Fonte: L'esclat Digital

Tenemos muchos la mala costumbre de cuando hablamos o pensamos de España excluimos automáticamente a Portugal, Iparralde, el norte de Cataluña, o incluso a los criollos de las Américas, y nos autoimponemos el marco que en su día impusieron con malas artes los Borbones (venidos como consecuencia de la política expansionista de la Ilustración francesa)y las Cortes de Cádiz (forjadas en logias masónicas ).

En primer lugar deberíamos por entonar un mea culpa y preguntarnos qué entendemos por ESPAÑA, o las ESPAÑAS, como mejor guste. Para mí las ESPAÑAS es mi PATRIA, un ideal de PATRIA forjado en un principio por el Edicto de Leovigildo, por la conversión de Recaredo, a través de la dura epopeya que significó la Reconquista, y a posteriori cuando se custodiaron los ideales del Sacro Imperio Romano-Germánico tanto en la Vieja Europa como en el Nuevo Mundo. Es por ello que Ramiro de Maeztu decía que el camino de España no tiene pérdida posible, está claro que su Tradición está bien definida en el paso de los siglos. Si vemos que la lengua portuguesa nació en Galicia, y que Portugal como entidad política nace como una marca del Reino Astur-Leonés como el “Portus Cale” (Puerto Calero o Caladero), o que la capital de la Lusitania fue Emerita Augusta (Mérida) entenderemos de una vez por todas que Portugal no es una nación extranjera, que no es algo extraño, sino que se separó por motivos políticos, por la incapacidad del Conde-Duque de Olivares, que con su maléfica política centralista abocó a una Patria a su división. Añadir de paso que la incapacidad de Pau Claris hizo que Richelieu les arrebatara a los catalanes el norte de Catalunya, estando a punto de separarse…Con todo, es de recibo reclamar la tierra, el pueblo, la tradición, frente a los intereses político-administrativos de turno.

Hasta ahora, poco sabía que hubiera pensadores portugueses que reclamaran la unidad de la patria hispánica; cuán grata fue mi sorpresa al descubrir que, haberlos haylos. Con sus virtudes y sus defectos, pero haylos. Podemos leer a Antonio Sardinha y su La Alianza Peninsular; un libro cuanto menos interesante, pero con una serie de defectos quizás propios de sus dudas: Sardinha se ensaña con el “iberismo”. La crítica a esta corriente la puedo entender, pero como calificativo es esencialmente correcto, pues “Iberia” (en un principio fue "Keltiké") es un antiquísimo término heleno que designa a nuestra Península, que es el equivalente al latino “Hispania”.

Por tanto, es correcto pronunciarse como “iberista", “celtiberista", “hispanista”, “españolista” o como mejor guste, ya que son términos que bien nos definen. Habla de unidad hispánica pero también habla de dos nacionalidades…. Entonces no deja claro cuál es su concepto de España. España es una sola patria, que consta de varias naciones o regiones; hay que tener cuidado con el término “Nación”, ya que en su origen (del latín “nascere", esto es, “nacer") sería lo más parecido al actual “región” que no a la identificación de Nación=Estado=Patria que hace el liberalismo (error en el que cayeron algunos fascismos).

Todas las tierras hispanas están relacionadas entre sí. La Historia nos dice que bajo el Reino Astur-Leonés (de ahí nacieron Castilla y Portugal, y se forjaron la Bética y Granada), el Reino de Navarra y la Marca Hispánica (Aragón nació cabalgando entre estas dos últimas, la Marca Hispánica gestó a la Catalanidad; Murcia fue reconquista de catalanes y aragoneses para luego pasar a ser político-administrativamente castellana). No obstante, Sardinha cita como “compatriotas" al resto de los españoles, y como Maeztu, cita y alaba la labor del eminente Marcelino Menéndez Pelayo, reivindicando como él el origen galaico-lusitano del Amadís de Gaula, y exaltando en esa peculiar lírica las profundas raíces del ser portugués. Coincide en el pueblo portugués y en el pueblo bético la idiosincrasia de los santuarios y las romerías (y no se puede negar su antiquísimo origen, del paganismo al cristianismo). Resalta la figura del jesuita Antonio Vieira, un hombre de mentalidad anticentralista pero hispanista, cuyo deseo era que en Lisboa radicase la capital de Las Españas (siglos más tarde propondría lo mismo José Antonio Primo de Rivera).

Sardinha habla de unidad en diplomacia y ejército, pero nosotros hablamos claramente de unidad de Patria, defendiendo la tradicional Hispania Goda y su ideal de Lex Romana Visigothorum, sin tapujo alguno que valga. Sardinha cuando habla de España parece limitarse sólo a Castilla, craso error, pues España es mucho más que Castilla (sin desmerecer a Castilla y a los castellanos). Como bien dijo Almeida Garret, no se puede hablar de “España" o "español" excluyendo a Portugal y a los portugueses; al menos esa es nuestra idea como patriotas hispanistas del siglo XXI.

Nosotros abogamos por la natural Reunificación Hispánica, de Lisboa al Alguer, de Lasparren a Tarifa, de Gibraltar a Montpellier, por Ceuta, Melilla, las Canarias y demás islas de nuestro irrenunciable e innegociable territorio. Sardinha, al igual que su amigo Maeztu, propone la idea del Espíritu por encima de todo, fue un monárquico y católico tradicional convencido. Aún así, Sardinha comete el error de hablar "sinónimamente" de patriotismo y nacionalismo, cuando son cosas bien distintas: el patriotismo es el sentimiento natural de los pueblos, el amor por la tierra de los padres, por la tierra en la que uno nace, otra cosa sería meternos en cada ideal de patria.

El nacionalismo es una corriente nacida al abrigo de la Revolución Francesa, basada en mentiras, odios, egoísmos e insolidaridades varias. Hay que tener cuidado con la terminología. El sentido de Universalidad que se da en los antiguos patriotas hispanistas radica en una continuación del ideal del Sacro Imperio Romano-Germánico, y en la idea católica tradicional de que todos los hombres pueden salvarse, por tanto deben ayudarse a mejorar; no es igualitarismo, ni globalización, es un profundo ideal espiritual, de civilización. Con todo, me ha resultado harto gratificante el conocimiento del sentimiento hispanista de notables lusos.

Se da en Portugal un mito de enorme raigambre céltica con el Rey Sebastián, el Encubierto. Es curioso como en la España de la Guerra Civil, ese mito se repite con la figura de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española, asesinado por las hordas marxistas al igual que Ramiro de Maeztu, Ramiro Ledesma y tantos valientes patriotas. José Antonio fue de seguida adjetivado como “El Ausente”. Es curioso como todo ello coincide con la tradición céltica-cristiana del Rey Arturo.

Cervantes se encariña con Portugal en la Galatea y en Los trabajos de Persiles y Sigismunda; ese cariño es visible en Tirso de Molina, en Vázquez de Mella, en Lope de Vega…Está en nuestra Tradición. Y por supuesto, como amantes de la Tradición, debemos defender que tanto Ceuta como Olivença forman parte de Portugal.

Bien es cierto que el nacionalismo portugués está aíno de hispanofobia, pero es que el nacionalismo, como buen hijo del liberalismo, conserva ese tipo de lacras, basándose así en mentiras de corte “romántico-sentimentaloide”. Como muestra tenemos al PNV, al Ideal Andaluz del masón Infante, y a todos esos que pululan por nuestra patria. Es interesante y se agradece la postura de Sardinha cuando dice que este nacionalismo se basa en un victimista temor a la absorción por parte de Castilla…. Cuando en su tiempo Portugal intervino en la batalla de Toro a favor de Juana la Beltraneja, Castilla sí se inmiscuyó en los asuntos de Portugal, pero no está Portugal exento de ello….No se puede juzgar a Castilla y a los castellanos en base a la política del Conde-Duque de Olivares, como tampoco se puede juzgar a los vascos si nos basamos en Arana.


Antonio Sardinha. La Alianza Peninsular

Dedicatoria del libro:

“A la memoria de aquellos soldados españoles que, regando con su sangre anónima las peñas de Marruecos, supieron dar vida, en un siglo sin esperanza, a toda la grandeza histórica de Portugal”.

Extractos de La Alianza Peninsular :

“Hoy, como ayer, en la incapacidad de valorizarse internacionalmente, reside para España, sin duda, el atractivo de su acuerdo con Portugal”.

“Sobre todo por las razones sumariamente expuestas por Charles Maurras, al señalar la influencia que las reinas significan siempre a favor de su país de origen, es por lo que hubo una unidad hispánica, y por lo que la unidad hispánica se hizo posible Y me es dulce a mí, en mi prolongado destierro, recordar el surco luminoso que en Castilla dejara tantas y tantas de mi raza. Refiérese Charles Maurras al “ grado de civilización que las relaciones de parentesco introducían antaño en la agitada vida de los pueblos”.

“El embate de los intereses nacionales es siempre corregido por la ley eterna de la Sangre y de la Historia , que nos hace encontrar a cada paso portugueses sirviendo bajo las banderas de Castilla y españoles haciéndolo bajo las de Portugal, y la regla que domina en las relaciones entre los dos pueblos es la de una cooperación que tiene tanto de amistosa como de espontánea”.

“Iniciada por la política matrimonial de los Reyes Católicos, esa cooperación amistosa entre España y Portugal se traduce bien pronto, y provechosamente, en la represión de la piratería berberisca, con nuestra marcha, a la conquista de Túnez. Cuéntase que Carlos V, viendo el valor de la escuadra mandada por el infante Don Luís, no pudo menos que exclamar que si fuese señor de Lisboa en poco tiempo lo sería del mundo entero. El reconocer la importancia de Portugal como factor imprescindible para que la Península (Ibérica) colocada entre dos mares, se defienda e imponga por los medios que sólo el poder naval le ofrece, está del todo definido en la frase del Emperador”

“La Casa de Avís transmitió a los Austrias Españoles su herencia, tanto física como moral. Sello admirable de nuestra raza, en todo se manifiesta demostrándonos cómo coincide con esa época de periodo de expansión plena del genio portugués”.

“Realmente, la Historia de Portugal, en el siglo XVI, vibra llena de resonancias castellanas, a su vez la Historia de Castilla es un eco constante que repite con orgullo el nombre de Portugal”.

“En Tirso de Molina casi representa nuestra patria el único tema inspirador de sus obras. Ahora mismo, el lusofilismo de Tirso es transparente de intención y cariño para con nosotros”.

“Relacionando los hechos con las causas que los determinan y concatenan, habremos de reconocer que la hegemonía de Castilla en la Península (Ibérica) terminó con la batalla de Toro. Si el partido de Doña Juana hubiese allí vencido, Castilla estaría hoy unida a Portugal, emprendiendo entonces con nosotros la conquista del Imperio de las Aguas. Venció el partido de Isabel, y a fin de cuentas, quien venció fue Aragón, que arrastró a Castilla consigo para los subsiguientes conflictos de Italia y de la Europa Central”.

“La política marroquí de Don Sebastián era no sólo la verdadera tradición política portuguesa, sino que representaba la reacción contra el abandono de las plazas de África, iniciado en el reinado anterior. Camoens, uno de los más libres y esclarecidos espíritu del Renacimiento, una de las más poderosas inteligencias de su tiempo y el más genuino representante de la tradición nacional, defendió, preconizó y hasta impulsó esa política en estrofas inmortales”.

“(La Península Ibérica) empezó a sumirse en un largo eclipse, que todavía no terminó, y que sólo encontrará fin cuando la alianza peninsular vuelva a restaurar el perdido sentido de la vieja unidad hispánica”.

“Constituiría un desfile curiosísimo la simple enumeración de las leyendas y personajes portugueses que ilustran el teatro español desde Lope de Vega. Calderón y Tirso de Molina a Vélez de Guevara, Agustín Moreto y Joao de Matos Fragoso, éste (último) portugués de nacimiento, a pesar de ser toda su obra en castellano. El trazo principal que en estos autores destaca el carácter portugués es el del enternecimiento, el del amor”.

“Nos encontramos, de este modo, encarados con el problema del Lirismo, cómo siendo la línea madre de nuestro ethos, la más invencible de todas las razones de nuestra profunda vida nacional. El examen de la cuestión nos llevaría muy lejos. No dejaré, sin embargo, de recordar que si el genio castellano influyó en la literatura europea, a través de sus formidables creaciones teatrales y novelescas, no dejamos nosotros de influir menos, dando a luz una forma típica de sensibilidad que viene desde el Amadís de Gaula—cuyo origen galaico-lusitano reconoció el insigne Menéndez y Pelayo—y es continuada después por Menina e moça, de Bernardim Ribeiro”.

“Mientras a Francia se engendró como expresión social de una categoría bastarda, la innoble mentira de la “bondad natural” (El buen salvaje ), en Portugal, dentro del ruralismo fundacional de la grey moradora de las orillas del Atlántico, se logró la suprema creación del Encubierto, salvador de su pueblo oprimido”.

“¡Cómo se mutila la historia de Portugal, si nos obstinamos en considerarla como aparte de la historia restante de la Península (Ibérica)”.

“Portugal, unido a Castilla en Monarquía dualista, no tardaría en desembarazarse del centralismo opresivo del Conde-Duque (De Olivares), recobrando su antigua forma de Estado autónomo. Es un paréntesis doloroso, que, si trajo ruinas y desmembración a Portugal, no trajo a Castilla resultados menos desastrosos. Como experiencia fue bastante para que quedase bien demostrado que la unidad hispánica no reside, ni residirá nunca, en violentos términos de incorporación y conquista”.

“La unidad entre España y Portugal es más moral que física, más espiritual que histórica”.

“La hermandad de España y Portugal, precisamente por ser una hermandad de las más estrechas y legítimas, no podía reducirse nunca a un estado único”.

“Menéndez y Pelayo notaba con rara agudeza crítica que: “ El ideal que reflejan es el que corresponde a un pueblo de pequeños agricultores, dispersos en caseríos, y que tienen por principal centro de reunión santuarios y romerías “ Aquí nos encontramos nuevamente con el lirismo, diferencial eterna del lusitano dentro de la universalidad peninsular”.

“Sólo en el noroeste peninsular se debe buscar el frondoso árbol lírico, que después vino a florecer por toda Europa”

“Aferrada a la tierra, defendiéndose por su raigambre de tropel de invasiones que iban y venían, la raza del Occidente peninsular, cuando la Reconquista llegó, se hallaba ya secularmente presa al suelo natal, por merced de una especial tendencia agraria que se expresó pronto en instituciones inolvidables, dando lugar a formas sociales, anteriores en todo a las que el Renacimiento Neogótico acabó por imponerse más o menos al resto de la Península (Ibérica )”.

“Obcecado por el espejismo erudito del “ ligurismo“, Martins Sarmento iba a pedir fuera la explicación de hechos pasados en la Península (Ibérica) Se daba por el testimonio de Estrabón que lusitanos, galaicos, astures y cántabros se emparentaban estrechamente en las costumbres y en las instituciones. ¿Qué más se necesita para qué quede probado suficientemente nuestro punto de vista?”

“Correspondía (refiriéndose a Portugal) en toda su amplitud un fondo étnico caracterizado por diferencias que, si lo aproximaban a las demás poblaciones hispánicas, le imprimirían todavía un particularismo universal suyo, que no dejaba por otro lado confundirlo enteramente con ellas”.

“No se extrañará, pues, que el Sebastianismo marque, en relación al alma lusitana, lo que el quijotismo en igual y dramático sentido, marca, en relación, al alma castellana “.
“Tomados por consiguiente, el sebastianismo y el quijotismo como éticas diversas, necesariamente tenemos que tomar como diversos los dos gremios, hijos de raza y de medio, que así encontraron expresión inmortal”.

“Castilla se fundó y dilató por la guerra, por el acto sistemático de la (Re)conquista”.

“El conde de Gobineau, preocupado con sus etnicismos místicos, consideraba al Amadís de Gaula como la flor más elevada idealidad humana”.

“Fijándonos en la manera como en el Quijote se trata al Amadís, podemos admitir que el hidalgo manchego es una proyección aislada del caballero portugués”.

“Ocupada por Francia la más hermosa parte de Marruecos, si el imperialismo francés viene a radicar y desenvolverse en la cabecera de África, una grave amenaza se constituiría allí para el futuro de toda la Península Ibérica, que, colocada entre la Francia de Europa y África, quedaría convertida en una simple tierra de paso. Con inspirada razón declaraba Vázquez de Mella en una reciente conferencia, en Burgos, que la guerra de Marruecos era para los españoles una especie de guerra civil”.

“La inmensa alma patética de España se materializa para mí en ese cuadro del Greco, El entierro del Conde Orgaz”.

“Con su profunda clarividencia histórica, Oliveira Martins ya acentuaba bien la unidad de esa civilización, a la que llamó ibérica, sacrificando a los mitos intelectuales de su tiempo. Llamémosle nosotros hispánica, recogiendo de Camoens el sentido superior que la palabra “hispanismo” debe conferir”.

“El Cristianismo es, en el alma de las gentes hispánicas, algo propio, algo como una estratificación racial”.

“La Latinidad, en sus componentes, es únicamente la suma del influjo religioso y moral del Cristianismo; ligada a las virtudes nativas de los pueblos hispánicos”.

“Todos los elementos del puritanismo que facilitan la victoria del capitalismo pertenecen a la religión judaica, principalmente a su práctica e interpretación talmúdica”.

“Se deduce, pues, de cuanto viene afirmado, que el uso literario del castellano no significaba debilitamiento del espíritu nacional. La conciencia de la unidad hispánica existía con raíces en el alma colectiva y el bilingüismo habitual de la gente culta no veía, entre nosotros, en el castellano, sino una lengua hermana, en la que la nuestra se ampliaba y difundía”

“Hoy, como ayer, el sentido de universalidad de nuestro genio toma cuerpo real en la asamblea augusta de los pueblos y de la raza”.

Oliveira Martins :
“As Lusiadas son el testamento político de España”

Almeida Garret :
“Ni una sola vez se hallará en nuestros escritos la palabra “español” designando exclusivamente al habitante de la Península (Ibérica) no portugués. Mientras Castilla estuvo separada de Aragón, y ya mucho después unida a León, etc, y nosotros y las demás naciones de Las Españas, aragoneses, granadinos, castellanos, portugueses, y todos éramos por propios y extraños llamados españoles; así como aún hoy llamamos alemán indistintivamente al prusiano, sajón, hannoveriano o austriaco, y como el napolitano, el milanés, el veneciano y el piamontés, indistintamente reciben el nombre de italianos. La fatal pérdida de nuestra independencia política después de la batalla de Alcazarquivir dio el título de Reyes de Las Españas a los de Castilla y Aragón, quienes lo conservaron aun después de la gloriosa Restauración de 1640. Pero españoles somos y de españoles nos debemos de preciar cuantos habitamos en esta Península”.

Camoens:
“Eis aquí se descobre a nobre Espanha como cabeça ali de Europa toda”

“Com naçoens differentes se engrandeçe,
cercadas com as ondas do Oceano,
todas de tal nobleza, e tal valor,
que qualquer dellas cuida, que ha melhor…

O Tarragonez, que se fez claro…,
Sujeitando Parthenope inquieta,
O Navarro; as Asturias, que reparo,
Já forâo contra a gente mahometa,

O Gallego cauto, e o grande, e raro,
Castellano, a quem fez o seu planeta,
Restituidor de Espanha, e senhor della,
Bethis, Leao, Granada com Castella “.

Tirso de Molina:
“Es Lisboa una octava maravilla”.

Juan Vázquez de Mella:
“Siento un intenso afecto al pueblo hermano y no le consideré ni por un momento algo extraño a mi Patria”.

Monís Barreto:
“Pero Portugal está interesada, no sólo en vivir en paz con España, sino en trbaar con ella relaciones de amistad y alianza”.
“la unión de pensamiento y de acción e independencia de gobierno, es a nuestro modo de ver, la fórmula actual, sensata y práctica del iberismo”
"España sigue la tradición de su gloriosa Historia”.
Martins Sarmento:

“Para completar su obra, no sería extraño que los druidas sembrasen la promesa de un libertador. No hay noticias de este mesianismo en la Galicia; pero vamos a encontrarlo en la Cantabria, donde menos se esperaba. Cuando Galba subió al trono, se vio en él al libertador del mundo, profetizado dos siglos antes de Galba; Hispania era todavía independiente. El Noroeste de Hispania fue tal vez el refugio de muchos ligures de la Galia e Inglaterra. Viene de algunos de estos países el misterioso mesianismo de los cántabros”.


Carlos Malheric Dias- Exortaçao a mocidade:
“Nuestra familiar convivencia con España sólo puede parecer peligrosa a aquellos en cuya alma tibia se debilitó el altivo e intransigente sentimiento de la Patria”.

Rafael Altamira:
“España ha recogido a la caída del Imperio Romano, la cultura clásica, y ha contribuido eficazmente a mantener su tradición en Europa durante algunos siglos: San Isidoro, la Lex
Romana Visigothorum. Ha recogido y difundido en la Edad Media la cultura antigua que los musulmanes se asimilaron, y la que éstos y los judíos produjeron en diferentes órdenes de la ciencia y de la literatura: Toledo, Alfonso X. Ha contribuido notablemente a salvar Europa del peligro musulmán: la Reconquista, luchas en Hungría, el Mediterráneo y África.
Ha colonizado y civilizado casi toda la América y parte de la Oceanía, y le corresponde una parte considerable en los descubrimientos geográficos que han completado el conocimiento de la Tierra, con sus consecuencias extraordinarias en orden a las ciencias naturales, físicas, y al aprovechamiento de nuevos productos.
Ha impulsado el desarrollo de la cartografía y de las ciencias aplicadas a la navegación, difundiendo sus obras de esta especie en otros países que lo aprovecharon.
Ha puesto sus bases, con los trabajos de sus crónicas y viajeros en América y Oceanía, de la filología y la sociología de los pueblos del Nuevo Mundo, y ha iniciado con Hervás, los estudios de lingüística comparada.
Ha dado al mundo el ejemplo de un sentimiento inquebrantable de independencia, concurso a la obra de las nacionalidades modernas.
Ha reconocido, como nadie, el derecho humano que corresponde a los llamados “ pueblos inferiores “de quienes son las Leyes de Indias el más alto ejemplo de legislación amparadora y tutelar”.
Ha creado una literatura realista y un teatro modelo de su especie, así como un alto ideal literario (Don Quijote), hecho “ humano “ por el reconocimiento de todos los pueblos y de todas las épocas, así como un realismo “ pictórico", y en general, plástico, que será siempre educador de artistas: Velázquez, nuestra escultura indígena.
Las cualidades generosas, caballerescas, románticas, en el buen sentido de la palabra, liberales y hospitalarias de su espíritu, sobrias y honradas de sus costumbres, significan una corrección viva, siempre saludable, del espíritu egoísta, mezquino, utilitario, al que con demasiada frecuencia arrastran las necesidades materiales de la vida y la codicia de los hombres”.

J.Francisco V.Silva
Reparto de la América Española y Panhispanismo:
“El espíritu se ensancha cuando mira que desde los Pirineos a Magallanes, y desde Magallanes al Río Grande, se acota en el mundo, y con el gran Océano como Mare Nostrum, todo el contenido territorial de la civilización hispánica”.
“Se muestra bien patente el proceso de adulteración sistemática, tanto histórica como política, que se empeña en robar a la Península (Ibérica), a la madre Hispania, el florón más rutilante de su corona gloria”.

Ricardo Jorge:
"(…)chamese Hispania a peninsula hispano ao seu habitante ondequer que demore, hispanico ao que lhez diez respeito"

Maria Carolina Michaelis de Vasconcelos :
“Hispanis omnes sumus".

Ernesto Giménez Caballero:
“Ni separatistas ni separadores “.

“¡Sed Católicos e Imperiales¡”.
Gracias a Alonso de Ojeda.