El caso de andré Frossard es notable, y no es el único que se ha convertido de golpe y porrazo porque Dios lo ha iluminado con el don de la fe. Sin embargo, muchas conversiones son a largo plazo, pudiendo tomar incluso años (por ejemplo, Chesterton, Newman...). En todo caso, como Frossard no sabía nada de catolicismo, ni siquiera del cristianismo, por haberse criado en una familia atea, necesitó su tiempo también para aprender. Por eso, aun en estos casos más milagrosos, sigue siendo necesario leer y rogar, y aprender de buenos maestros. Pero luego muchos de estos conversos y personas que vuelven al catolicismo se convierten en los mejores apologistas (Frossard, Messori, Juan Manuel de Prada, etc.), quizá porque al tener que aprender desde cero terminan sabiendo más que el católico promedio que nunca necesitó o creyó necesitar tanta formación. Frossard tiene otros libros buenos como Dios en preguntas, y yo también recomendaría Algunas razones para creer, escrito al alimón por Vittorio Messori y Michele Brambilla. No recomiendo el último de Messori, escrito en colaboración con Andrea Tornielli, porque no lo he leído todavía, aunque supongo que debe de estar bien conociendo al autor. Y por supuesto, Ortodoxia de Chesterton es imprescindible.
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