Estimado Rodrigo, para todas esas preguntas el mejor libro que puedes encontrar es "La larga marcha hacia la Monarquía" (Laureano López Rodó, Plaza y Janés Editores) con un importante apéndice documental al final.
Y en otro orden de cosas, la teoría de los dos Francos disociados tampoco se sostiene demasiado. En realidad El Concilio Vaticano II (que sigue haciendo de las suyas y por supuesto vació de contenido el Régimen de Franco AL NO CONDENAR el comunismo), lo tuvo que aceptar la Iglesia en su conjunto y sin discusión; Franco no fue el único que lo hizo (por no hablar de lo que significó para los nuevos planteamientos de la Familia Borbón-Parma). Tanto es así, que el propio Monseñor Lefebvre junto a otros defensores de la Tradición, tiene SU FIRMA estampada al final del documento, y es considerado como "padre conciliar" por raro que nos parezca.
El Concilio es una obra maestra de indefinición, que sin embargo ha servido para introducir la división y la confusión entre los católicos; pero a veces creo que fue concebido "ex profeso" para dinamitar desde dentro el Régimen de Franco para el cual significó sencillamente la herida mortal de necesidad. A partir de entonces, y dado que LA MÁS ALTA AUTORIDAD DOCTRINAL, que es la Iglesia, no se oponía al comunismo ni tampoco al liberalismo ni a ninguna otra ideología EN PARTICULAR, resultó absolutamente imposible en el plano teórico proseguir con un Régimen que había nacido precisamente para proteger a la nación de DETERMINADAS ideologías perniciosas, que hasta entonces había considerado como tales la propia Iglesia. De nada sirvió el continuo recuerdo de la guerra ni de los mártires, de nada sirvió el Magisterio o la Tradición, de nada sirvió que muchos (carlistas y no carlistas) denunciaran los graves errores. TODOS, incluidos los más críticos, tuvieron que aceptar ese cataclismo conciliar cuyas implicaciones desde luego afectan al plano político muy especialmente.
La gran jugada maestra ya se había realizado; fue y sigue siendo devastadora.
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