¿Que qué hace “la sociedad”? : Lo que los de arriba le dicen que haga.Veamos un ejemplo histórico:
Nada menos que 89 “casos” (de terrorismo sanguinario) de parecida gravedad al de ese individuo no suscitaron ningún problema a la “sociedad” española del año 1977, cuando fueron soltados a la calle por virtud de la famosa Ley de Amnistía, con el beneplácito y la bendición de todos aquellos diputados de la primera legislatura democrática, incluidos los de UCD (partido cuyo electorado y buena parte de dirigentes lo heredó el PP posterior).
Es patético comprobar cómo, en la democracia totalitaria bipartidista, la “maldad” de las decisiones políticas queda a la interesada decisión de las cúpulas políticas del partido rival, que azuzan (o no) a (su) opinión pública para que se alborote y salga a la calle (o no) en virtud de cálculos preestablecidos por ellas.
Si la excarcelación del etarra en cuestión (o de otro), pongamos por caso, hubiera sido decretada por Aznar (bajo cualquier pretexto), la “derecha” y su electorado se hubieran callado como muertos y hasta lo hubieran “justificado” (“no tuvo más remedio…”; “él no quería, pero…”; “tenía que pasar página…” etc…)
Algo así sucedió, como digo, en 1977 con la amnistía de presos políticos (o asesinos) decretada por aquella “derecha” llamada UCD: pues en tanto que proveniente de Suárez, aquel electorado centro-derechista aplaudió aquella medida "absolutamente necesaria" para la reconciliación(o sea eufemismo para denominar a la nueva vuelta al crimen de asesinos confesos izquierdistas, a los que jamás se les exigió arrepentirse de sus fechorías pasadas sino incluso a sabiendas de que volverían a asesinar al pisar la calle, como de hecho hicieron )
O sea, que soltar en 1977 a 90 asesinos a la calle para que volvieran a asesinar... aun se alaba y se bendice hoy día como algo que fue memorable y maravilloso..., en cambio la suelta de ese terrorista etarra en cuestión es lo único imperdonable...
En fin, para acabar, por demás está decir que si aquella medida de amnistía hubiera partido de un Felipe González que hubiera gobernado en 1977, pero contrariando a aquella derecha (la UCD), ésta le hubiera tachado muy probablemente de “cómplice de los terroristas” con las campañas histéricas de rigor.
Y lo mismo por el otro bando: si Zapatero (u otro socialista) hubiera ido a la guerra de Irak, el electorado socialista nunca se hubiera manifestado en contra de esa guerra.
En fin, los misterios de la democracia.
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