Tema: Trump y la orfandad de la derecha.

Con Trump aumentaron los abortos y el financiamiento público para la industria asesina de Planned Parenthood. No permitamos que la defensa de los no nacidos sea secuestrada por políticos oportunistas que sólo engañan con fuegos de artificio a los que nos oponemos al aborto.




https://twitter.com/LilaGraceRose/st...00473748316160

Da la impresión que el intercambio de opiniones se fue desmadrando.
Ante ello es acertado no continuarlas por ese carril que no conduce a buen puerto.
No es mi intención reavivar la polémica en términos belicosos.
El debate rondó en que era menos calamitoso en las elecciones de EU.
Tanto para Valmadian como para el suscripto, ante la única opción que se presentaba entre Trump y Biden, nos inclinamos por el primero, en seguimiento de lo aconsejado, por Santo Tomas y el sentido común, de obstar por un mal que se mostró en estos cuatro años como menor al de Obama, Clinton, Biden y todos sus secuaces.
Sobre todo si se pondera quienes están apoyando con toda su artillería la candidatura de Biden.
El Sr. Rubio sostiene que los dos son lo mismo y consecuentemente le da igual que el electo sea Biden.
También pone en un pie de igualdad la cuestión del aborto.
De hecho esto ultimo no es exacto.
Lo demuestran los nombramientos que contra viento y marea hizo Trump en la Corte Suprema.
La ayuda y la drástica presión que el gobierno de EU practicaba en los países Hispanoamericanos en pro del aborto cesó sustancialmente.
La que fue remplazada por el financista Soros, el FNI, y distintas ONG.
Lo mismo puede afirmarse de los grupos LGBT, y las políticas de genero.
Pero queda claro que no se trataba de embanderase con Trump ni desconocer sus desaciertos, el más grave el traslado de la embajada a Jerusalén.
EU en clave Schmittdiana es el Hostis frente a la América Romano Hispana, y lo mismo ocurre con el pensar tradicional.
No somos parte, ni nos interesa ser parte del Destino Manifiesto, de indudable connotaciones mesiánicas, veterotestamentarias, y calvinistas.
Tampoco queremos someternos a ese destino que se nos pretende imponer.
Siendo la política un arte, que en el campo de su realización concreta, varía según una serie de circunstancias de fuerzas y poderes, en el que los conflictos son permanentes (precisamente una de las tareas del político es desfacer entuertos), nos queda examinar (ante los poderosos de turno), los resquicios, las fisuras, los huecos, que nos permitan ciertos movimientos dentro de nuestras escasas posibilidades actuales.
En este sentido, es en el que pienso que con Trump hay ciertas variables, que no las tendremos con el tétrico tándem Biden-Francisco.
Con esta aclaración doy por terminada mi intervención en este espacio.