Expuesto por Luis Fernando en el Foro Santo Tomás Moro - www.ctcarlista.org
Mensaje de los obispos maronitas ante la tragedia que vive el Líbano
BEIRUT, domingo, 23 julio 2006 (ZENIT.org).- Publicamos el texto integral del mensaje que publicó este viernes la asamblea especial de los obispos maronitas, reunida bajo la presidencia del cardenal Nasrallah Sfeir, para analizar la trágica situación que vive el Líbano.
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1. Son totalmente injustificables y ilógicos los dolorosos acontecimientos que vivimos en el Líbano desde hace unos días, acontecimientos que le han paralizado, tras el bombardeo de sus pistas de aterrizaje, de la mayoría de los puentes de sus carreteras, de algunas centrales eléctricas, y de sus servicios y centros de comunicación.
El secuestro de dos soldados no justifica el desmembramiento de todo un país, la muerte de centenares de personas y que se haga pasar hambre a gran parte de una población.
2 – La situación dramática vivida por los libaneses, en particular por los que han sido obligados a abandonar sus hogares y pueblos, exige el que todos olviden sus divergencias políticas y que formen un frente común. No es la hora del ajuste de cuentas políticas, sino la hora de la solidaridad, el entendimiento y la valentía para afrontar la situación.
3 – El bombardeo deliberado e intensivo de las carreteras ha provocado el aislamiento de la mayoría de las ciudades y pueblos, en particular en el sur y en Bekaa. Ha impedido el envío hacia esas regiones de ayudas alimentarias y farmacéuticas. Por este motivo, los padres [participantes en la asamblea episcopal, ndt.] exhortan a las organizaciones humanitarias, en particular al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y a la Cruz Roja libanesa, que trabajen para que se pueda enviar a esas poblaciones alimentación, medicinas, y otros bienes de primera necesidad.
4 – La asamblea exhorta a todos los libaneses a acoger, con amor y solidaridad, a sus hermanos obligados por la guerra a abandonar sus hogares y pueblos, sin tener en cuenta la comunidad a la que pertenecen. La tragedia debe unirnos, no separarnos. Tiene que ponernos ante nuestras responsabilidades y ante las consecuencias de nuestros actos, sin llevarnos a intercambiar acusaciones.
Romper el ciclo de la violencia
5 – La asamblea exhorta a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU a acabar de una vez por todas con el ciclo de la violencia en el Líbano adoptando sin dilación una resolución que exija un alto el fuego inmediato, en consideración de los civiles inocentes, y zanjando la crisis de manera radical para que se haga plenamente justicia a todas las partes implicadas.
6 – La asamblea apoya los esfuerzos del gobierno y del primer ministro por acabar con la tragedia libanesa y por sentar los cimientos de un Estado justo y fuerte, que extienda su autoridad sobre el conjunto del territorio, que recoja todos los hijos y preserve a los componentes de la sociedad libanesa.
7 – Los padres apremian a los fieles a responder al llamamiento lanzado por el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI, a una jornada de oración y penitencia, el domingo para implorar la paz. Invitan también a todos los creyentes, sin distinción de la religión a la que pertenezcan, a elevar sus corazones a Dios, único Señor de la historia y Juez de los actos humanos, buenos y malos. A Él le pedimos que abrevie estos días de prueba y que expanda la paz en los corazones y en los pueblos.
8 – Los padres dan las gracias a los jefes de las Iglesias hermanas, a los consejos episcopales, a los obispos del mundo, que se han solidarizado con el Líbano, en esta prueba. Expresan su sincero pésame a las familias de las víctimas, desean el rápido restablecimiento a los heridos, y piden a Dios que acabe con este terrible dolor
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