"Voy a hablar de las leyes inmigratorias prostituidas en mi país, España y por extensión, en mi país Europa.
Yo no nací en España sino en un país sudamericano, Argentina. Como tantos argentinos soy un tutifruti europeo. Tengo más nacionalidades europeas entre mis antepasados que cualquier otro europeo de "pura raza" y ni una gota de sangre argentina nativa y lo lamento porque me hubiera gustado sentir ese amor por la tierra que tuvo un Atahualpa Yupanki. Mi educación transcurrió con un pié en Buenos Aires y el otro, "al otro lado del río" es decir con la mirada siempre puesta en Europa. Cuando oía el tango "volver" nunca pensaba en "Las callecitas de Buenos Aiires" sino en las callecitas de París, de Madrid y de Amsterdam.
La Argentina que conocí no tenía una población étnica, muy diferente a la de los EEUU, salvo por las personas de orígen africano que solo conocíamos por el cine o cuando viajabamos a Montevideo o a Brasil.
Me he preguntado siempre porqué los argentinos nunca se afincaron realmente en su país, como lo hicieron los americanos y los australianos. Creo ahora, que fue un proceso que tiene algo que ver con el progreso y el éxito mas que con el nacionalismo. Hubo una vez en la historia de Argentina, en la que estaba en el tercer puesto de los países ricos del mundo y EEUU creo que en el quinto. La Argentina era el "granero del mundo", luego EEUU comenzó a subir en el ranking y Argentina a descender.
Por supuesto que aquellos inmigrantes europeos que eligieron USA para emigrar se fueron sintiendo cada vez más a gusto y sus hijos se volvieron cada vez, más americanos, por el contrario en Argentina, se alejaron del país cada vez más, por lo menos mentalmente, y se aferraron a identidades nacionales que no tenían nada que ver con la propia realidad del país en el que habían nacido. Un ejemplo lo tengo en mi familia, un pariente mío viajó a Buenos Aires de polizón junto con Onasis, mi pariente hizo fortuna en Argentina y la perdió, Onasis en cambio siguió viaje a USA y ya sabemos como le fué.
Con ésto no quiero decir que un país sea mejor que el otro sino que los países como las gentes tienen éxitos y fracasos, decisiones acertadas o desacertadas y buena suerte o mala suerte y la gente dentro se comporta de acuerdo a ese destino.
De Argentina me fuí con mis hijos a España, podría haberme ido a Amsterdam o a París, los argentinos podemos llegar a coleccionar pasaportes, partidas de nacimiento, y permisos de trabajo de más de un país europeo, por si acaso hay que abandonar el barco antes de que haga aguas, y ésto suele ocurrir por allí, en forma ciclica, muy a menudo.
Elegí España y me enamoré de ella y me alegro de mi decisión, hoy por hoy, ya podría tener la nacionalidad alemana que sería para mí más útil, porque vivo en Alemania desde hace 15 años pero no la pido porque aquello significaría renunciar a mi nacionalidad española.
Pero… y ahora voy a la cuestion, conseguir el documento español me costó lagrimas de sangre. Por el camino quedaron mis posesiones y dinero que por candidez y desconocimiento de las leyes, me fue arrebatado por los listillos de turno, (quizás tambien por causas genéticas ya que a mis antepasados no les fué muy diferente en Sudamerica).
Tuve que trabajar en forma autonoma es decir poniendo una empresa que fuera de interés para España y que además empleara mano de obra española. Me tenía que presentar todos los años ante las autoridades, para renovar mi permiso de trabajo y guay de que por distracción hubiera colcado una mantequilla en mi bolso y no se la hubiera mostrado a la cajera del supermercado!, ya que una acusación policial podía significar la perdida de mi permiso de trabajo y por consiguiente, la perdida del título de aspirante a la ciudadanía española por adopción.
Luego de varios años de penurias obtuve la nacionalidad pero uno de mis hijos no la obtuvo al mismo tiempo que yo, y casi lo envían de nuevo a Argentina. El motivo: estuvo 6 meses internado en un hospital porque le atropelló un auto. Como ni se nos cruzó por la cabeza dar parte del hecho a las autoridades de inmigración, mi hijo contaba como ausente para ellas, a pesar de estar internado en un hospital español y de estar notificada la policía, el fiscal y el juzgado, que llevaban la acusación contra el conductor que le atropelló estando ebrio. Luego de pagar a los abogados e ir a por los juzgados, logramos esclarecer la situación legal de mi hijo, pero eso costó dinero y penurias y a mi hijo le costaron 6 meses de retraso en la obtención de su documento nacional.
En la escuela, mis hijos eran casi los únicos extranjeros y tampoco les fue muy facil adaptarse al principio. En la Universidad a mi hijo le llamaban y le siguen llamando sus amigos, cariñosamente "el sudaka", porque no había muchos sudamericanos por allí.
En todos esos años nos esforzamos por participar y conocer a nuestro país de acogida. Realmente, jamás se me hubiera ocurrido exigirle a los españoles que beban mate en vez de anís que escuchen tango en vez de flamenco, que digan "vos" en lugar de tú, que hagan sus barbacoas con carne en vez de con arroz y además de que se dejen de llamarles "barbacoas" ya que su nombre correcto es "asado".
Por el contrario, fuimos dejando el vos y adoptando el tú y con él muchas cosas mas. Ahora adoro el arroz y antes lo odiaba y además la única carne que como, es la de pescado. Este proceso de adaptación no fue motivado ni por presión social, ni por sumisión, sino más bien por agradecimiento al país que nos había hospedado y por respeto a su cultura y a sus ciudadanos. No sabía que en virtud del multiculturalismo tenía el derecho de pedirles a los españoles que cambiaran sus costumbres para que yo me sintiera mas en casa.
Me siento burlado!
En los últimos 20 años me da la impresión de que perdí el tren o de que quizas estuve en algun viaje interespacial del que acabo de aterrizar.
Veo con asombro que ahora cualquiera puede ser ciudadano español y que es igual cuáles sean los delitos que cometan, no pierden su nacionalidad. Se habla de terroristas españoles-marroquíes y España se pone a defender a "sus ciudadanos" terroristas. Cuando a mí se me otorgó la nacionalidad, el juez me dijo muy claramente que como era una nacionalidad por adopción, España tenía derecho de quitármela por delitos que considerara graves. Firmé mi consentimiento en un acta. Curioso! Yo que me cuidaba por la mantequilla en el supermercado, ignoraba que ese delito era mas grave que colocar una bomba.
Hasta donde llega mi ignorancia!
También veo con asombro que ahora se usa eso de pertenecer al movimiento de "ocupas"! Me fuí de España porque me quedé en el paro y sabía que si no conseguía trabajo, en un año nos quedábamos en la calle porque no íbamos a poder pagar el alquiler de nuestra vivienda. Jamás se me hubiera ocurrido que "todo habría sido mas fácil" si nos hubiéramos apoderado de algun piso desocupado! Mira lo que son las cosas, sólo era cuestión de atreverse y probar, yo creía en las leyes y éstas eran solamente una fachada.Como en los cuentos de Kafka, que no por nada era europeo.
Me siento como un imbécil!
Tambien vivímos dos años en una casa destartalada que obtenía agua de un pozo, el pozo se secó y había que profundizarlo y el propietario no tenía la menor intención de invertir en ello, con lo cual debíamos pedir el agua prestada a los vecinos. Sin embargo nosotros pagábamos el alquiler y reclamábamos a la justicia, porque "la ley es la ley", primero pagas y luego te quejas, así lo creía yo. Iluso de mí!
Yo creía que estaba en un país de derecho y no en un país al servicio de mis derechos, como parece que sucede ahora con la nueva ola inmigratoria en España.
Me siento estafado!
Si pudiera volver el tiempo atrás y quisiera ahorrarme sufrimientos creo que haría las cosas de otra manera. Primero me convertiría al Islam, luego pediría a mis hermanos que defiendan mis derechos y me inventen algún tipo de persecución política, más tarde, me dedicaría a disfrutar del sol, porque todo lo obtendría gratis y bien envuelto en paquete de regalo.Seguramente que al otorgarme la nacionalidad, el juez me pediría disculpas por la demora del papeleo y no me haría tantas preguntas incómodas, ni me haría firmar mi consentimiento para con reglas draconianas.
Mejor aún que tal si luego de pasarme 10 horas en el solario me hubiera subido a una patera? Seguramente que le habría ahorrado a mi familia una montaña de penurias.
No me arrepiento de lo que hice ni de cómo lo hice, hoy por hoy, puedo decir con orgullo que soy español, porque me lo he ganado y muy duramente.
También debo agradecerle a esta experiencia el haberme ahorrado años de flagelo en un convento o de romperme el trasero en el Zazen. El desprendimiento y la sensación de impotencia que me produjo el desarraigo, el desamparo y la caida en el abismo, me han hecho evolucionar espiritualmente y esa riqueza es lo único que me llevaré a la tumba.
Sólo lamento que ahora mis amigos españoles hayan cambiado, se han vuelto más hostiles y cuando les encuentras por Alemania, te tratan con desconfianza si tienes acento sudaka. Antes no era así, al oirte siempre te recordaban algún pariente que habían dejado por tus tierras y hasta te preguntaban si quizás les conocías, ignorantes de los cientos de paginas con los apellidos, González y Pérez entre otros, que hay nada más que en la guía telefonica de la Capital Federal de la Republica Argentina.
Seguramente que si volviera a España, mi vecina no tocaría a mi puerta para decirme que ha guardado mi correspondencia o para invitarme a comer los buñuelos fresquitos que acaba de rebozar.
Todos hemos perdido, veo desde la distancia a unos compatriotas españoles acorralados por una inmigración no deseada y obligados a regañadientes a cambiar una modalidad que les era innata, la hospitalidad.
Me viene a la memoria aquella fábula de la cigüeña y el lobo. El lobo invita a la cigüeña a comer a su casa y le sirve la comida en platos playos con lo cual la cigüeña solo le ve comer. Al día siguiente la cigüeña invita a su casa al lobo y le sirve la comida en un florero y es el lobo quien debe verla comer. Una fabula ejemplar en favor de la hospitalidad!
Creo que hoy por hoy deberían volver enseñarla en las escuelas, pero cambiándole la moraleja: Cuando el lobo golpee a tu puerta para comer dale la comida en un florero así se va a otra parte!
Tengo eso sí, un dejo amargo en la boca, no por las penurias que me habría ahorrado de haber procedido de otra manera, ya que como dije antes me han hecho evolucionar espiritualmente, sino porque tengo la sensación de que en estos años un elefante ha entrado en la tienda de porcelanas europeas. Un elefante está pisoteando una cultura, que durante generaciones mi familia consideró como el único valor y la única riqueza digna, de transmitir a sus hijos.
Me estan pisoteando a mis muertos y eso no lo puedo permitir! Me da igual que vosotros os consideréis más europeos que yo por haber nacido en Europa y que ahora porque se os canta, hayais decidido rematar vuestra cultura en el bazar del Califato. Aquí habrá siempre un sudaka quijotesco que se alzará para defenderla, por mis muertos y por los vuestros. Para quien guste mandar cuando llegue la ocasión…(como diría el Martin Fierro)"
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