No me resisto a describir una escena de la novela de Agustín de Foxá "Madrid de corte a cheka" (1937), que resulta tristemente, lo más definitorio e inmutable, de la calamidad sin remedio que ha sido y es la “derecha” en la España contemporánea :
Esto pasó en 1933, y se escribió en 1937.(La acción sucede en noviembre de 1933, en plena II República, la noche de las elecciones que dieron el triunfo a la derechista CEDA)
¡Noticias! Hemos triunfado en toda España
¡Alabado sea Dios!
¡Vaya, se acabó la revolución!
¡Ahora tenemos gobierno para 30 años!
¡Dentro de dos meses tenemos al Rey en Madrid!
El viejo duque brindó por Gil Robles, salvador de España:
¡La religión se ha salvado. Ha terminado la prueba que habíamos merecido por nuestros pecados..
Hervía "Acción Popular". Algunos jóvenes gritaban ¡Jefe, Jefe, Jefe!
Llegaban noticias de La Coruña, de Lugo y de Santander. Triunfo total.
Gil Robles empezaba a contrariarse. Parecía que pensaba:
-Es demasiado, demasiado. Yo no quería esto-
Fallaban todos sus cálculos. La victoria le perseguía, le atosigaba. Él no quería aquello. El hubiera deseado eso sí 70 diputados, ser la oposición más fuerte del Parlamento, gobernar detrás de la cortina. Pero aquello era un desastre. España se había excedido ¡Qué país!
Ahora resulta que tenia que gobernar Aquello le desazonaba, le asustaba.
Cada vez las noticias eran peores. Habían vencido en Granada, en Salamanca, en Albacete
Por la noche, algunos periódicos de derecha frenaron a sus partidarios. Hablaban de calma, serenidad, perdón de las ofensas.
Repetían el estribillo del señor Rico-Avello: "el triunfo no era tan grande, había que ser prudente, nada de manifestaciones que serian una provocación"...
En su despacho de la calle de Serrano, José Antonio Primo de Rivera acababa de escribir un articulo para "FE" que se vocearía al día siguiente, a tiro limpio, en los Cuatro Caminos.." etc.
Pasan las generaciones pero el líder de la derecha, sea el que sea, siempre es el mismo. La cobardía y estupidez de esa derecha crea y conlleva, como parásitos, a sus propios verdugos rojo separatistas, (que hasta se permitieron, para más recochineo, el lujo de llamar “fascista” a un pobre desgraciado como Gil Robles que caso único en la Historia de España -que yo sepa-, incluso ganando unas elecciones NO QUISO formar gobierno, conformándose con "controlar" gobiernos de “independientes” desde la inopia).
Bueno, pues algo así sucedería de ganar el PP.
Y, realmente menos aun, porque ya hasta sus votantes saben que no hará ni siquiera lo poquísimo que promete, y sus líderes saben que aun ni prometiendo nada ni cumpliendo nada, les votarían igual.
Y en el fondo, yo creo que no quieren ni ganar, para no tener que soportar el embolado que se les vendría encima, en tal caso.
No olvidemos que en España el motor de los dirigentes y los partidos de derecha no es el voto de castigo de sus electores (lo tienen segurísimo), sino el acomplejamiento y el pánico ante sus adversarios de izquierda, y el objetivo no es tanto agradar a su electorado, sino no ofender a la izquierda, u ofenderla lo menos posible.
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