¿Cuál es el coste real del Estado democrático?
El tema es complejo, más si se pretende darle profundidad y aportar suficientes datos, pero prefiero empezar por una reflexión sencilla. Los mayores pozos negros, sin fondo, para España son: las comunidades autónomas, y un funcionariado desmedido.
Aun conscientemente de que entre nosostros puede haber funcionarios, quisiera que lo que voy a decir a continuación no se tome como un alegato contra la función pública, yo mismo soy hijo de funcionario y trabajo como contratado público.
La cuestión sale de aquí. En el comienzo de su segundo mandato presidencial Bill Clinton, por razones de ajuste presupuestario, envió a un semestre sabático, si mal no recuerdo, al 40% de los funcionarios de USA. La medida restrictiva afectó a un millón de personas. De ahí no es nada difícil concluir que los funcionarios norteamericanos suman, o sumaban en aquel momento al menos y en cifra redonda, alrededor de dos millones y medio de ciudadanos. Y esta situación es la que hay, o había, en un país con trescientos millones de habitantes.
España, gracias a la "generosidad gubernamental" con la inmigración, ronda los cuarenta y cuatro millones y medio de habitantes. Es decir, de 6 a 7 veces menos que la población estimada de los EEUU y, sin embargo, tenemos un número de funcionarios similar al norteamericano. Si a esta monstruosidad le añadimos ese agujero negro que representan las CCAA, más un sistema impositivo insoportable, ¿cómo se puede decir que tenemos el sistema financiero más seguro del mundo? en palabritas de CETAPE ante la Asamblea General de la ONU. ¿Cómo se puede pretender que España sea más rica? ¿Cómo se nos puede pedir que gastemos más y ahorremos menos?
La pregunta es esta: ¿Qué medidas se deberían tomar ante estas realidades tan funestas?
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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