También hay otras referencias en Facebook en los que se reconoce a la rama huguista como "legítima", sin tener en cuenta la actuación del denominado "Partido Carlista".
También hay otras referencias en Facebook en los que se reconoce a la rama huguista como "legítima", sin tener en cuenta la actuación del denominado "Partido Carlista".
Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)
Última edición por Carolus V; 18/11/2016 a las 15:50
Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)
Nota de la Secretaría Política de la Comunión Tradicionalista, para Carlismo.es « Comunión Tradicionalista
Nota de la Secretaría Política de la Comunión Tradicionalista, para Carlismo.es
17 noviembre, 2016
La Comunión Tradicionalista no se ocupa demasiado de eso que algunos llaman C.T.C. Suele mirar sus manejos con la condescendencia o, incluso, con la ternura del militar que ve a unos niños jugando, torpemente, a la guerra. Pero cuando se hacen talluditos y empiezan a presumir de tener armas y dárselas de soldados, la cosa ya no le hace tanta gracia. Sobre todo por el mal nombre que pueden dar al Ejército.
Al grupo que, acogiéndose a la legalidad vigente (de manera muy imperfecta, como veremos) se denomina a sí mismo C.T.C., le ha dado ahora por hacer declaraciones institucionales en nombre del Carlismo; y eso ya carece de todo encanto. Su reciente «Declaración ante la cuestión dinástica» adopta un tono pontifical que presupone no se sabe qué autoridad para determinar la legitimidad en la sucesión de la Monarquía española. Como ya ha quedado dicho en estas páginas, ese grupo es muy clericalista. Tanto que, a la hora de remedar una declaración, lo que le sale es una confesión, aunque sea una confesión inválida por maquillar los pecados y por faltarle propósito de la enmienda. Confesión sobre sus yerros pasados y confesión sobre sus orígenes.
Hace unos años las cabezas pensantes de ese grupo dieron en declarar que ponían sus grandes esperanzas en Carlos Javier [de Borbón Parma] como sucesor legítimo a la corona. Ni siquiera se les pasó por las mientes que, desde el punto de vista de la legitimidad dinástica, esa sucesión era imposible sin que se la trasmitiera quien había sostenido sus derechos, actuando como regente, desde la muerte en 1977 de su abuelo Don Javier: su tío Don Sixto Enrique de Borbón. Porque Carlos Hugo, el padre de Carlos Javier, nunca fue rey ni regente, sino sólo príncipe, dado que perdió la legitimidad de ejercicio mucho antes de que muriera su padre, el Rey Don Javier. Esa transmisión no se ha producido, no porque Don Sixto Enrique haya evitado hacerla con las debidas condiciones, sino porque Carlos Javier (quien, según sus propias palabras, se ve a sí mismo como un «líder» y no como un rey) y su hermano Jaime no han querido responder a los requerimientos de su tío. Ahora la «Junta de Gobierno» de esa falsa C.T.C. (en adelante F.C.T.C.) viene a confesar su insensato error, pero lo maquilla, achacando a Carlos Javier sólo la falta de legitimidad de ejercicio «por sus palabras», lo cual no es sino una verdad muy parcial.
Ciertamente sus palabras lo condenan. En sus más recientes declaraciones (La Vanguardia, Barcelona, 11 de octubre de 2016), Carlos Javier alaba la «transición democrática» y a Juan Carlos y reconoce explícitamente a «Felipe VI» («No planteo pleito», «No quiero intervenir en la política española» dice). No son dislates nuevos, sino los mismos que él y sus hermanos, como antes su difunto padre, llevan años repitiendo. Y ante los que cualquier carlista se da cuenta de que estos señores nada tienen ya que ver con la Causa.
Pero la estrafalaria «Declaración» de la F.C.T.C. (hecha pública, para mayor escarnio, en la fiesta de San Carlos Borromeo, Día de la Dinastía legítima; o «En el “día de la dinastía carlista”», como escriben los tronovacantistas, entrecomillándolo) quiere también, o quiere especialmente, golpear al Abanderado de la Tradición, al que tras la referencia a las «palabras» del sobrino, dedica una enigmática afirmación: «conocidos los actos del segundo [Don Sixto Enrique de Borbón], no podemos hacer un reconocimiento de tales derechos».
No necesitan «tales derechos» el «reconocimiento» de la «Junta de Gobierno» de la F.C.T.C. (aunque con su proverbial mala redacción, los estén reconociendo). Sí llama la atención, aparte de la maliciosamente inconcreta insinuación (que por sí sola deshonra a los redactores de la «Declaración») contra Don Sixto Enrique, que a Carlos Javier se le achaquen sólo «palabras» equivocadas, tardíamente oídas. Hechos, por citar sólo alguno reciente, como haber designado a un calvinista padrino de bautismo de su hijo Carlos Enrique, que evidencia el desprecio de Carlos Javier por la Fe católica; o el haber contraído matrimonio desigual, lo cual priva definitivamente de derechos sucesorios a su descendencia, no merecen la pontifical consideración de la F.C.T.C.
La F.C.T.C. dice haberse reconstituido en 1986. Nueva confesión. Porque el carlismo auténtico nunca se constituyó a sí mismo a espaldas del rey legítimo. Verdad es que en ciertas ocasiones se dieron agrupaciones de tradicionalistas sin el rey y que durante la época franquista se constituyó a sí misma la llamada «Regencia Nacional y Carlista de Estella (RENACE)». Sin representación alguna, se arrogó las funciones de la monarquía y dejó de lado al Rey que años antes tanto habían apremiado ellos mismos para que aceptara la corona: S.M.C. Don Javier I. En 1986-1987 se acordó la «unidad operativa» (así se llamó entonces) de diversos grupos e individuos que se tenían por carlistas, en un experimento (permitido por el propio Don Sixto Enrique de Borbón) que se acogió a las siglas y el registro legal que ya tenía la Comunión Tradicionalista (registro legal efectuado en 1977 por orden del mismo Don Sixto Enrique, y que es el que utiliza, con desfachatez considerable, la actual F.C.T.C.).
Esta «Declaración» del pasado 4 de noviembre, en cambio, apunta a que la supuesta reconstitución de 1986 no fue sino un intento, hecho por seguidores de aquella sedicente Regencia, para hacerse con el dominio de la verdadera Comunión. La propia «Junta de Gobierno» lo confiesa en su escrito, cuando da por terminada la «Dinastía que nos capitaneó» en el año 1936, fecha de la muerte del Rey Don Alfonso Carlos de Borbón y Austria-Este. Lo cual evidentemente implica que no reconocen como rey ni transmisor de la corona a Don Javier I, y en cambio sí a la llamada Regencia de Estella. Aunque no se sepa bien cómo salvan el hiato entre la desaparición de RENACE (y de sus seguidores honorables, que también los había) y la coronación de la «Junta de Gobierno». La coyunda imposible de 1986 ha terminado dando a luz al engendro hipócrita de la F.C.T.C. que, sin declararse Regencia, está empeñada en mantener vacante el trono.
De ahí su escrito, no menos hipócrita, donde, por un lado, se dicen «posiblemente» defensores de «la monarquía tradicional y el legitimismo» y claman por un rey y, por otro, descartan como legítimo sucesor al Duque de Aranjuez «por sus hechos». ¿Qué «hechos»? En otras ocasiones decían más llanamente que Don Sixto Enrique no les gustaba y punto. Y eso sin sonrojarse, porque al creer que tienen las funciones de la realeza, ¿por qué no van a decir «quod principi placuit legis habet vigorem» (lo que complace al príncipe tiene vigor de ley)? Y es que la F.C.T.C. se tiene creído que, aun habiendo sucesor conforme a las leyes de la legitimidad, éste ha de pedir su plácet para ser proclamado. Procure el lector no ahogarse de risa. Madrid, noviembre de 2016.
Secretaría Política de S.A.R. Don Sixto Enrique de Borbón
Comunión Tradicionalista
Apartado de Correos 50.571
E-28080 Madrid
Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)
A riesgo de meterme en camisas de once varas, sinceramente no se lo que buscan unos y otros con tanto enfrentamiento. Que yo sepa, y es algo que le honra, don Sixto Enrique NUNCA SE HA POSTULADO NI PROCLAMADO COMO REY; pero parece que la actual Secretaría Política de la CT da por hecho que lo és cuando dice: "...defensores de la monarquía tradicional y el legitimismo y, por otro, DESCARTAN como legítimo sucesor al Duque de Aranjuez...."De ahí su escrito, no menos hipócrita, donde, por un lado, se dicen «posiblemente» defensores de «la monarquía tradicional y el legitimismo» y claman por un rey y, por otro, descartan como legítimo sucesor al Duque de Aranjuez «por sus hechos». ¿Qué «hechos»? En otras ocasiones decían más llanamente que Don Sixto Enrique no les gustaba y punto. Y eso sin sonrojarse, porque al creer que tienen las funciones de la realeza, ¿por qué no van a decir «quod principi placuit legis habet vigorem» (lo que complace al príncipe tiene vigor de ley)? Y es que la F.C.T.C. se tiene creído que, aun habiendo sucesor conforme a las leyes de la legitimidad, éste ha de pedir su plácet para ser proclamado. Procure el lector no ahogarse de risa. Madrid, noviembre de 2016.
Y aunque los de la CTC no admitan como Regente a don Sixto Enrique (cosa que tampoco entiendo bien), no veo yo porqué no se lleva a buen puerto una colaboración política entre las dos formaciones que sería lo lógico y evidente.
Malas noticias.
Bueno, aunque me parece criticable la actuación de la CTC en política, sí que reconozco una buena actuación en la recuperación del legado carlista en redes como Portal Avant!, sin embargo la reunificación es muy díficil porque para empezar no parece haber voluntad de reunificación o colaboración ni en la CT ni en la CTC. Además nosotros poco podemos hacer. Como no asistas a la próxima Cena de Cristo Rey o te pongas en contacto con alguien que vaya asistir para discutir allí el tema creo no se puede hacer nada.
Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)
La cuestión de las divisiones internas dentro del Carlismo no son nada nuevas o más o menos recientes. De hecho es algo tan complejo que prácticamente ni con buena voluntad y deseo de que existiese una reunificación, probablemente se pudiese llevar a cabo de una manera real. Además, el problema del Abanderado no siendo una cuestión baladí pues en buena medida el futuro del Carlismo pasa por que exista alguien que reúna las dos legitimidades (la de origen y la de ejercicio), no se limita a ello únicamente. El problema va bastante más allá y pese a quien pese, también está condicionado por toda una serie de personalismos, aunque no pienso mencionar ninguno. Lo que si puedo decir, es que dicha situación lo único que consigue es alejar a muchos buenos carlistas por puro desengaño y frustración.
Buena muestra de ello la tenemos en este librito editado en Bilbao en 1917 Fraternidad Vasco-Histórica (Euskal-Kondairatar Anaitasuna) escrito por D. Teodoro de Arana y Beláustegui, Conde de Arana, Ex-diputado y Ex-senador del Reino, Caballero Gran Cruz de San Silvestre, Jefe Delegado Señorial Jaimista de Vizcaya, relata las circunstancias de las divisiones internas que había entonces, de la posición del Carlismo respecto del Liberalismo de la época y de los problemas derivados del nacionalismo vasco, y las conexiones de éste con carlistas de pro que, sin embargo, optaban por inclinarse hacia la opción de la ruptura.
Una característica esencial del Carlismo radica en que no es un partido político, sino más bien sociedad que tiene agrupaciones, que si carece de una voz que agrupe -y el problema actual en mi opinión arranca desde el testamento de Don Alfonso Carlos y la escasa adhesión que logran los Borbón-Parma, incluido Don Javier-, cada círculo, cada organización tira para donde creen oportuno, independientemente de la posible buena voluntad que algunos puedan tener. Y, en efecto, España lleva mucho tiempo, demasiado, necesitando que quienes se supone que son sus legítimos representantes, por encima de elecciones y parlamentos de todo tipo, se pongan de acuerdo y comiencen a trabajar de la mano unos de otros, pero mucho me temo que eso no lo vayamos a ver.
Por tanto, a los responsables, que Dios y España se lo demanden.
Última edición por Valmadian; 19/11/2016 a las 02:31
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Ni harto haría tal cosa. No paso de ser mero simpatizante, ya definí lo que no soy y no me corresponde más que desear una reunificación.
Supongo que todo el mundo en su tiempo pensaría que su generación estaba fatal pero tengo la sensación de que la deshispanización de España nunca ha tenido una pendiente tan acusada y en un estado tan avanzada.
No sé si es reversible, pero si lo fuera no creo que quede mucho más de un lustro para reaccionar. Ellos sabrán. Me estoy empezando a convencer de que ni ellos mismos creen en tal posible reacción.
Puede que gente como yo no estemos más que perdiendo el tiempo por estos sitios. Para que carajo sirve seguir a gente incapaz de tener unión por aquello en lo que creen. Creen acaso?
A efectos de concretar el tema, habría que diferenciar tres aspectos distintos pero que parecen sumarse en uno sólo.
1-. Antes que nada y en mi opinión, el problema arranca de la descristianización de España. Y es que España se constituyó como proyecto católico que, una vez finiquitado en nuestros días, parece no tener sentido. Sin embargo, nada más lejos de la verdad, porque si bien el nexo fue la Monarquía Católica que se encargó de reunir lo que desde la Antigüedad ya era bastante uniforme, roto por traidores y retrasado por las sucesivas invasiones y luchas fratricidas entre cristianos, lo cierto es que pocas naciones tienen una Historia común tan secular.
2.- Hoy en día, en efecto, se está produciendo una "desespañolización" que nos viene de modas, tendencias, absurdos complejos, imitaciones, etc., de todo lo que hay fuera. Este es un pueblo de pazguatos que abre la boca para que entren todas las moscas de lo novedoso, aunque la novedad sea un trozo de plástico barato que ponga "Made in China". Y, en ese juego, también caen los presuntos patriotas que miran la brújula constantemente para ver donde está el Norte. Así nos pasa que viene un rusiano de mierda a soltar que somos negros (estoy seguro que él es mongoloide) y nos callamos.
3-. A su vez, la "deshispanización" es otra consecuencia de todo lo anterior, pero esta vez se extiende a todo el ámbito de lo "hispano". sabemos cómo entre el indigenismo y la progresiva protestantización de Hispanoamérica (mientras los protestantes reculan en los países donde tienen mayoría), la obra de España se está diluyendo. A España le faltan no sólo un Monarca Tradicional, Representativo y Social capaz de aunar voluntades acá y allí al otro lado del mar, también faltan intelectuales, verdaderos líderes políticos en lugar de mindundis parasitarios que bien alimentamos todos, y un pueblo más educado, religioso y consciente de si mismo y de su Historia, en lugar de los mantras autonomistas que no sirven para nada, salvo para dividir y arruinarnos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
Desde luego es un tema largo de explicar, pero creo que la división entre la CT y la CTC comienzan a raíz de los sucesos de Montejurra, los "actos" por lo que no reconocen a don Sixto, lo que me imagino que en el ambiente de don Sixto no sentaría muy bien por considerar que dan más crédito a la prensa del régimen que a sus propios correligionarios (a quiénes no tengo constancia de que la CTC les haya dado una mínima oportunidad para expresar su versión de los hechos de Montejurra). Luego el abismo se iría ensanchando por nuevas diferencias que a ojos de ambos se consideran intolerables como el mutuo intento de ser la máxima expresión del carlismo oficial (visto como una usurpación por ambos lados) y nuevas diferencias en el plano político, como la mayor obediencia de la CTC al sector oficial de la Iglesia -el sector progre- (visto como una "liberalización" de la CTC por parte de la CT y lo contrario como una cuasi-herejía por la CTC), el reconocimiento de facto de la familia de Carlos Hugo como dinastía legítima o la nota de la CTC contra la CT.
Todo el mundo moderno se divide en progresistas y en conservadores. La labor de los progresistas es ir cometiendo errores. La labor de los conservadores es evitar que esos errores sean arreglados. (G.K.Cherleston)
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