De ahí su escrito, no menos hipócrita, donde, por un lado, se dicen
«posiblemente» defensores de
«la monarquía tradicional y el legitimismo» y claman por un rey y, por otro, descartan como legítimo sucesor al Duque de Aranjuez
«por sus hechos». ¿Qué
«hechos»? En otras ocasiones decían más llanamente que Don Sixto Enrique no les gustaba y punto. Y eso sin sonrojarse, porque al creer que tienen las funciones de la realeza, ¿por qué no van a decir «quod principi placuit legis habet vigorem» (lo que complace al príncipe tiene vigor de ley)? Y es que la F.C.T.C. se tiene creído que, aun habiendo sucesor conforme a las leyes de la legitimidad, éste ha de pedir su plácet para ser proclamado. Procure el lector no ahogarse de risa. Madrid, noviembre de 2016.
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