Por supuesto que no es lícito recurrir a la violencia terrorista, violencia destructiva y asesina en la que pagan justos por pecadores. Desgraciadamente, tal como está el ejército y dadas las muchas limitaciones e impedimentos legales, sociales, etc., no se ve que pueda haber otro alzamiento como en el 36, al que yo sería el primero en apuntarme si lo hubiera. Por eso lo más factible es combatir mediante la sana doctrina en el terreno de las ideas. Como bien dices, Cirujeda, la ideología ha prendido en el pueblo llano que tenía más bien la fe del carbonero. Por eso es importante hacer lo que dices de anunciar el Evangelio. Esa evangelización consistiría ante todo en proporcionar una buena formación católica. No se trata de enseñar a todo el mundo teología, pero sí de hacer una buena labor de formación y divulgación. En realidad, el catecismo en sí da una buena formación (y más los de antes), pero la gente ya no lo conoce, y muchos que lo aprendieron lo han olvidado. Precisamente porque la gente sencilla del pueblo se conocía antes el catecismo y la doctrina pudo haber movimientos populares como la Vandea o los cristeros, o fueron tantos los que se apuntaron al requeté en el 36, o antes en las guerras carlistas, y podría añadir otros movimientos populares contrarrevolucionarios europeos como los briganti y otros italianos. Pero esos fueron levantamientos legítimos en los que se combatía limpia y honradamente, no terrorismo.