Los integristas fueron, a mi modo de ver, bastante más hostiles y violentos con el liberalismo (políticamente) que el Carlismo dinástico. De ahí el monumental encontronazo con Carlos VII (ya mayor).
Los integristas fueron, a mi modo de ver, bastante más hostiles y violentos con el liberalismo (políticamente) que el Carlismo dinástico. De ahí el monumental encontronazo con Carlos VII (ya mayor).
No, fueron igual de hostiles. Podría diferir la estrategia, pero el carlismo fue siempre sinónimo de antiliberalismo. En 1888, cuando se produjo el encontronazo, Carlos VII tenía sólo 40 años (no tan mayor).
Parece que no te has leído la entrevista a Senante. Aceptaron esa denominación con mucho gusto hasta el punto de subtitular en sus periódicos: "Periódico integrista".
El que sienta simpatías por el integrismo, así como por el carlismo/jaimismo y mellismo, debería sentir simpatías por el sucesor actual de todos ellos: la Comunión Tradicionalista. Todas aquellas divisiones, de naturaleza más personalista que de otro orden, se superaron felizmente en 1931. No cabe hacer alusión al carlohuguismo de 1970, ya que era un movimiento nuevo sin precedente alguno. Tampoco sería correcto decir que el integrismo desenvoca en el franquismo, ya que los carlistas más antifranquistas eran los que procedían precisamente del integrismo, como el último director de El Siglo Futuro, Manuel Senante, o el propio Manuel Fal Conde. Franco les despreciaba profundamente y definió despectivamente a los javieristas como "diminuto grupo de integristas".
Última edición por Rodrigo; 17/06/2016 a las 16:34
Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)
A efectos de cuestiones políticas internas de los españoles, la opinión o consejo del Papa sobre algún asunto concreto o determinado vale tanto como la de un obispo o un párroco, o la de cualquier otro clérigo o poder eclesial.Un "mero poder eclesial" no; estaban dispuestos a desaparecer (como partido) si se lo pedía el Papa, que es muy distinto. Se puede discutir que sea un planteamiento muy imprudente (a la vista del Papado de hoy en día), pero entonces el Papa era sacrosanto para todos los católicos, lo que les hizo caer en ese exceso.
El problema de los integristas es que esas opiniones o consejos sobre asuntos políticos internos españoles (ya sean dadas por el Papa o por otro poder eclesial, da igual) las consideraban poco menos que como "palabra de Dios". Esa defectuosa psicología de los integristas (y de los neointegristas) en su actuación política o pública era una de las cosas que les diferenciaba (y les diferencia) de los legitimistas.
¿Esa afirmación se sustenta en algo aparte de en el caso de Pío X? Quizá convendría estudiar más a fondo el integrismo como para hacer una afirmación tan contundente.
No puede diferenciarles hoy, ya que los herederos de integristas y legitimistas están en el mismo sitio. ¿Qué integristas o neointegristas hay en España? Los que valoran la obra de Ramón Nocedal y pretenden hacerla contradictoria con el carlismo lo hacen sólo por molestar, no porque realmente defiendan los postulados de Nocedal. Tengo la antología de Ramón Nocedal y Romea, preparada por Jaime de Carlos Gómez-Rodulfo y publicada por la EDITORIAL TRADICIONALISTA en 1952. ¿Qué explicación le das a esto? ¿Por qué iban a propagar las doctrinas de un enemigo con el sello Tradicionalista?
Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)
Bueno. Precisamente traía ese ejemplo como paradigma de una forma de actuar por principio, en el ámbito de lo político, característica de los integristas. El hecho de caer en el defecto clericalista sólo con el Papa (es decir, sólo harían caso a lo que diga el Papa en materia política concreta, pero no a lo que digan los párrocos o los obispos) no quita que deje de ser clericalismo.El problema es que sólo conozco ese caso concreto ante el Papa (que no es un clérigo cualquiera). ¿Se sabe de algún otro caso de subordinación a algún otro clérigo por parte de los integristas?
No caigamos en la trampa de pensar que el legitimismo y el integrismo eran tan distantes y que mantuvieron la enemistad durante décadas. No es verdad. Si bien es cierto que el integrismo adoleció de una suerte de accidentalismo práctico, los principios que defendían venían a ser los mismos, al igual que la lucha política que sostenían unos y otros contra el liberalismo. Carlistas e integristas se agrupaban incluso en círculos antiliberales en común en diversas ciudades al menos desde 1908.
En efecto. No había, en general, ningún problema para la unión circunstancial o puntual entre legitimistas e integristas para determinadas actuaciones políticas concretas. Pero a lo que yo me estoy intentando referir en este hilo es a una forma mentis peculiar del integrista (o neointegrista), uno de cuyos rasgos propios es ese defecto que yo he llamado clericalismo. Le invito a usted, si tiene tiempo y ganas, a leer parte del discurso de Vázquez de Mella de 23 de abril de 1894 en el Congreso para que vea, a través de un ejemplo, la diferencia de mentalidad y actitud de un legitimista (en relación a un integrista) con respecto a los consejos u opiniones del Papa en materia política concreta. (Discursos parlamentarios VI, páginas 111 - 119, y, sobre todo, páginas 124 - 132).
La diferencia de mentalidad o actitud es abismal.
Insisto. Una cosa es la teoría política, en donde en general no había ningún problema. Y otra cosa muy distinta era su praxis política, lastrada, entre otras cosas, por el defecto clericalista señalado.Tengo la antología de Ramón Nocedal y Romea, preparada por Jaime de Carlos Gómez-Rodulfo y publicada por la EDITORIAL TRADICIONALISTA en 1952. ¿Qué explicación le das a esto? ¿Por qué iban a propagar las doctrinas de un enemigo con el sello Tradicionalista?
Última edición por Martin Ant; 17/06/2016 a las 17:20
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