Respuesta: Condena del pacifismo
Esa "pibita" no es católica. Es decir, formalmente sí porque estará bautizada, más aún hasta es posible que lleve encima algún signo cristiano y hasta cabe que rece a su manera, pero eso no la hace católica.
Respecto al Carlismo no tiene ni la más remota idea de lo que es, no sabe nada de lo que habla. Empecemos porque lo ve desde muy lejos geográficamente hablando. Continuemos porque no lo ha vivido ni en su familia, ni en la Historia de España. Y acabemos en el hecho de que no lo entiende.
La respuesta a ese "pacifismo" panfletario de vagos y maleantes, está en el propio NT:
"No penséis que he venido a poner paz en la tierra; no vine a poner paz, sino espada" S. Mt. 10,34
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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