
y la visten una extraña
de invenciones peregrinas.
Otero: si esas "doctrinas"
hacen soberana a España,
¡su cetro será de caña
y su corona de espinas!
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