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Tema: Thor Heyerdhal y las Piramides de Güímar

  1. #1
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    Thor Heyerdhal y las Piramides de Güímar





    La prestigiosa Encyclopaedia Britannica concede al noruego Thor Heyerdahl tres veces más espacio que a Roald Amundsen (primer hombre en alcanzar el Polo Sur), el doble que a Sir Edmund Hillary (primer escalador en coronar la cima del Everest, la montaña más alta de la Tierra) y unos párrafos más que a John Hanning Speke (descubridor del Lago Victoria y de las fuentes del Nilo).
    Heyerdahl ha ocupado la portada de la revista National Geographic en varias ocasiones, y de sus libros, traducidos a más de veinte idiomas, se han vendido millones de ejemplares. En una de sus biografías, el escritor e historiador Christopher Ralling le define como "el viajero más imaginativo del último siglo". En su país es un héroe, y en la sede de la Royal Geographic Society de Londres le recuerdan como "el último de los grandes aventureros románticos".
    Heyerdahl escucha el sermón sin inmutarse. De pronto sacude vigorosamente su corpachón de 82 años, recio como el de un viejo elefante, y sonríe mientras trata de quitarle importancia a una biografía sembrada de hazañas. "Me considero una persona muy afortunada. Hoy día la exploración resulta muy cara, porque vivimos en un mundo donde para sobrevivir tienes que escuchar la voz de los patrocinadores. Yo he tenido la inmensa suerte de no necesitar nunca dinero de nadie. La Universidad de Oslo me llevó en 1937 a las Islas Marquesas, en la Polinesia, y desde entonces he vivido de las ventas de mis libros. Aunque la verdad es que jamás he tenido dinero en el banco. Ahora la competencia es enorme. Los exploradores actuales tienen que ser tan buenos en los despachos como en el mar o en la montaña". El rey sin corona del Pacífico no da demasiada importancia a los asuntos materiales. Piensa, como Joseph Conrad, que una tarea emprendida con espíritu aventurero adquiere un valor legendario.
    El explorador vivo más importante de todos los tiempos reside en Tenerife, en una casa sencilla protegida del sol por un árbol majestuoso. Lejos, muy lejos del Pacífico. En este océano de equívoco nombre vivió una de las aventuras más grandes de la historia de la Humanidad: el viaje transoceánico de la Kon Tiki. Más tarde tuvo una experiencia similar en aguas del Atlántico a bordo del Ra, y, en el final de su carrera como marino suicida, navegó con el Tigris por el Mar Rojo. En los escasos periodos libres que le dejaron estos atípicos viajes obtuvo tiempo para vivir como un nativo en las Marquesas, organizar equipos para rescatar los moais de la Isla de Pascua y estudiar las pirámides de Tucume. Pero no nos equivoquemos, el Heyerdahl actual no es la sombra de un retrato sepia colgado en la pared de alguna rancia sociedad geográfica. Dicen que cuando los exploradores quieren descansar se ponen a trabajar, y Heyerdahl no es una excepción. Se encuentra embarcado en un ambicioso proyecto: rescatar del olvido unas edificaciones guanches enterradas en Güimar, Tenerife, y construir junto a ellas un museo.
    La biografía de este hombre de mirada intuitiva dice que se interesó a una edad muy temprana por la zoología, la bacteriología y la química, y que tras una sólida formación humanística profundizó en los estudios de etnología histórica. Sólo la guerra fue capaz de interrumpir su actividad. Sirvió en una unidad paracaidista de la aviación noruega, donde se curtió físicamente y conoció a buena parte de sus futuros compañeros de correrías. Sus amigos dicen que es incansable, cabezota y divertido, y que si no hubiese destacado como explorador habría sido el mejor en cualquier otro aspecto.
    Thor Heyerdahl (6 de octubre de 1914, Larvik, Noruega) pasará a la historia como el hombre de la Kon Tiki. Él es el lunático que en 1947 se embarcó con otros cinco hombres en una balsa de troncos y navegó desde la costa de Perú hasta la Polinesia sólo para demostrarle a la Humanidad que el origen del pueblo polinésico estaba en Suramérica. La sabiduría del etnólogo y el valor del explorador forjaron la aventura más formidable de nuestro tiempo. Los dones descriptivos y su sutil sentido del humor convirtieron al navegante en un narrador notable, capaz de escribir un clásico de la literatura de viajes: La expedición de la Kon Tiki (Editorial Juventud). "Entre 1937 y 1938 estuve en las Islas Marquesas estudiando como biólogo de la Universidad de Oslo las migraciones transoceánicas de los animales. Este trabajo me hizo posible atravesar la barrera, en esa época un muro, que existía entre la biología y la antropología", recuerda. "Todos los textos que yo había estudiado en la biblioteca privada más grande del mundo sobre la Polinesia, que está en Oslo, coincidían en afirmar que las balsas de los pueblos suramericanos no podían navegar por mar abierto. Además, un investigador de la Universidad de Harvard especializado en técnicas de navegación precolombinas aseguraba que antes de Pizarro ningún sudamericano pudo viajar más de dos semanas porque la madera de las balsas de la época se habría hundido. Pero yo analizaba argumentos genéticos muy obvios, como que algunas plantas (batata, piña, papaya...) y animales de las Marquesas eran, antes de la llegada de los europeos, de origen sudamericano. Seguramente los había llevado el viento. Pero yo sabía que el hombre sólo era otro animal, y que podía moverse de igual manera. Podía haber navegado desde Suramérica a la Polinesia".
    Heyerdahl presentó su hipótesis a las instituciones científicas más importantes del mundo. Muy pocos leyeron su teoría, y los que lo hicieron se burlaron sugiriéndole que fabricase una balsa y realizase el viaje "sin ayuda exterior, desde Perú a las islas de la Polinesia". Dicho y hecho. Nueve gruesos troncos unidos con cabos de cáñamo, sin clavos, espigas metálicas o alambres, sostenían un mástil de madera de mangle y una vela de apenas cinco metros cuadrados. La Kon Tiki se construyó en los astilleros de El Callao, en Perú, y se botó el 27 de abril de 1947. Noventa y siete días y 6.435 kilómetros después se había convertido en una leyenda.
    "Mi teoría de la migración, como tal, no quedó demostrada con el éxito de la expedición", reconocía Heyerdahl en la crónica del viaje. "Lo que sí probamos es que las embarcaciones de balsa sudamericanas poseen cualidades hasta ahora desconocidas por los hombres de ciencia modernos, y que las islas del Pacífico están situadas muy al alcance de las embarcaciones prehistóricas de Perú. Los pueblos primitivos son capaces de hacer travesías inmensas por el mar abierto. En el caso de las migraciones oceánicas, el factor determinante no es la distancia, sino el hecho de que el viento y las corrientes tengan o no el mismo curso general día y noche, durante todo el año. Los vientos alisios y la corriente ecuatorial van hacia Occidente debido a la rotación de la Tierra, y ésta no ha cambiado nunca desde que existe el hombre".
    Kipling escribió: "Hay algo perdido más allá de los montes. Algo perdido te aguarda. ¡Ve!". Heyerdahl siguió el consejo del autor de El Libro de la Selva y, de alguna manera, inventó una nueva forma de exploración. Hoy los viajes por mar realizados en reproducciones de antiguas embarcaciones se han convertido en algo habitual y aburrido. Heyerdahl ha sobrevivido a sus herederos y se ha convertido en uno de los hombre que más ha ayudado a ampliar los horizontes del mundo."Un explorador es sólo un viajero. Pero un viajero muy preparado, que sea o bien valiente o bien inconsciente, y que esté dotado de mucha intuición. Que analice las cosas, que sepa leer en los movimientos de un animal o en el giro de los vientos". Seguramente por este motivo los ojos de Heyerdahl permanecen siempre muy abiertos. Y es muy posible que por esta eterna costumbre de estar siempre alerta localizase, en mitad de la desolada penuria de los campos que bordean la población tinerfeña de Güimar, unas curiosas edificaciones en forma de pirámide. Hoy sueña con hacer de esta isla un museo, un homenaje a la civilización guanche.
    Saliendo de Santa Cruz de Tenerife en dirección sur, y cuando apenas se han recorrido 20 kilómetros, hay que desviarse en un cruce hacia Arafo para alcanzar luego La Hidalga. Muy cerca está el centro de Güimar, en cuya parte alta descansa el barrio de Chacona. Un recorrido muy sencillo que puede convertirse en un auténtico viaje en el tiempo. En ese terreno de apenas 70.000 metros cuadrados se levantan los restos de un imperio. "Si estuvieran rodeadas de vegetación y escuchásemos a los loros pensaríamos que estábamos viendo las construcciones mayas de México y Guatemala", sueña en voz alta un curioso asomado a la verja metálica que delimita el terreno. Heyerdahl finge no haber oído y comienza a hablar para quien quiera escucharle: "Tengo un gran interés por estos viejos canarios desde hace mucho tiempo. Concretamente desde que en los años cincuenta vi un dibujo italiano en el que dos hombres de largas melenas rubias luchaban sobre una plataforma de piedra. Incluí a los dos guanches en mi primer libro científico, publicado en el 52, y decidí profundizar en el tema, puesto que en esa época yo viajaba mucho por Europa para difundir mi teoría de las migraciones transoceánicas. Ahora estoy convencido de que llegaron desde África navegando, guiados por el Teide. Y de que estas viejas pirámides de hasta doce pisos de altura las construían para realizar ceremonias y para acontecimientos sociales".
    Hasta que el explorador noruego fijó su atención en ellas las pirámides estaban abandonadas. Arrancaban sus piedras talladas para construir muros y amenazaron con levantarlas para trazar una carretera. Fred Olsen, hombre de negocios aficionado a la arqueología y amigo de Heyerdahl, le ofreció el dinero para comprar los terrenos y poder avanzar en el conocimiento de la zona.
    El llamado Parque Etnográfico de las Pirámides de Güimar debería haberse inaugurado a finales del pasado año. Pero el legendario viajero tuvo que enfrentarse a la burocracia y los intereses políticos. "Nos decían que aquello no tenia ningún valor, pero no nos mandaban los permisos de excavación", recuerda. El proyecto, que constará de diversas fases (museo, exposiciones, proyecciones...), pretende "invitar al visitante a un viaje por las relaciones culturales de los pueblos y sus orígenes".
    Explorador, científico, escritor... ¿Y ahora empresario, como sucede con la mayoría de modernos aventureros? "No, no, seguro que no", se apresura a decir. "Pero las tres primeras cosas sí. Prefiero mi faceta de escritor, es algo que siempre he hecho. Pero recuerde que nunca he cogido dinero de ninguna institución. Quiero que la población local tenga un trato especial en el museo, pero que los turistas paguen por entrar. Una parte de los ingresos se invertirán en el mantenimiento de las instalaciones, y los beneficios, en un fondo administrado por un comité formado por científicos profesionales, uno de los cuales deberá ser siempre de Canarias. Este comité decidirá dónde se invertirá ese dinero, siempre basándonos en los estudios del origen y desarrollo de las culturas del mundo".
    Heyerdahl es partidario de "reescribir los libros de Historia". Hace menos de un año sorprendió al mundo con unas revolucionarias investigaciones, gracias a las cuales llegó a la conclusión de que Cristóbal Colón había llegado a América en 1467, y no en la fecha oficial de 1492. "Después de estudiar documentos y mapas antiguos de diversos archivos, creo que Colón participó en calidad de cartógrafo en una expedición financiada por Portugal y Dinamarca para dibujar los mapas del estrecho que separa Groenlandia de Canadá", afirma. "Veinticinco años después Colón sabía a dónde se dirigía. Puso rumbo sur, hacia estas islas, para atravesar el Océano Atlántico en línea recta".
    Siempre que no está de viaje procura llevar una vida ordenada, y enterarse de hacia dónde gira el mundo. "Ahora estoy muy interesado por los movimientos ecologistas. Están ayudando a abrir los ojos del mundo. Sólo tenemos un planeta, y no podemos ser tan estúpidos de destruirlo antes incluso de conocerlo totalmente".

    TRES EXPEDICIONES
    KON TIKI
    RA (I YII) TIGRIS

    http://www.elmundo.es/larevista/num81/textos/thorb.html

  2. #2
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    Re: Thor Heyerdhal y las Piramides de Güímar

    'Historia 16' derriba las pirámides de Güímar

    Mientras Nacho Ares, director de Revista de Arqueología, plantea en serio en su último libro, La historia perdida II, que en la estela de Naramsin puede aparecer un platillo volante, la veterana Historia 16 (Nº 332, diciembre 2003) da el golpe de gracia a las denominadas pirámides de Güímar. Cornel M.A. van Strijp desmonta el cuento elaborado por los fabricantes de misterios desde 1989 alrededor de unas construcciones, levantadas en Tenerife, que no son más que amontonamientos de piedras hechos por los lugareños en los siglos XVIII y XIX para liberar suelo cultivable. El fraude de Güímar contó en su época con el apoyo del fallecido explorador noruego Thor Heyerdahl (1914-2002), quien, animado por el naviero Fred Olsen, apadrinó un parque temático en el que se defiende que las pirámides canarias son el eslabón geográfico entre las egipcias y las centroamericanas. Hace unos años, visité el Parque Etnográfico de las Pirámides de Güímar -abrió sus puertas en 1998- y comprobé in situ hasta qué punto se tergiversa la Historia en ese centro. Sus impulsores mantienen, por ejemplo, que las construcciones pirámidales surgieron hace 10.000 años, de la noche a la mañana y simultáneamente en Egipto y América Central, entre otros lugares. La realidad es que las más antiguas piramides americanas tienen poco más de 2.000 años y las egipcias unos 4.500. Pero ésa es la realidad, como lo es que Güímar se ha convertido en punto de reunión habitual de charlatanes y que desde las instituciones locales se ha animado a los centros escolares a organizar excursiones al parque. Van Strijp deja todo claro en "La verdad sobre las pirámides canarias", un texto ordenado y sólidamente cimentado en documentos y hechos perfectamente datados. Otros autores llevan años denunciando el engaño, pero nunca se había hecho en las páginas de una revista de historia. Y eso es algo que celebrar en una época en la que reputados especialistas siguen integrando el comité científico de Revista de Arqueología -da igual que en sus páginas se incluya un elogioso reportaje sobre las pirámides de Güímar y se busquen la Atlántida y el Arca de Noé- y los historiadores mantienen un vergonzoso silencio sobre la emisión en Televisión Española (TVE) de la serie Planeta encantado, en la que Juan José Benítez tergiversa el pasado una semana tras otra.
    Escrito por Luis Alfonso Gámez a las 11:41 amVer/Hacer comentario (17)

    http://blogs.elcorreodigital.com/ind...ramides_de_gui

  3. #3
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    Re: Thor Heyerdhal y las Piramides de Güímar

    Libros antiguos y de colección en IberLibro
    Las Piramides de Guimar


    A partir de 1991, las pirámides escalonadas de Güímar fueron investigadas por el famoso antropólogo noruego Dr. Thor Heyerdahl, quien las consideró parecidas en estilo a otras en Méjico, Perú y la antigua Mesopotamia

    El Parque Etnográfico 'Pirámides de Güímar' le ofrece la posibilidad de visitar estos interesantes monumentos, y le muestra las diversas teorías de los orígenes y la difusión de las antiguas civilizaciones




    Los arqueólogos y las autoridades se mofaron cuando un periódico local publicó un artículo diciendo que habían descubierto unas misteriosas pirámides escalera en la isla de Tenerife. Son sólo terrazas agrícolas, dijeron, muy comunes en todas las Islas Canarias.

    Pero Thor Heyerdahl pensó diferente. El Dr. Heyerdahl, quien ya había hecho una extensa investigación de las pirámides de Tucume en Perú, estaba intrigado por las fotos de este sitio, y cuando visitó el valle de Güimar para verlo por sí mismo, se quedó sin dudas.


    Estas no eran terrazas ni escombros de piedras colocadas al azar del trabajo llevado a cabo por los Españoles, la explicación dada por muchos. Eran pirámides construidas con mucho trabajo utilizando principios similares a las de Méjico, Perú y la antigua Mesopotamia. El Parque Etnográfico de las 'Pirámides de Güimar' le ofrece la posibilidad de poder visitar estas raras e interesantes estructuras, y le ofrecerá teorías referentes a la posible difusión de las antiguas civilizaciones.

    Además de las pirámides de 6 escaleras, el parque entográfico ofrece también el museo Casa Chacona, una replica de tamaño real de la balsa RA II, Auditorio/Cine, cafetería y un comercio de recuerdos ecológicos.






    http://www.gruponexocanarias.com/ten...s/lugares7.htm

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