Respuesta: Para cristianos
Estimado ICPCM no compensa el esfuerzo de intentar explicar lo que no se puede comprender. La presentación que hace "el amigo" no tiene desperdicio. Me pregunto si habrá hecho lo propio en un foro musulmán o judío. Más todavía, en ese hipotético caso del foro judío, me pregunto si les habrá planteado acerca de sus dudas sobre la inexistencia de los campo de concentración, y les habrá explicado que ha leído aquí y allá, que el holocausto es un producto de la propaganda del sionismo. Y esto por citar dos casos posibles.
Imaginemos ahora que al personaje lo nombran nada menos que embajador en Pekín, y en el acto de presentación de credenciales va y suelta algo así: "ya me contarán ustedes cómo está el asunto de los derechos humanos en su país".
Cuando surgen elementos así caben cuatro sospechas: es tonto y no hay nada que hacer, pero concediendo que no, concluimos que es capaz de razonar coherentemente por lo cual: lo hace con toda la intención de provocar, que suele ser la motivación más común; es un adolescente mala uva, de los que tanto rencor destilan y no se sabe por qué, pues les dan todo lo que se les antoja sin mérito propio alguno; o, por último, tiene inquietudes y está buscando explicaciones, pero no sabe como plantearlas y, entonces, es cuando procede comenzar a dárselas.
Pero de momento no ha vuelto a dar señales de vida, y sólo cuando lo haga podrá aclarar correctamente su postura. En función de ello es cuando habrá que establecer un diálogo fecundo y clarificador, o enviarlo directamente a donde amargan los pepinos.
Última edición por Valmadian; 07/12/2009 a las 14:43
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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