[FAROagencia] Lisboa, 11 febrero 2007. Cuando se escriben estas líneas faltan unas pocas horas para la apertura de las votaciones sobre la posible despenalización del aborto en Portugal. Convocado por el Presidente Aníbal Cavaco Silva, el referéndum ha de tener lugar este mismo domingo.
En otro referéndum en 1998 se había rechazado tal medida. Como es costumbre entre los promotores de la matanza de inocentes y de otras medidas contra la vida, la sociedad y la familia, tras las grandes inversiones en publicidad abortista y la presión mediática y política se convocan nuevamente referenda, tantas veces como sea necesario para hacer aprobar la medida progresista. Una vez conseguido, no vuelven a convocarse... El cambio de opinión en favor de la vida de los no nacidos no está previsto por el Nuevo Orden Mundial. En 1998 se declaró inválido el referéndum negativo, alegando la gran tasa de abstención. ¿Recordaremos los referénda sobre el Tratado Constitucional Europeo, como ejemplo contrario?
Desde el resto de España, los negocios abortistas y los grupos feministas y demócratas han ejercido presiones e invertido considerables sumas de dinero para obtener un resultado afirmativo en este referéndum. De acuerdo con la pregunta planteada, si triunfase el sí, el aborto provocado quedaría despenalizado (eufemismo por legalizado, como saben en España) si se realiza "a petición de la mujer, dentro de las diez primeras semanas de embarazo en instalaciones legalmente autorizadas para practicarlo". De hecho se trata de una ampliación: desde 1984 la legislación portuguesa admite el aborto provocado en caso de violación o si hay algún riesgo para la madre (algo médicamente casi imposible en la actualidad), durante las doce primeras semanas de gestación. Es decir: se van dando pasos hacia el mismo aborto libre de hecho que so capa de despenalización impera en el resto de la Península.
Animamos a nuestros lectores portugueses a no cejar hasta el último momento de obtener votos negativos. Portugal debe quedar libre de la peor mancha que ha caído sobre el resto de las Españas del viejo mundo, uno de los crímenes que claman al Cielo venganza.
Sea cual fuere el resultado, ningún referéndum legitima el asesinato de un inocente. Y eso es exactamente lo que siempre es el aborto provocado. Su legalización, en cambio, legitima --dentro de la moral y de la prudencia-- cualesquiera acciones para impedirlo.
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